Capítulo 3

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*Tanya*

Luego de dejar a Frank durmiendo plácidamente en su recamara, Mason me acompañó a casa sin importar cuántas veces le dije que no era necesario. Alegó que me ayudaría no llegar tan tarde a casa y además sola, que él se encargaría de explicarle a mamá para que no me castigara por el resto de mi vida en caso de que estuviera en la puerta esperándome. Ni mamá ni Edward se encontraban, así que me relajé de inmediato

— Buenas noches Mace

— Hasta mañana guapa

— Oye— lo llamo antes de que se aleje del todo y antes de que yo me arrepienta de decírselo — ¿Me acompañarías al cementerio mañana?

No es necesario que diga cuáles son mis motivos para ir, aunque no se trate de una simple visita a su tumba. Él no lo sabrá

— ¿Qué estás planeando? Y no me digas que nada porque te conozco

¿Desde cuándo soy tan predecible?

— No pasa nada, solo quiero hablar con ella un rato. Tu compañía me vendría bien

— Tanya— pronuncia mi nombre con dureza — ¿Por qué demonios no confías en mí? Nunca te traicionaría— pronto toma mi brazo para que no pueda irme

— No te lo tomes personal, no confío en nadie. Y si no quieres ir entonces no lo hagas, no tengo por qué informarte sobre cada paso que decido dar— me suelto de un tirón, sin reparar mucho en el hecho de que quizás estoy siendo un poco dura con él y no lo merece, no después de todo el apoyo que me ha brindado, no después de su amistad sincera

Y no me importa si lo hace por mí o por Emily, soy afortunada de tenerlo en mi vida

Sin embargo, él no está dispuesto a dejarme ir a pesar de mi respuesta esquiva y me voltea por el codo con fuerza

— No tienes por qué, pero prefiero que lo hagas en esta ocasión ¿Soy o no soy tu amigo? Porque yo sí te considero mi amiga, yo sí me preocupo por ti. Tú me importas, joder— me zarandea un poco, nada brusco

— Lo sé- lo miro con arrepentimiento - Lo sé, lo siento— agacho la cabeza

— Dime qué es lo que pretendes Tany

Suspiro

— Quiero usar sus huesos para hacer un hechizo

La sorpresa es tanta que se hace hacia atrás con el ceño fruncido

— ¿Qué hechizo?

— Sabes que no recuerdo prácticamente nada de esa noche, y si quiero dar con los asesinos tengo que hacerlo. Ems era una bruja también, juntas éramos imparables. Quiero extraer la magia de sus huesos para obtener más poder y poder encontrarlos

— Pero no sabes si solo se trata de estrés post traumático o tienes un bloqueo en tu mente creado con magia

Y sí, ya lo había pensado. Lo había considerado millones de veces

— Tendré que averiguarlo, no voy a parar Mace. No me agrada la idea de profanar la tumba de mi hermana, pero no tengo opción

Antes no quería recordar porque el dolor apenas me permitía respirar, porque todo estaba muy reciente

Ahora estoy lista para conocer la verdad

— Lo sé, iré. Cuenta conmigo— sonrío aliviada

— Gracias

— No agradezcas— besa mi frente y empieza a alejarse — Nos vemos mañana

Cierro la puerta y subo a mi habitación, ni siquiera me molesto en cambiarme de ropa y me lanzo a la cama

Estoy agotada

*****

Despierto cuando escucho variedad de voces en casa, voy al baño para hacer mis necesidades y cepillarme los dientes, peino mi cabello enmarañado hasta que no hay rastros de nudos y lavo mi rostro

Bajo las escaleras y pronto reconozco una voz mucho más dulce que todas las demás

— ¡Tía Tany, tía Tany!

Mi pequeña sobrina Camille corre torpemente hacia mí con sus bracitos abiertos, la recibo con alegría y la tomo en mis brazos besando una y otra vez su pequeño rostro

Cami tiene 1 año y medio, su madre; Tara, es la mejor amiga de Edward desde siempre. Tara es mayor que él por unos años, y quería ser mamá, como no tenía pareja le pidió ayuda a mi hermano y él le donó su esperma. Al principio Ed se mostraba inseguro y como no, es muy joven. Pero terminó dejándose llevar y ahora, esta pequeña es su vida entera, incluso me atrevo a decir que la llegada de Cami lo hizo madurar, es un padre ejemplar

Tara y Edward se aman, pero no hay nada romántico en ello. Sé que él daría todo por ella y viceversa. Algunos pensaban que una prueba tan difícil como tener un hijo juntos los iba a separar y aquí están, su amistad es más fuerte que nunca

En sus caras, babosos

Camille es el resultado de una sólida y hermosa amistad. Ha sido un regalo no solo para sus padres, también para toda la familia, llegó a darle un poco de luz a nuestras vidas

— Oh, como extrañé a mi pequeña consentida

— Tía— repite una y otra vez apretándome con su escasa fuerza

— Cada vez estás más grande brujita

— Niña gande— se señala mientras juguetea con mi cabello y no puedo pensar en alguien más inocente y adorable que mi hermosa sobrina

— De ninguna manera, no pienso dejar que mi nenita crezca tan rápido— mi hermano se ve horrorizado y tanto Tara como yo soltamos una risita

— Hola Tars, me alegra verte— me acerco a saludarla sin soltar a Cami, que se aferra a mí como si fuera un salvavidas

— Hola Tany— me sonríe como siempre que me ve — Cielo, vas a ahorcar a tu tía, déjala respirar— le habla a su hija con dulzura

— Está bien Tars, yo encantada ¿Cómo les fue? ¿Cómo está tu familia?

Tara y Cami pasaron una temporada con sus padres en Canadá, recién están de vuelta

— Muy bien, mis padres se pusieron muy contentos de vernos. También les mandaron decir que siempre serán bienvenidos en su casa, y les envió regalos a todos

Eso parece captar la atención de la chiquilla traviesa que cuelga de mi cuello

— ¿Pada mí también mami?

— A ti ya te dieron tus regalos cariño ¿Te recuerdas? La muñeca de trapo que tanto te gustó y los chocolates que te acabaste en una tarde

— Ah... ti— contesta distraída pasando sus manos por mi cabello y cepillándolo con sus deditos. Sus ojos azules se pierden en mis hebras

Camille es muy parecida a su padre, y por tanto, a mí. Somos copias mejoradas del tipo que se supone es nuestro padre

Ems la habría amado

— Les llamaré para agradecerles, también espero verlos pronto— me trago mi tristeza y la escondo detrás de mi mejor sonrisa. Le hago cosquillas a Cami y pronto sus carcajadas inundan el lugar

— ¿Qué tal si me ayudas a preparar el desayuno diablilla? — asiente repetidas veces haciéndome sonreír, empiezo a caminar con ella a cuestas cuando la voz de mi hermano me detiene

— Mamá me pidió que te dijera que no hagas planes para hoy, quiere hablar contigo

— Lo siento pero hoy no puedo— no volteo a verlo

— Tanya...

— Hoy no puedo Edward, hablaré con ella luego— lo corto de tajo y sigo con mi camino

El juego del olvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora