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Jungkook, 5 años.

TaeHyung, 6 años.


Se habían mudado. 

La mudanza no era algo lindo para un pequeño niño que no entendía todo.

¿Por qué salieron corriendo de casa? ¿Por qué de noche? ¿Por qué salir de ese modo? sin despedirse de nadie. Había dejado a sus amigos. Todo con lo que se sentía conforme.

Sus padres sólo le dijeron que todo estaría bien, que eso debía pasar y que no se preocupara, que a donde iban estarían mejor, sin nadie que le fuerce a ser quien no es.

¿Sin ser forzado a ser quien no es?

No entendía, pero debía obedecer a sus padres, después de todo, es un cachorro aún y ama a sus progenitores sin importar nada.

Huir de su manada para empezar desde cero en otra, eso había dicho su padre alfa. 

Justo en este momento lo llevaba colgado de su hocico, ya que se había cansado y sus pequeños piecitos no daban para más, los tres estaban cansados, pero debían llegar lo más rápido posible, habían dicho sus progenitores.

Era un largo camino por recorrer, la manada del clan Kim quedaba al sur, opuesta a su manada, llegarían con el amanecer. Esperaban tener un buen comienzo en su —ahora— nueva manada.

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Una semana de haber llegado, habían sido muy bien recibidos por el líder de la manada, el señor Kim NamJoon. Era un hombre de buen porte y que aterró con todo su ser al pequeño alfa. Sus ojos eran afilados y su aspecto serio lo hacía temible, sumando sus fuertes feromonas que hacían temblar a cualquiera, sin duda, la mera representación de un líder alfa.

En toda la manada se sabía de su llegada, el cómo la familia había llegado y la comprensión del porqué huían. Todos sabían que la manada del norte se caracterizaba por ser la más temible, hacía de sus alfas los mejores, los más fuertes y temibles, al punto de crear seres monstruosos ante los demás, alfas desalmados

Esto no quiere decir que todos sus alfas lo fueran, no. Eran un 50-50 ya que la otra parte eran alfas "normales" pero que entre esa manada se caracterizaban por débiles. 

Ese era el motivo de su huida. El poseer un alfa débil, un niño demasiado débil, al cuál querían forzar en hacerlo un "buen alfa" uno que esté a la altura de su tío, el líder de la manada del norte.

Eso no querían para su cachorro. Ellos lo amaban tal cual, sin importar que no sea como los demás alfas, es su pequeño, su niño que crecerá como quiera, a su ritmo y tiempo.

Aunque quizás eso le traiga problemas y sus padres no se percaten. Porque una semana había pasado y el cuchicheo de la gente en la manada no había cesado, todo en dirección al pequeño alfa.

Todos los que lo habían notado, habían visto que no era igual a los demás cachorros alfas del lugar, era diferente, sumiso, como un... omega. Aunque no lo fuera.

El pequeño niño se sentía retraído por todo ello. No es como si en su otra manada no lo molestaban, lo hacían siempre, con sus comentarios de que no era un alfa. Sólo esperaba que como sus padres le habían dicho, que todo cambiaría para bien, esperaba que eso involucrara sus burlas, se equivocó.

Sus papás lo habían llevado a la pequeña cofradía donde los cachorros aprendían de sus culturas y como ser buenos alfas u omegas. Era su primer día y como se esperaba, estaba solo en un rincón de aquel espacioso lugar donde todos los demás jugaban. La mayoría estaban en su forma lobuna, correteando y gruñendo entre juegos. Él por su parte permanecía en su forma humana, le gustaba más, temía que se burlaran también de su aspecto lobuno, porque era también un tanto diferente al de los demás.

Perfect |KookV| (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora