ᴏᴄʜᴏ

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— No me mires así ni una vez más,
No me permito volver a tu lado. —

𝐋𝐨𝐥𝐚

Comienzo tararear canciones por dentro debido al aburrimiento, ninguno le está prestando atención al otro estamos en nuestros mundos. Y llega mi salvación, Ysy me mandó videollamada.

— Te amo, gordo. — suelto apenas atiendo. — Siempre en el momento justo, un cra'. — bromeo haciendo que ría.

— Supuse que etsabas aburrida, encerrarte a vo' e' difícil. — blanqueo los ojos acomodándome en el sillón.

— Ni me haga' acordar, boludo. — pido haciendo que lloro.

No quiero ni imaginarme como llevar adelante, mínimo, diez días más y recién habían pasado cinco. Voy a volverme loca estando con Mauro, ignorandolo y viendo como tiene una relación bastante amorosa.

— Lo bueno es que no te va' a Estado' Unidos por un buen tiempo. — suelta aliviado, río apenas hasta que siento una mirada fija en mí.

Mierda, Mauro no tenía ni idea del viaje y eso era lo que quería pero se enteró de la peor manera.

— ¿Te iba' a mudar?. — pregunta balbuceando, está atónito.

— ¿Con quién estás?. — indaga riendo con picardía.

Suspiro. — Mauro. — expulso junto al aires y su sonrisa se borra al instante.

— ¿La cagué?. — dice rápido y hasta divertido.

— No, la cagué yo. — niego mientras respondo.

Me paro del sillón para ir a hablar al cuarto de Candela más tranquila, en todo el trayecto Alejo se disculpó mientras Mauro me seguía haciendo preguntas.

— Te llamo después, ¿sí?. — le aviso a mi amigo poniendo mi celular frente a mí y asiente rápidamente.

— Mucho amor, babys. — contesta a modo de saludo.

— Chau, gordo. — dijimos casi al unísono con el cara tatuada mientras cierra la puerta.

— ¿No pensaba' contarme, que me entere cuando estés al otro lado del puto continente?. — comienza enojado a lo que respiro profundo.

Si bien estos días sufrí viéndolo con su novia estábamos llevando todo muy bien, prácticamente nos ignoramos pero es la única forma de que no peleemos.

— Primero, no tengo por qué darte explicación de nada. — aclaro a lo que bufa molesto.

— No te pido explicaciones, Lola. — me interrumpe fastidioso.

— Mauro, esto termina en pelea y no quiero. — advierto tomándome la cabeza.

— Pero boluda me entero que tenías pensado irte y ni siquiera pensaba' contarmelo. — responde ofendido a lo que niego mirando a otro lado por el enojo. — ¿No pensaste en que es algo que me importa?. — río amargamente negando.

— Ya te lo dije, por primera vez en mi puta me estoy poniendo primera y no, no pensé en vo' para irme lejos de esta mierda. — exploto y al final nos señalo. — El mundo no gira al rededor tuyo, aparte que no parece que te importe mucho. — digo ahora sin gritar.

— ¿Me 'tás jodiendo, cómo no me va' a importa'? Sabé' muy bien lo que siento por vo'. — ahora grita él.

— No Mauro, no. — lo interrumpo negando. — Ya no sé qué te pasa, qué carajo sentís por mí, ya no entiendo. Te juro que ya no te entiendo. — él mira el suelo con los ojos llorosos. — Un día 'tás confundido, al otro enojado, arrepentido. Un día con Iara, otro conmigo y después con Brenda. — queda en silnecio y veo caer la primer lágrima. — Flaco, decidite de una vez o vas a perder a la que sea con la que quieras estar. — aconsejo con sinceridad y dolor.

Esa era verdad, aunque nos duela a ambos ya tiene que tomar conciencia de una vez porque es evidente que no lo hizo todavía.

— Es que no sé que quiero. — admite llorando y mirándome a los ojos. — Me encanta Brenda y la quiero, mucho. — asiento comenzando a llorar, lo sabía pero escucharlo hace que duela más. — Pero a vo' también. Esté con quien esté te veo a vos y siento que te necesito, más ahora que estamo' peor que nunca. — explica ilusionandome, lo que mejor le sale hace años.

Encima él me mira con una carita que me debilita, que me puede.

— No me miré' así. — pido cambiando el tema de conversación porque tampoco sé que contestar.

Desvía su mirada al piso nuevamente y suspiro pesadamente, ¿cómo llegamos a dejar de ser amigos y charlar sobre nuestros sentimientos?.

Por más que me mire como me mire, que me pueda en muchas ocaciones y esté nuevamente enamorada, esta vez estoy decidida. Esa vez me eligo a mí por sobre todas las cosas, me voy a valorar como nunca lo hice.

— Te amo, mucho. — admito mirándolo y lloro a más no poder.

— Yo también. — sonríe de lado, restableciendo el contacto visual y noto su sinceridad.

— Pero por favor, dejemo' esto de verda'. — pido cansada de la situación. — O nos va a hacer mierda, peorque hasta ahora. — niega volviendo a llorar con fuerza.

Varias veces ví al morocho llorar pero nunca de esta forma, ambos sabemos que es final y que es lo que necesitamos para estar bien.

— Lola, ¿por qué no podemo' hablar bien nunca?. — hago una mueca y me hundo de hombros, me pregunto lo mismo. — Yo sé que soy un gil, que me las mando toda' pero lo que siento e' real. Y es verda' lo de que te necesito, por favor. — su voz quiebra en el último pedido, con dolor vuelvo a negar.

— Me necesitas porque estamo' lejos porque, vo' sabés que, cuando me tené' no me valoras. — asiente coincidiendo dolido. — Y estoy valorandome como no lo hiciste, así que no puedo. — se toma la cabeza soltando insultos para sí mismo por lo bajo. — Perdoname. — niega y me abraza.

— Está bien, esto es mi culpa. — se culpa y correspondo el abrazo, esto es culpa de los dos. — Te amo y aunque tengamos que estar en la misma casa sé que es el final, cuidate. — besa mi cachete antes de separarnos. — Y perdón por toda' las vece' que te lastimé.

— Mauro, te conozco y sé la persona que sos. Sos lo más bueno y humilde que existe, pero a veces hay cosas que no se dan. — trato de hacer que duela menos para ambos o para él al menos, a mí me duele mucho esto.

— Lo nuestro es una de esas cosas, lamentablemente. — asiento porque es como si siguiera mi frase.

Camino lento hasta la puerta y al abrir Cande se acerca a abrazarme.

— ¿Todo bien?. — habla prepcupada.

— Perdón si se escuchó mucho. — me lamento, gritamos bastante en algunos momentos.

— ¿Vo' viste el silencio que hay? Se 'cuchó todo, mi amor. — aclara de forma obvia y suelto un quejido.

— ¿Brenda también?. — interrogo cuando mi amiga no responde me invade la culpa.

Pareciera que la llamo ya que viene caminando a paso lento, algo confundida o sorprendida parece.

— Perdón, Bren. — me disculpo con un nudo en la garganta.

Ella fue un amor conmigo todo el tiempo, yo vengo le ocupo la casa y digo a lo gritos que amo a su novio. Soy un desubicada.

— Todo bien, Loli. — habla dulce, como siempre.

No contesto nada, quedo estática hasta que Candela me arrastra para que ellos hablen. Antes de que la pared me interrumpa la vista me giro, Mauro se agarra la cabeza caminando por toda la habitación de su hermana.

𝘓𝘰𝘭𝘢 𝘋𝘜𝘒𝘐  [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora