II

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Pero entonces, cuando la plancheta comenzó a moverse hacia el "no", todos comenzaron a intercambiar miradas y tener expresiones asustadas.

Bien, recapitulando; el ente sospechoso que aseguraba llamarse Simon estaba dando a entender que solamente él y su malvada presencia estaban por juguetear con ellos.

Increíble, vaya noche divertida.

Todos se miraban entre sí atónitos. Taeil boqueó sorprendido, buscando la mirada de algún otro para que le confirmaran si había visto realmente bien y no era sólo su cerebro engañándolo. En el fondo quería creer que estaba alucinando.

— ¿Nos conoces de algo? —murmuró Doyoung.

Por desgracia no estaban alucinando. Jungwoo volvió abrazar con fuerza el brazo de Taeyong, como si eso fuese a impedir que alguien lo atacara.

La plancheta volvió a moverse por la tabla, estaba vez de manera más rápida que las anteriores. Marcó el Sí.

— ¿Qué mierda...?

— ¿Te conocimos? —habló Donghyuck de inmediato, ignorando las palabras de Mark.

Y cuando la plancheta se movió hacia el sí por segunda vez consecutiva, todos lucieron cansados y sorprendidos a partes iguales con respecto a la situación.

— Se acabó —pronunció Johnny—. Queremos finalizar el juego.

En ese instante, de manera casi agresiva, la plancheta comenzó a moverse con rapidez hacia las letras, comenzando a narrar algo específico.

¿Están asustados?

"No, como vas a creer. Es una sensación reconfortante. Gracias por apoyarnos" pensó Jaehyun, frunciendo el ceño. Miró a su alrededor intentando leer las expresiones de sus amigos.

— Queremos salir —habló Johnny con voz ronca una vez más.

Taeil lo miraba algo preocupado.

— ¿Qué es lo que quieres? —habló Taeyong en ese instante, llamando la atención de todos los demás.

A ustedes.

Doyoung se veía casi tan sorprendido como preocupado ante la respuesta.

Segundos después de que el verso fuese alineado, las velas se apagaron con una corriente de aire terriblemente fría. Los diez muchachos quedándose totalmente a oscuras, intentado visualizar algo para iluminarse. La plancheta comenzó a moverse una vez más mientras estaban a oscuras, todos comenzaron a hablar al mismo tiempo de manera alarmada para que iluminaran aunque fuese un poco la tabla. El celular de Mark iluminó la mesa pocos segundos después.

Vamos a jugar.

Cuando la última letra de la simple palabra se marcó, la mesa de cristal donde la tabla Ouija estaba posada se rompió en cientos de pedazos, provocando obviamente que sus dedos se separaran de la plancheta y la tabla de pronto.

Todos saltaron en sus lugares por la sorpresa, alejándose con temor de los cristales. Los ojos de Donghyuck habían comenzado a cristalizarse, Jungwoo gritó realmente asustado, y Yuta maldijo por lo bajo.

Y en ese instante, todas las luces de la casa –que ellos habían apagado manualmente hacía unos minutos– se encendieron; la televisión en la habitación de al lado cambió unos pocos canales hasta llegar al del noticiero diario, los artefactos de cocina dando un molesto timbre al unísono.

— Maldito seas, Yuta —habló Taeyong con voz rasposa—. ¿En qué mierda nos metimos? ¿Qué mierda creíste que sucedería? ¡¿Que hablaríamos con una princesa y nos daría consejos capilares?!

⭒ Simon Says ✎ NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora