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Los días e incluso las semanas habían pasado desde aquella última vez que los chicos se habían quejado con sus mayores.

Las cosas transcurrían con normalidad, y esa mañana, irían a una practica para pulir los detalles de la nueva coreografía.

Hongjoong era el que más cansado lucía de todos, sus pequeñas ojeras destacaban en su rostro pero la atención facilmente se desviaba a la marca rojiza tirando a morado que posaba sobre su cuello.

La noche anterior se la había pasado componiendo, pero su pene no pudo evitar no querer estar dentro de su novio cuando este llegó con comida para el y con ganas de hacerle compañía. Al parecer su bebé se encontraba molesto por alguien u algo y eso llevó a que Hongjoong tuviera aquella marca en su cuello.

Aunque Hongjoong no era tonto, sabía que Seonghwa se encontraba celoso y molesto hacia Mingi, quien a veces solía encerrarse en el estudio con Hongjoong a ayudarlo a componer y a escribir, además que se encontraba demasiado afectuoso y como primera opción siempre terminaba teniendo entre sus brazos al segundo mayor del grupo. Y Seonghwa no podía decir nada al respecto, debido a que no era maleducado y no podía gritarle a su dongsang por ende, marcaba terreno de aquella forma.

Ese chupón en el cuello de Hongjoong era un claro mensaje de Seonghwa que decía "mantente alejado y no te sobrepases con mi hombre que yo lo vi primero, puta" para Mingi.

Pero Mingi era tan torpe que no captaba los mensajes y apenas tuvieron un descanso, se encargó de darle una botella de agua al líder y encargarse con una toalla de secar las pequeñas gotitas de sudor de su rostro y cuello.
Mientras que Seonghwa los miraba con un pequeño tic en su ojo izquierdo desde la punta de la sala a través del espejo y apretaba con fuerza la botella que tenía en su mano, haciendo que el líquido de esta caiga al piso.

— ¿Hyung estás bien? — Apenas oyó Seonghwa la dulce voz del maknae, haciendo que aparte la mirada de un pegajoso Mingi abrazando y besando las mejillas de su propio novio.

— Lo estoy. Oí a Mina noona decir que debían presentarse con ella en la sala de maquillaje, quieren discutir con ustedes el próximo tinte para el comeback. Hongjoong y yo hablamos con ella ayer así que faltan ustedes.

Jongho asintió ante la mención de la mujer del staff que se encargaba de teñir y cuidar sus cabellos, así que se apresuró a juntar al resto quienes suspiraron aliviados al tener un pequeño descanso y caminaron en fila hasta el despacho de la mujer.

Hongjoong se levantó del suelo cuando escuchó cómo Seonghwa volvía a cerrar la puerta de la sala de baile, encarnando una ceja y cruzando sus brazos.

— ¿Qué fue todo eso? — Cuestionó el menor dejando la botella y la toalla en una esquina de la habitación, haciendo que Seonghwa gruñera molesto.

— No sé, dímelo tu. Estabas demasiado feliz disfrutando esos feos besos que Mingi tenía para darte pero cuando yo te los dos te quejas, te apartas y hasta te limpias ¿hasta cuando el favoritismo con los menores?

Seonghwa hizo un puchero sintiéndose un poco dolido. Pero su mueca fue reemplazada por una pequeña sonrisa cuando escuchó al menor reírse y acercarse hasta él, abrazándolo por la cintura y dejando un pequeño besito en sus labios.

— Porque por más que los separe, ellos van a continuar haciendo sus muestras de afecto. En cambio a ti te separo y si sigues molestando por la noche te rompo el culo y así me desquito.— Hongjoong tomó las mejillas del mayor y las apretó cuando terminó de hablar.

— Me parece algo injusto. Pero no me puedo quejar.

— Claro que no bebé.

Hongjoong dejó el último beso en los labios de su novio y estaba dispuesto a apartarse, pero se detuvo al sentir cómo las manos del mayor se colaban en sus pantalones y desabrochaban la hebilla de su cinturón.

— Tenemos exactamente treinta minutos hasta que noona deje de hablar con ellos. Déjame chuparte el pene.

Hongjoong ni siquiera pudo decir nada al respecto cuando observó cómo su novio se arrodillaba y se metía su longitud en su boca, comenzando a divertirse.

.  .  .

Los treinta minutos terminaron convirtiéndose en una hora y ambos mayores ni siquiera se habían dado cuenta. De igual manera, el resto de los chicos tampoco había hecho acto de presencia por lo que aparentemente llevaban más de treinta minutos en aquella sala hablando.

Hongjoong tenía a Seonghwa contra los espejos de la sala, sus dedos ocupados en la boca del mayor y su pene golpeando profundo en su interior. Seonghwa estaba en el paraíso.

El menor gruñía contra su oreja, sus caderas chocaban contra su trasero y podía sentir cómo la punta de su pene golpeaba su próstata sin parar, haciendo que viera las estrellas con cada empuje. Se retorcía sobre el cuerpo de su novio y movía un poco sus caderas hacia atrás, deseando que Hongjoong no detuviera la velocidad de sus estocadas, tenía tantas ganas de correrse que lloraría si Hongjoong se lo negaba.

Podía sentir cómo poco a poco una presión comenzaba a crecer en su abdomen bajo, su erección goteaba y los empujes del mayor eran descuidados, ambos estaban a punto de correrse y no podían estar más que satisfechos con eso.

Unos cuantos empujes más y Hongjoong terminó llenando el interior de su novio, quien gimió gustoso ante ello y se corrió también, manchando el espejo con su semen. Claro que, todo esto sucedió en el preciso momento que la puerta fue abierta y alguien los observaba anonadado por lo que tuvo que presenciar.

Seonghwa hyung, el gran activo aparentemente era una farsa.

— Oh, dios.

Ambos mayores se giraron rápidamente al oír aquel sonido proveniente de nada más y nada menos que Yeosang, quien estaba parado en la puerta con los ojos muy abiertos. Sus manos comenzaron a temblar cuando la atención de sus mayores se posó en él.

— Y...yo uhm lo siento creí que... La reunión... y ustedes... — Yeosang balbuceó mientras las palabras se enredaban en su lengua. Sus mejillas estaban coloreadas y sus mayores simplemente corrieron a acomodar sus prendas.

Cuando ambos estuvieron listos, Seonghwa se acercó a su menor y lo adentró a la habitación, tomándolo por su camisa y luciendo aparentemente intimidante aunque en realidad parecía un gatito asustado.

— Yeosang, no le digas al resto de esto, de mi verdadera... posición en mi relación con Hongjoong. Por favor, guarda el secreto.

Guarda el secreto | SeongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora