El día jueves cancelaron clases debido al mal clima, no había parado de llover y no querían arriesgar a los alumnos, entonces, tendrían un día perdido.
Viernes y último día, tenían que verse, no podía quedar así, no sabrían si sería su última vez que se verían o desaparecerían totalmente.
El pelirrojo decidió arreglarse lo mejor que podía, llevaba sus zapatos negros, su pantalón negro a la par, su camisa blanca de cuello, su saco color vino y una corbata negra, llevaba su reloj plateado en la mano izquierda, en la derecha sus dos pulseras. Arreglo su cabello dándole forma y haciendo un copete alto, se veía bien, tomo su perfume y coloco un poco en la parte interna de las muñecas y cuello, uno encima de su traje, tomo su mochila y salió de casa.
Su madre lo llevaba los viernes ya que entraba más tarde al trabajo, tenía tiempo. Lo dejo en la entrada y le deseo suerte, le dedico un beso delicado en su mejilla y le entrego una rosa roja, el le sonrió y salió, entro como siempre, esperaba tener éxito y estar listo para esa tarde.
La mañana fue muy rápida, termino 10 minutos antes y salió, camino rápido a la avenida, no podría correr por el esfuerzo que hizo en arreglarse, al caminar, su corazón se aceleraba, no podía explicar las emociones que tenía, eran tantas que no sabía cuál hacer notar o ganará entre todas. Imaginaba los escenarios que podrían pasar, el diálogo, lo practico en su caminata, también pensaba en las posibilidades de rechazo pero era seguro de que no había ninguno.
Estaba a unos simples metros de la gran avenida, paro en seco y levantó su vista a su reloj, quería asegurarse de que fuera la hora de la vez pasada, de hace una semana exactamente. Era el momento, faltaban 5 minutos para la hora, llegó a la esquina y aún no llegaba, decidió esperar a un lado de la esquina para dejar pasar a la gente.
Nuevamente, había mucha gente, el hasta atrás, tenía que pasar otra vez, no tenía duda de eso, el día era soleado, mejor dicho, era templadamente cálido, no hacía demasiado calor ni frío, era muy cómodo.
El paso peatonal estaba en rojo, vio que la gente venía del otro lado de la avenida, decidió ponerse en su lugar y ver si lo llegaba a ver. La gente se junto y como siempre, no dejaban ver.
Tomo unos minutos cuando... Llegó, estaba perfecto, llevaba pantalón negro, tenis Converse blanco con negro, su camisa blanca, su saco de color verde de su instituto, cabello planchado, tenía un reloj de bolsillo, tenía varias pulseras en ambas manos, dos anillos y llevaba una rosa blanca.
Ambos se vieron del otro lado, encontraron miradas, sus diálogos, charlas, escenarios y demás, se habían ido por la borda, su corazón se aceleró más de lo normal, su nerviosismo se notaba, las manos le sudaban, su boca estaba seca, su mente en blanco, las ganas de correr a él se hacían más grandes, el opuesto estaba igual o peor que el, se notaba su ansiedad, movía las manos inquietante sacaba su reloj de bolsillo, miraba el semáforo alarmante, como si quisiera cambiar él el color y que todo pasara.Los segundos parecían horas, aún no marcaba el paso, la gente esperaba tranquila, pero ellos se comían las uñas de la desesperación.
El semáforo marco rojo para los autos y verde para peatones, el pelirrojo tenía tanta emoción que no se dio cuenta que no se había movido de su lugar, estaba estático, no sabía que hacer, sus piernas no respondían, miro sus pies y estaban inmóviles, estaba entrando en desesperación cuando vio unos tenis Converse negros y Blanco frente a el.
Levanto la mirada y lo encontró, a menos de 1 metro de el.
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Nuestro Hilo Rojo
FanfictionDesde aquella vista por primera vez, no dejo de pensar el porque nuestros corazones laten con fuerza estando al otro lado de esa calle, solo con una mirada nos decimos todo y nada a la vez, eso sería lo que nos uniría más no copias ni adaptaciones