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El miércoles llegó, tomaron sus autobuses y no, está vez no coincidieron, algo desilusionados tuvieron su día común de escuela, hoy salía antes el chico de cabello castaño con mini mechas verdes, el salía tarde por el grado en qué asistía, caminaría, no llevaba prisa, tendría ventajas, podría esperar más tiempo, tendría más posibilidades de encontrarlo.

  
Salió y camino tranquilo hacia la avenida, llegó y vio que desde ayer no había mucha gente como era costumbre,de hecho, era raro pero no le tomo mucha importancia, solo se sentó en el suelo y espero, se puso sus auriculares y miraba en esa dirección, estaría atento.

 
Paso hora y media y no llegaba, estaba entrando en pánico, no sabía si fue buena idea caminar de la escuela ahí, que tal que si salía temprano también el y no lo sabía y el esperando, se notaba su nerviosismo hasta que una mano tocó su hombro, se sobresalto y quitó su audífono, era una señora mayor, aquel chico se levantó y saludo amable, aquella señora hablo.

  
-El llegó en tiempo pero te fuiste antes, el estaba del otro lado, corrió cuando tomaste el bus, tomo el girasol y sonrió, el también quiere verte.

 
Ante aquella respuesta no sabía que decir, como reaccionar o mejor dicho, no sabía que emoción hacer notar.

 
-¿Cómo sabe lo de nosotros?

 
Pregunto curioso, aquella le respondió rápido y firme.


  
-Soy una anciana que puede ver los hilos rojos de los otros pero jamás pude ver el mío. Ahora, si me permites, tengo que volver a mi tienda, compra un sándwich y come, el tardará 20 o 30 minutos más, nos vemos ...


  
La señora se metió en su negocio y el solo se quedó pensando si era cierto lo que dijo. Decidió esperar lo que le había dicho y ver si era cierto, lamentablemente la lluvia lo sorprendió y saco la sombrilla, esperaría a pesar del clima, lamentablemente pasó su madre en automóvil y lo vio, no podía rechazar la oferta de su madre en no ir con ella, triste entro y guardo la sombrilla, tendría que esperar otro día más .

En cambio el pelirrojo, el iba saliendo del colegio cuando empezó a llover, su madre también lo esperaba para llevarlo a casa, le pidió ir por la avenida y accedió. Llegando ahí se dio cuenta que no había nadie, era obvio por la lluvia, tendría otra oportunidad, todo tendría que pasar esta semana.

Nuestro Hilo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora