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Habían preparado todo antes de que siquiera supiera que debía ir al Reino de La Primavera para que le dieran esa misión.
Todo estaba listo y equipado: Un caballo, una armadura, ropa limpia, posiciones, un mapa, provisiones, un libro instrucciones, manuales de supervivencia; Asuto reconocía que la mitad de las cosas de allí no habría pensado jamás en llevarla a un viaje.
Agradecía aquello pero desearía haber ido a su casa primero y despedirse. No era un secreto, pretendían desde el principio que aceptará y realizará la misión de inmediato. No le permitieron volver a su reino e informar, o despedirse de su febril madre.
Así que si. debía ir ahora.
— Buscalo, comenzando por los invitados.— El recuerdo de la voz de la princesa nublo levemente su irritación.
Repasó la lista de nombres que le había dado la princesa, muchos eran nobles que jamás le mirarían si quiera. Porque, si algo sabía, es que cada noble esta seguro de que es superior a los demás.
De cualquier manera visitó sus hogares, debía intentar mantener una charla para preguntarles sobre la família del reino del Fuego.
— Lo lamento, mi señor no esta en este momento.— Le rechazaba un sirviente.
— Lo siento niño, la joven maestra no tiene tiempo para preguntas sin sentido.— Respondían otros mas duramente.
O simplemente asotaban la puerta en la cara.
¿Su aspecto sencillo era lo que espantaba?.
Se sentía la diferencia de nivel y eso le molestaba levemente. De cualquier forma sonrió y avanzó al siguiente de la lista.
Siempre optimista.
Y debía ser asi, porque era complidado y no creía en de hecho conseguirlo.
Sacudio la cabeza violentamente cuando los pensamientos negativos intentaron invadir su mente y se dispuso a la siguiente casa en donde había un chico de su edad sentado en los escalones.
El gran chico parecía ser dócil y sencillo más no parecía de la servidumbre. Él jugaba con un chico pequeño quien parecía haberse hecho con la misma paleta de colores que el mayor.
— ¡Hola!.— Saludó levemente emocionado por la leve posibilidad de no ser tratado como un cualquiera nuevamente.
— ¿Eh...?. ¡Hola!.— Saludo con nerviosismo el joven noble.
—Mi nombre es Inamori, Asuto Inamori.— Se presentó el chico.— ¿Me puedo unir al juego.
— ¡Claro!. .— Jadeo el mayor.— Uff.. Me vendría bien un descanso.
El menor se quejó.
— ¡Pero el no sabe la historia!.— Dijo El niño pequeño.
— Bueno... ¿A que juegas?.
— ¡No estoy jugando!.— Se quejo el menor golpeando el piso con su pie para hacer más claro su descontento.— ¡Práctico para rescatar a la princesa de su encierro!.
— Puedes practicar conmigo.— Dijo Asuto.
— ¡Nah-Nah!.— Dijo El menor.— ¡Los guardias del fuego son grandes como mi hermano!. ¡No flacuchos como tu!
—Saku... No seas grosero.— Advirtió cansado el mayor. — Lo lamento, a estado así de emocionado desde la gala del mes anterior.
—¿Estuviste en la fiesta?.— Preguntó Asuto.
—Ajá. Me llamo Heigoro Kabeyama, por cierto.
— ¡Haya ustedes!. ¡No entienden nada de nada!.
A continuación Saku, el hermano menor, corrió hacía dentro.
— Siempre juega a los caballeros y esas cosas pero desde la fiesta es algo intenso.
—Normal, los guardias del fuego deben verse muy imponentes. Seguro que por eso sus juegos de pelea son así.
—Si, sobre todo porque juego con una princesa. Ahora cree que es un caballero real.
— ¿De verdad?. Dudo que acceder a una princesa sea así de sencillo.
— Los de mas alto rango estaban siendo perseguidos todo el tiempo. Pero los del fuego en específico se escapaban de sus guardias.
— ¿En serio?. ¿Por qué?.
—No lo sé. Pero el rey estuvo persiguiendo a sus hijos todo el tiempo. Fue divertido ver la persecución.
Asuto pensó un poco.
—¿El Rey estaba molesto?.
—Ajá. Sobre todo cuando su hijo decidió escaparse de su padre mediante la pista de baile. —Suspiró Heigoro. —Después de eso la reunión fue un desastre, como podrás haber escuchado.
—La verdad es que solo fue el rumor de que salió mal pero jamás me entere de que paso.
—El príncipe del fuego y la princesa del Invierno estaban bailando y conviviendo. Y como sabrás esos reinos se llevan terrible. Mas específico, Los monarcas llevan peleados años pero se odian en silencio.
—¿Discutieron por eso?.
—Discutir es poco. Se aga-
—¿Umm?.
— Nada, acabo de recordar que tengo algo que hacer.
De pronto el adolecente peliverde entró a su casa.
Asuto lo miró extrañado el repentino cambió de comportamiento. Supuso que fue porque habían prohibido hablar sobre la disputa.
—La mitad de los invitados se negará a responder tus preguntas. Ya sea por su ego o porque se les prohibió hablar del problemita que surgió en la reunión.
La voz de Kidou surgió de pronto en los recuerdos del chico.
Asuto suspiró para luego esbozar una gran sonrisa y partir hacía la frontera, la cual estaba a 12 horas de el lugar.
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l⚘Inazuma Eleven [AU MEDIEVAL]⚘l
FanfictionLeelo y sabrás de que va. Actualmente sigo publicando y corrigiendo.