When I thought that I fought this war alone
You were there by my side on the frontline
And we fought to believe the impossible
When I thought that I fought this war alone
We were one with our destinies entwined
When I thought that I fought without a cause
You gave me the reason whyWar, Poets of the Fall
Katsuki siempre ha opinado que lo de ver la vida ante tus ojos cuando te mueres es una tontería. Sigue pensándolo.
Pero ahora lo entiende un poco.
Bueno, aclaraciones primero: no se está muriendo.
No está ni cerca de morirse.
Pero está en uno de esos instantes en los que piensa en lo mortal que es y en lo cerca que está la muerte en cualquier momento. Y está viendo su vida en un flash.
Muy bien, así que lo de ver la vida ante tus ojos antes de morir es una tontería, de eso no hay duda. Tampoco es verdad. Pero si hay una sensación que se parezca a eso, es lo que está sintiendo en ese momento.
Están perdiendo.
Eijiro y él están perdiendo. Y no tiene ni idea de dónde están los demás. ¿Dónde carajos está Deku, por ejemplo? En ese momento no le vendría mal contar con el apoyo de su maldita singularidad del demonio tan milagrosa. O la ayuda de cualquiera.
(Para que Katsuki admita que necesita ayuda, es que las cosas están muy mal).
Por eso está viendo su vida en flashes.
Desde el momento en que se graduó, que supo que sería un Pro, que ya casi no se interponía nada entre él y el número uno del ranking (excepto Deku, claro). Se imagina la primera vez que Eijiro entrelazó los dedos entre los suyos, la primera vez que lo besó. La primera vez que Eijiro enterró los dedos entre su cabello, siempre rebelde. Piensa en esos pequeños instantes que tan inútiles le resultan en ese momento.
Están perdiendo.
Aunque hay una manera, es de idiotas no verlo.
Si consigue acercarse lo suficiente y provocar una explosión lo suficientemente fuerte, va a noquear al villano contra el que están peleando él y Eijiro. Aunque sólo sea por el ruido.
(Después de todo, Katsuki sabe muy bien lo que puede causar el ruido de una explosión y Eijiro también).
El problema es que el villano suelta gases por la piel —algo asqueroso; Katsuki siempre piensa en por qué los villanos tienen las singularidades más repugnantes de todas— y eso lo va a dormir inmediatamente, dejándolo a su merced.
Es un plan suicida.
Pero Eijiro no puede acercarse lo suficiente y ya está cansado.
No hay salida: están atrapados en una bodega a media derrumbar. Además, escapar sería irresponsable considerando que podrían poner en peligro a civiles. Y Katsuki no está por la labor de poner en peligro a nadie que no sea él mismo —u otro pro— en ese momento.
De verdad, es un plan suicida.
—¡Tengo una idea! —le grita a Eijiro.
—¡Pues apúrate!
No se la cuenta y Eijiro tampoco le pide que se la cuente. Regla número uno de pelear contra un villano: no revelar tus planes.
—¡Intenta atraerlo un poco hacía mí!
Además, si Eijiro supiera lo que planea, lo impediría.
Pero esa es la única manera, se repite. La única. Porque su novio no va a resistir mucho tiempo más y Katsuki ha sacrificado demasiadas cosas por él, porque siga vivo. Porque, a pesar de lo suicida del plan, hay una oportunidad de salir vivo —y no va a desdeñarla, por nada en el mundo—. Porque Eijiro Kirishima voltea a verlo y sonríe.
Confía en él.
Los movimientos de Eijiro conducen al villano hacia él.
Katsuki se prepara. Hace tanto calor en esa bodega del demonio que el sudor en la palma de sus manos no es un problema.
Piensa en Eijiro y en lo que va a hacer.
Mejor uno que los dos, se repite.
Cuando está seguro de que puede acercarse al villano propulsándose hacia arriba, lo hace. Tiene una sonrisa temible en la cara, la misma que pone cuando está a punto de patearle el trasero a alguien.
—¡MUERE!
Eijiro adivina lo que planea.
—¡Katsuki!
«Katsuki». No grita el nombre de héroe. No. Ni siquiera su apellido, cuando lo hace a veces, en el campo de batalla. Grita su nombre. Desesperado. Sale como un alarido. Katsuki maldice para sí y se contiene para no gritarle que confíe en él, que sabe lo que está haciendo.
(En realidad no sabe, pero va a fingir que sí).
Abre las palmas de las manos cuando está lo suficientemente cerca del cuerpo del villano, contiene la respiración. Necesita estar consciente para explotar algo, si los gases lo noquean antes, será en vano.
Suelta la explosión. Respira.
Todo se va a negro.
¿Lo noqueó?
No tiene ni idea, pero en ese momento, entiende lo de ver pasar la vida ante sus ojos. Es una tontería y no ocurre como la gente dice que ocurre.
Pero ocurre.
El no ve su vida pasar ante sus ojos. Ve a Eijiro, pero no importa. Es casi lo mismo.
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Vida de Héroe [Kiribaku]
FanfictionKatsuki siempre ha pensando que eso de ver tu vida ante tus ojos cuando estás a punto de morir es una estupidez. Pero ahora está en uno de esos instantes. (Y si le preguntan: no, no está ni cerca de morir). Kiribaku / Bakushima (Especial navidad 201...