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INCENDIO || 10

[POV'S TSUBASA]

Entramos al orfanato, donde todos nos esperaban para jugar a las atrapadas. 

Esta vez vamos a hacer tres equipos de cuatro y Jito nos tendrá que atrapar. Puedo percibir que Urabe no está muy animado, y es entendible, después de todo, debe ser espantoso cargar con ese peso de saber que un familiar tuyo se dedica a matar personas, y más cuando sabe que viene detrás de ti. Tenemos que apoyarlo, y asegurarnos de que la pase bien para que se olvide de eso por un rato.

─Urabe─ Ishizaki le toca el hombro.

─¿Huh? Sí, perdón.

─Todo va a estar bien. No olvides que nos tienes a nosotros para lo que sea. Pero trata de divertirte, porque no me gusta nada verte con esa cara de sufrido.

─Lo intentaré─ le sonríe y le da un abrazo─. Gracias por estar siempre, Ishizaki.

─De nada. Eres mi mejor amigo desde que pisamos el orfanato por primera vez.

─Oigan, ¿terminaron?─ pregunta Schneider apoyado en el árbol, bien a lo Wakashimazu, jaja.

─Sí, ya terminamos, Tsubasa Super Sayajin─ le dice Ishizaki, y Urabe se ríe, al igual que yo.

Los grupos quedaron así: yo, Misaki, Wakabayashi y Schneider; Maki, los gemelos y Soda, y por último Urabe, Ishizaki, Sano y Nakanishi.

Kirika nos dio la señal de salir corriendo. Pasaron diez segundos y Jito empezó a buscarnos por todo el bosque.

Nosotros decidimos volver a escondernos en el valle de las piedras donde me escondí con los gemelos la primera vez.

─¿Están seguros de que funcionará?─ pregunta Wakabayashi.

─No se preocupen. Primero buscará por todo el bosque a ver si encuentra a los demás, y no le dará el tiempo de venir hasta aquí.

─Siempre y cuando no vea ningún peluche tierno─ dice Karl.

─Si ves algo, ignóralo. Peluches en un bosque significan trampa. Hiroshi es inteligente y conoce nuestros puntos débiles─ dice Misaki.

─Trataré.

[POV'S ISHIZAKI]

¡Demonios! Nos separamos y Jito encontró a Sano y Nakanishi. Ahora nos persigue a Urabe y a mí. ¡Es muy rápido!

El camino se separa en dos y vamos por distintas direcciones, ¡pero aún así empezó a perseguirme a mí!

─¡Ven aquí!

─¡Ayyyy quiero a mi mami!

Entonces se tira encima de mí y me atrapa.

─Y contigo van tres.

─¡Rayos!─ me cruzo de brazos mientras él me levanta de la camiseta.

[POV'S JITO]

Ya encontré al equipo de Nakanishi y Sano, pero aún me faltan Tsubasa y los otros, ¡y se está por acabar el tiempo!

─¡SALGAN DE DONDE QUIERA QUE ESTÉN! ¡LA ÚLTIMA VEZ LOGRARON DERROTARME, PERO NO VOLVERÁ A PASAR!

─¡Jito!

Miro hacia donde escuché esa voz, y vi a Tsubasa, Misaki y Wakabayashi parados sobre una roca, mirándome con expresión triunfante. Entonces siento que alguien me toca el brazo, y veo a Karl con un cronómetro en la mano.

─Volvimos a ganar.

─¡NOOOOOOOO!

[POV'S MISAKI]

Eso fue muy divertido. Ahora es tiempo de dormir la siesta. Por suerte quedaron camas de sobra por los chicos que se fueron, y los cinco dormimos con ellos.

Percibo aroma a quemado. Me levanto y con mis fosas nasales me guío hasta la cocina, donde hay un gran incendio.

No tengo fuerza para gritar y llamar a Kirika para que evacue a los otros, ya que lo que estoy viendo me dejó petrificado en mi lugar: Matsuko está atada a un poste, muerta, y quemándose de a poco.

─N-no...

─¡TARO!─ Kirika entra y me ve parado en frente al fuego─¡Ve y evacua a los demás. Yo intentaré apagar el fuego!

─S-sí─ salgo corriendo de regreso a la habitación─. ¡Amigos, despierten! ¡Tenemos que salir de aquí!

─¿Qué pasa?─ preguntan tallándose los ojos.

─¡Hay un incendio!

─¡¿QUÉ?!

─¡Salgan, ahora!

Todos salimos afuera. Tsubasa y yo somos los últimos.

─¡¿Quién pudo hacerle esto a nuestro hogar?!

─Yo lo hice.

Esa voz nos suena familiar. Muy familiar. Se nos hiela la sangre al ver al padre de Urabe enfrente del ya incendiado orfanato, ¡con Kirika agarrándola del cuello!

─¡K-KIRIKA!

Él la tira en el suelo. No... No puede estar...

─N-no, Kirika... Tú no...

─¡CORRE, MISAKI!─ Tsubasa me toma de la mano y todos huimos de ese lugar. Pero no tengo la fuerza para seguir corriendo, me caigo en el suelo─¡LEVÁNTATE, MISAKI!

─¡Seis años!─ lo agarro de las muñecas.

─¿Eh?

─¡He vivido en ese orfanato seis años! ¡La mitad de mi vida! ¡Y ahora ya no existe!─ le grito, histérico del llanto.

─Misaki...