Erwin x Armin

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El olor a sangre penetraba con fuerza, culpa del cuerpo en medio de la habitación con el tórax abierto y las paredes decoradas con sus órganos

Claro, todos en la habitación sabían que el congresista lo merecía, era un hombre asqueroso dedicado a la pedofilia. Aún así, eso era demasiado, hasta para el peor de los violadores.

El jefe de división, o "comandante", como le decía el resto del equipo, se acercó a ver la escena. Se agachó junto al cuerpo, aún no podía creer que alguien pudiera cortar un cuerpo de esa manera, mucho menos con un cuchillo tan pequeño como el que estaba a un lado, la única evidencia dejada en la habitación.

Con un suspiro, ordenó que consiguieran las pruebas que pudieran, aunque sabía que no las conseguirían. El hombre que buscaban era demasiado bueno para matar, un experto. Por eso lo había buscado por años sin ninguna ventaja

Lo único que sabían de el era su nombre, "Armin". Nada más aparecía sobre el, ni si quiera las personas que lo contrataban lo sabían. Era casi un fantasma. Nadie conocía su rostro. Casi podías decir que no existía.

-¡Comandante!- Lo llamaron cuando estaba saliendo- Tenemos un celular, estaba debajo de la cama

Erwin lo tomo, sus manos enguantadas recorrieron el celular en busca de información. Varios mensajes de un tal "Cariño" estaban en el. El celular era del congresista, se había puesto de acuerdo con un chico para verse en este hotel. Un menor de edad.

-Que revisen de dónde vienen los mensajes, también quiero pruebas de ADN de todo. -Con un suspiro, estiró su cuello- Iré a dormir unas horas. Llamen a mi celular si algo sucede

Después de despedirse, Erwin camino hacia su auto. Llevaba tres días sin dormir, su cuerpo ya no aguantaba. Y sabía que no encontraría nada de la escena del crimen, era imposible. Y eso lo frustraba aún más

Llegó a su edificio, el cansancio reflejado en sus hombros caídos al caminar dentro. Uso el elevador, nunca lo hacía, pero está vez era necesario. Dentro había un chico rubio. Casi se encogió al ver entrar a Erwin, el cual lo ignoro, estaba más concentrado en llegar a su cama y descansar unas horas. De pronto el joven soltó un sollozo, su pequeño cuerpo se tambaleó y se desvaneció por completo.

Erwin se estiró rápido y logro sujetarlo, enseguida reviso sus signos vitales, todavía respiraba. Al parecer se había desmayado, pero no tenía fiebre. Sin saber que hacer, y siendo un policía, lo llevo a su apartamento para dejarlo descansar, no ameritaba llamar una ambulancia. El chico estaba bien

Lo dejo recostado en el sofá, respiraba con suavidad y se movió para acomodarse. Erwin río un poco al verlo, parecía un pequeño gatito enrroscandose. Después de comer algo rápido, se estiró un poco y de nuevo fue a revisar al chico. Estaba realmente cansado, todavía no despertaba.

Con un suspiro, decidió dejarlo descansar, de cualquier manera, no podía robarle nada, las puertas se aseguraban con un sistema automático, así que no podría escapar.

Decidió darse un baño, se sentía sucio y el agua tibia lo relajaba, más a su espalda que crujía al estirarse. La pequeña ducha, lo hacía sentirse tranquilo, olvidaba por un momento que tenía que atrapar a un asesino, que debía investigar la violación de una menor de edad, que debía presentar pruebas en contra de un fiscal por corrupción. Si, era difícil

Al salir del baño, el chico seguía sin despertar. Erwin estaba cansado, no quería lidiar con más cosas. Siendo irresponsable, se acercó a revisarlo una vez más y después se fue a dormir. Ya vería que hacer después. En el momento que su cuerpo tocó la cama, sus ojos se cerraron.

Se levantó del sofá y estiró su pequeño cuerpo, había sido más fácil de lo que pensó. Se puso de pie y camino por toda la sala, no había nada personal, simplemente cosas simples y aburridas para el. Camino de nuevo y fue hacia el baño, el olor del jabón le gustaba, era uno de sus favoritos. Camino de nuevo hasta llegar a la habitación, el cuerpo del hombre abarcaba casi toda la cama, estaba profundamente dormido.

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