Sea - Lisoo

Four

Al final los padres de Lalisa hablaron con los padres de Jisoo, y de esa manera la dejaron ir.

—¿Quieres escuchar?— preguntó lalisa pasándole uno de sus audífonos, la castaña acepto y ambas fueron todo el viaje escuchando la misma música.

En el camino la oscuridad de la noche gano terreno en el cielo.

Llegaron y desempacaron, ambas iban a dormir en la misma pieza y Lalisa estaba emocionada, podrían hablar más y ser más cercanas.

Luego de la cena llego la hora de ir a la cama, Jisoo era muy tímida pero de alguna forma se sentía cómoda.

Ambas estaban acostadas con la luz apagada, en diferentes camas.

—Lisa.. ¿quieres que te cuente una historia? Soy buena en ello.— Lalisa acepto sin pensarlo dos veces.

—Había una vez dos corderitos, dos felices corderitos, ambos vivían juntos, pero había un problema.. la corderita mayor se sentía sola y no sabía que hacer..— hizo una pequeña pausa— entonces vino un cordero, un poquito mayor a la conejita que se sentía sola..—

Lalisa escuchaba atentamente capa palabra que salía de su boca.

—Eran felices, los tres.. pero el cordero era un lobo disfrazado, y ninguna de las corderitas sabía.

—¿Que paso después?.

—No lo sé, creo que ahí termina.. un final abierto y impredecible.

—vaya.. espero que las corderitas salgan de el lado de aquel lobo.

—Sabes, aveces la sensación de amor te ciega, tal vez nunca se den cuenta.

Ambas se callaron.

—Háblame de ti Lalisa.

—Bueno.. vengo de Tailandia por temas de trabajo de mi papá, y no sé cuanto tiempo me quedé aquí.

Ambas continuaron hablando hasta que el sueño les gano.

La semana entera se la pasaron muy bien, Jisoo sonreía muy a menudo y eso hacía tan feliz a Lalisa.

La luna estaba en su punto máximo de resplandor, mientras que ambas adolescentes de diecisiete años se encontraban tiradas sobre la arena observando a las estrellas mostrando lo mejor de sí.