Day 6: Infierno // Euforia

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 "LA VIDA ES MÁS INFERNAL QUE EL INFIERNO MISMO."

— Akutagawa Ryunosuke (Los Engranajes)

* * *

Despertar era una tortura, no una bendición, o así lo fue por un largo tiempo.

Cada día, al abrir los ojos, maldecía no haber muerto, que su corazón continuara latiendo y su cerebro permaneciera intacto, que sus pulmones trabajaran consumiendo el oxígeno que, fuera de insuflarle ánimos y ganas de levantarse de la cama, lo asfixiaba inclemente.

Detestaba verse obligado a emplear sus músculos y huesos. De no hacerlo, el aburrimiento lo volvería dolorosamente loco, y el cuerpo se le atrofiaría desatando un sufrimiento indeseable. Bañarse, vestirse, responder a las necesidades básicas de su anatomía, ¡cuánto había por hacer!

El vacío le agujereaba el pecho, consumiendo su energía e interés, taladrándole la mente a preguntas que nadie más enfrentaba, honrados por la distracción proveniente de la ignorancia y la inconsciencia: ¿había trascendencia en cumplir las normas de la sociedad, los objetivos de una empresa, la convivencia o, incluso, en procurar el estado óptimo de un trozo de carne animado?, ¿qué significaba sentir?, ¿qué era vivir?, ¿cuál era el objetivo de lo uno o lo otro?, ¿valía la pena lo conseguido por la cantidad de esfuerzo invertido?

Vivir no valía si implicaba despertar y no hallar sentido a la vida... o papel de baño en el baño a las 04 de la mañana.

La puerta se entreabrió. Una mano pálida asomó tendiéndole un rollo del preciado material.

La euforia de semejante regalo de dioses iluminó su existencia disipando la oscuridad, del momento de desesperación por un trozo de papel, hasta la de días lejanos y épocas oscuras en un remoto pasado y un país distante atestado de sombras. Una mano y salvación que pocos apreciarían en totalidad.

La vida no necesitaba un significado para ser vivida, en tanto hubiera con quien compartirla. Quizás ese era su significado, el compartir y tener un auxilio de madrugada, luego de caminar amodorrado a la taza, incapaz de conectar ideas y prevenir catástrofes.

—Me salvaste, Ryu-chan —dice aliviado, lavándose.

—En agradecimiento, a la próxima no grites: "moriré con el culo sucio", para despertarme, ¿de acuerdo, Osamu?

—Haré lo posible —sale, le besa la frente y lo abraza—. ¡A seguir durmiendo!

Akutagawa suspira y sonríe, yendo de vuelta a la habitación. Lo entiende. No le ha agradecido salvarlo de su descuido. Le ha agradecido salvarlo de las mismas mil formas en que él lo salvó.

Salvación recíproca de infiernos distintos y símiles.

Más que trascendencia, compañía. La euforia de estar juntos y ampararse mutuamente.

Taking Off [#DazAku Week]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora