Amigos

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Si tan solo pudiese saber la razón por la cual, mi vida se derrumbó en un segundo. No entiendo, porque no puedo seguir, avanzar, dejar mi pasado atrás.

Es muy pronto.

La música se escuchaba desde mi habitación, mis tías habían preparado una reunión familiar para celebrar mi onomástico, me mire en el espejo, una lágrima se deslizaba por mi mejilla.

Estaba hermosa, tal como imagine que seria a mis 20. La tristeza latente, los recuerdos presentes.

No me afecta, no me duele.

Estoy bien.

Con un pañuelo di golpes suaves en mi rostro para evitar arruinar el maquillaje. Salí de la habitación, escuchando el sonido que emitían mis tacones contra el el piso de manera a cada paso que daba, el corazón se me aceleraba.

Sé que habrán muchas personas que no he visto, desde el entierro. Familiares, amigos. Baje la escalera despacio, con miedo a caerme y hacer el ridículo.

Recorrí la sala con la mirada, con personas dispersas, en grupo, y al verme todos aplaudieron y sonreí intentado que su alegría me llegara, pero no fue así.

Estaba triste, y solo quería dormir.

Mi primo Dimitri me esperaba al final de la escalera el tenía como unos 26 años, y era muy guapo. Tomo mi mano, y caminamos juntos, saludando a todos, poco a poco me fui relajando, pero con la sensación de que me faltaba algo.

Divise a Peter con Jakeline su novia, y al lado de la pareja estaba Crono con una copa de vino en su mano.

—Estas radiante Blake — me dijo Dimitri y yo le respondí sonriendo — Vamos con la abuela.

Al llegar hasta ella, mi corazón se derritió, su cabello blanco y las arrugas pronunciadas en su rostro y en sus manos. Me senté junto a ella.

—Hola Abuela — la abrace — hacía tanto que no te veía.

Por un momento quise que ese abrazo durara para siempre, me sentí bien, ella me abrazaba.

Sonrió —¿Quien eres tu? — me preguntó con su voz tierna, y maternal. Y mi corazón se rompió.

—Y-yo, soy tu nieta, Blake. — ya veía borroso, que sensible estaba, subí mi vista a Dimitri buscando una explicación.

Él me miro triste — Alzahimer.

Yo volví mi vista a su rostro, sus ojos tan azules como los míos.

—¿Tu eres mi hija? Mi hija Barla — me pregunto acariciando mi rostro — si, eres mi hija Barla.

—Ay abue' — la volví a abrazar — te extrañe — confesé solo para ella.

—De que hablas, si siempre has estado conmigo cariño.

Junte sus manos y las bese —Tienes razón, siempre he estado contigo.

Decidí seguirle la corriente, al final, solo me confundía con mi madre.

Me levante del sofá, y busque con la mirada a Peter al localizarlo me dispuse a ir.

—Ya vuelvo — le informe a Dimitri quien ya conversaba con una de mis tías.

Comenzó a sonar una música mas animada, y varios se pusieron a bailar, lo que me dificultó el paso para llegar hasta ellos. Jackeline al verme me abrazo.

—¡Feliz Cumpleaños! — exclamo, soltando la risa.

—Gracias, yo solo deseo que termine rápido — le respondí.

—Tonterias, no se cumplen 19 años dos veces eeh — soltó otra carcajada por su chiste sin gracia. Yo rode los ojos.

[…]

Ya todos se estaban yendo, gracias al cielo. La última en despedirse fue mi tia Camille, cerré la puerta. Me quite los tacones y los deje en el piso, Peter, Jackeline y Crono se quedarían a dormir, ellos estaban acomodando las cosas para ver una película en el cuarto de huéspedes.

Fui a mi habitación, me di una ducha rápida y me puse un pijama de pantalón largo, y camiseta corta acompañado de mis pantuflas.

Busque en mis cajones otro pijama, para llevárselo a Jack.

Salí con la ropa en una mano, y con la otra me solté el pelo.

Abrí la puerta de la habitación de huéspedes y me adentre, los chicos estaban en pijamas también, Peter había venido acompañarme muchas veces, por eso tenia ropa aquí en la mansión.

—Jack, te traje esto, date una ducha y cambiate.

—Eres la mejor — afirmo, agarrando la ropa para luego ir al baño.

Mi mirada se encontró con la de Crono, el me sonrió y yo le respondí de la misma forma.

—¿Bien que película vamos a ver? — preguntó Peter antes de bostezar —La noche del demonio: La última llave. — leyó.

—Por mi esta bien — conteste y mire a Crono quien faltaba por responder.

—Yo nunca la he visto — admitió y Peter y yo exclamamos sorprendidos.

—¿En que mundo vives?

—Perdón por tener una vida, soy una persona ocupada, no tengo tiempo — dijo con superioridad.

Peter y yo soltamos la risa, y él se nos unió.

—Vale, vale, es que no me gustan las películas de terror — confeso ruborizándose.

Peter y yo nos sorprendimos de nuevo.

—Ya dejen de hacer eso —Nos pidió Crono frunciendo su entre cejó, la imagen que me dio, fue de lo mas linda. Parecía enojado, pero sus labios apretados amenazaban con sonreír.

—Pongan de una vez la película — nos regaño, y Peter se puso en movimiento. No nos preocupamos por Jack, ella al igual que nosotros la había visto repetidas veces.

Luego de media hora, Jackeline y Peter dormían abrazados a un lado de nosotros.

Crono parecía muy interesado en la película, y yo me reía de él cada vez que daba un brinquito cuando se asustaba.

—Es muy buena — susurro antes de llevarse unas cotufas a la boca.

—Que bueno, ¿cambio tu aspecto en las películas de terror? — pregunte removiéndome en la cama. Estábamos los cuatro acostados en la cama.

—En definitiva — aseguro sin despegar sus ojos del televisor. Yo bosteze, y me acosté completamente en la cama.
Él estaba sentado con las piernas flexionadas.

—¿Estas cansada? Blake — cuestionó, mirándome.

—Un poco, ¿tu estás nervioso por la universidad?

Sin apartar la vista de mi, negó con la cabeza.

—¿Por qué vives sola? — musitó, percibí un rastro timidez.

Cerré los ojos, sabiendo que él aun me observaba.

— Mi familia murió, un día como hoy.

No abrí mis ojos, no quería ver la lástima reflejada en sus ojos. Recordar como me miraba cada persona a quien le informaba que no tenia familia, que vivía sola, en una mansión que me asfixiaba.

—Lo siento mucho — abrí mis ojos, sorprendiendome al encontrar una mirada cálida de su parte — perdón me gano la curiosidad.

—No te preocupes Crono no pasa nada.

Él se levanto y apago el televisor, y volvió a la cama. Se acostó a mi lado, boca arriba al igual que yo, la oscuridad nos abrazo, yo solo esperaba que mis pupilas se adaptaran. Pero mis ojos amenazaban con cerrarse

—Entiendo Tu Dolor Blake.

Buscó mi mano y la apretó — A que te refieres? — le respondí, tomando su mano, suave y cálida.

—Soy tu amigo a partir de ahora, y estaré ahí, cuando me necesites Blake.

[…]







Tu Dolor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora