Y mira como la vida se reconcilio conmigo, recompensándome contigo—Joel Montero.
Camine fuera de casa, el vecindario se encuentra tranquilo y me agrada. El aire fresco choca contra mi cuerpo, el cielo está nublado tal vez comienza a llover en algún momento. Camino y sigo caminando, la verdad no sé donde quiero dirigirme, no tengo ninguna idea asía donde deseo ir. Paso cerca de un parque, algunas personas se encuentran en él y de inmediato pienso en ella.
Es un lindo lugar para estar justo en este momento a su lado, haciendo lo que sea que nos causara un poco de felicidad, y es que la verdad yo podría estar con ella sentados en cualquier lugar y hablado de cualquier cosa, o no hablando nada. Sería completamente feliz, porque es así como ella hace sentirme.
No me doy cuenta en qué momento fue en que he cruzado la entrada del parque, pero estoy aquí, pisando el césped. Hay grupos de parece haciendo un pequeño picnic, otras simplemente tratando de llegar su lengua hasta su garganta, y al último están las personas solitarias como yo, sentados en cualquier lugar del mundo. Por suerte he traído conmigo uno de mis libros.
"Un viaje sin el"
Este libro es un regalo de una amiga, lo cual ella misma escribió hace dos años y hace uno me lo regalo en mi cumpleaños. No es un libro común, es un gran libro impreso que ella misma hizo, su portada es azul, y la presentación en dibujo de su libro es una mujer que se encuentra de espaldas y frente a ella se encuentra una ciudad. Todo es la creación de la imaginación de ella.
Comienzo a leer donde me he quedado la ultima vez, como todo nombre de un libro te das una imaginación de lo que va a tratar, mas al nombre común y predecible que ella le ha dado. No digo que sea malo ni que no esté bueno, si no que... bueno, olvidemos ese tema.
Ganas de volver a amar trata, ganas de volver a enamorarse quiere, ganas de olvidarlo desea. ¿Cómo se supone que olvidas a alguien que te ha hecho creer que te amo?
—Se ve interesante ese documento— levanto la cabeza para saber quién es dueño de esa voz. Para mi grata sorpresa se trata de una chica quien desde arriba me sonríe.
Miro el libro y respondo— ¿Por qué lo dices?
—Veo las expresiones de mi mirada al momento que tus ojos lo analizan. — le sonrió de lado. La chica del cual a un no conozco el nombre tiene cabello negro, como el carbono, y su piel es totalmente blanca.
Debo aceptar que se ve amigable.
— ¿Me has estado observando? — le pregunto y cierro el libro. Y luego la miro fijamente a la cara.
— ¿Haahah?
Se ha quedado sin palabras lo cual hace que me provoque risa—Descuida ¿Cómo te llamas?
—Nancy. —Responde después de unos segundos.
—Bueno Nancy, te invito a que te sientes conmigo en esta lindo árbol y nos conozcamos ¿Te parece? —sugiero
Me regala una sonrisa de oreja a oreja y posteriormente se sienta a mi lado.
— ¿y tu cómo te llamas?
—Elías...
—Elías que...
Volteo a mirarla— ¿Qué de qué?
—Cuál es tu segundo nombre...
— ¿Aseguras que tengo un segundo nombre?
—Si lo afirmo.