Elías V.Al pasar de los días el peso en mis hombros desaparecieron, ya no me deprimía por saber que algo estaba mal, O que estaba reprimiendo a alguien de su felicidad. Ya no pienso en que la he lastimado, ya no tiene importancia. No debe importarme.
No sabiendo que es lo mejor para ella.Para nosotros.
Varios días después me recupere, mi felicidad volvió a mi vida. Despierto muy alegre por las mañanas y con eso tengo para todo mi día, estoy tranquilo, pues se que nunca he estado mejor que ahora
Estoy con ella, decidimos volverlo a intentar. La verdad es que ambos sabíamos que lo nuestro era real, que tenía que ser para siempre. Algo eterno. Solo nosotros.
Arreglamos todos nuestras indiferencias y discutimos debes en cuando pero aquí estoy siempre para ella, para lo que me necesite, yo estoy aquí. Y ahora que es completamente mía no pienso volver a dejarla ir.
Estoy con Kaitlyn.
Pasamos mucho tiempo en el hospital ya que su quimioterapia no le permite salir mucho, Kaitlyn tiene un tumor en la parte izquierda de la tráquea lo cual lo que eso le ocasiona son problemas respiratorios y tos seca e irritada. Su piel es pálida y fría. Y ahora que no tiene cabello se dedica a usar pelo falso en diferente colores, ella dice que hay que ver el lado positivo de las cosas y aun que por las noches la veo llorar hasta quedarse dormida estoy ahí. La abrazo y le digo que al día siguiente puede ocupar un color naranja, se parece a una Linda, cautivadora, rica, sabrosa. Bueno en cierto modo ella sigue siendo para mí la mujer de la cual me enamore hace más de un año.
Y a pesar de los días su padre nunca pudo aceptarme, jamás pensó que su hija terminaría con alguien como yo.
Guapo y apuesto.
Para ser sincero nunca me intereso ganarme su confianza, pero si me gustaría que recapacitara y pensara un poco en su hija ya que ella lo necesita más que nunca. Kaitlyn estuvo hospitalizada en varias ocasiones en un hospital afueras de la ciudad porque su padre se negaba a que el mundo supiera sobre su enfermedad.
Pero su madre siempre estuvo ahí, dormía con ella por las noches mientras que en las mañanas era mía, completamente mía. A diferencia de su padre ella si pudo aceptarme y estaba enterada que su hija y yo nos encontrábamos en una relación formalizada, incluso mis padres han venido a verla en varias ocasiones.
En estos momentos nos encontramos en su recamara acostados, ella recargada sobre mi regazo. Nunca había estado mejor que ahora.
— ¿Crees que exista otra vida después de que estaba acabe? — Kaitlyn pregunto mientras toca mi pierna derecha.
—Lo creo— respondí simple.
—Y ¿Crees que vuélvamos a vernos después, cuando yo ya no este, quiero decir volveremos a encontrarnos?
—Cariño, a donde tú vallas yo te seguiré. Estamos hechos para estar juntos.
— Prométeme que vas hacer fuerte.
— Kaitlyn…
—Elías, prométeme que cuando yo no este, te darás la oportunidad de encontrar a alguien. Que no te vas a reprimir de todo lo que hay más allá de mí. — se coloco recta y ahora frente a mi — ¿prométeme que volverás a intentarlo?
Niego con la cabeza— No hagas esto Kay, no pienso en eso ahora. Estoy contigo, somos felices. Yo te amo, y no necesito otra cosa más que no seas tú.
Kaitlyn toca con suavidad mi mejilla— Sabes que voy a morir.
Y eso me parte el alma.
—Cállate. No digas eso.