A Good Bad Boy ©✔️

Capítulo 5

¿Escuché bien?

Después de que me dijera que no me metiera en su vida, que no le interesaba ser mi amigo y que respetara su decisión ¿quiere que sepa de su vida, que seamos amigos y que olvide su decisión? ¡Ja! No mi cielo, usted me dejó bien en claro que no me metiera y que lo respetara. Ahora no se queje.

—Ya no me interesa.

— ¿Qué? —su divertida sonrisa se desvanece por un rostro de asombro y un poco de ofensa.

—I do not repeat twice.

— ¿Por qué ese cambio drástico y de humor?

—Me tienes con chicha, estoy que te doy un puñetazo en esa boca que solo veneno sale de allí.

— ¿Y porque ya no estás interesada en mí?

—Porque me dejaste muy claro que no te interesa ser mi amigo, que no me meta en vida ajenas, que no era asunto mío. Y yo respeto a las personas, no soy de rogarle a nadie.

—Escucha, sé que dije eso, pero no quieres que te ayude. No querrás que llegue un maleante y te robe la bici o que no puedas huir de un asalto.

—Liberia es tan tranquilo que dudo que pases en esas cosas.

— ¿No vez Facebook? Un niño de séptimo lo asaltaron por el hospital ayer.

¿A un niño de séptimo? ¡Qué cruel es la gente! Es un niño que apenas está en el primer año de colegio que recién empieza a conocer más de la vida y el mundo, que recién empieza a independizarse de sus padres. Saber que un niño de esos que ya no camina acompañado de sus padres para volver a casa porque ya son grandes, debe ser horrible esa experiencia. Bueno, yo nunca he pasado por eso porque aún camino acompañada de mis padres o con otras personas, pero no me gustaría que eso me pase.

— ¿Johnson? —sacude su mano en mi rostro haciéndome salir de mis pensamientos.

—Lo siento. Me perdí en mi mundo. ¿Qué decías?

—Que me permitas arreglar tu bicicleta para que te vayas a casa tranquila y de paso me dejo conocer.

—De acuerdo, solo porque quiero regresar a mi casa y para que me dejes en paz.

—Creelo, yo en verdad quiero estar ya en mi casa, pero no quiero ver una noticia en Facebook que digan que encontraron una menor de edad muerta y terminaré arreciéndome por no haberte ayudado.

Me sorprende mucho su comentario. James colocó mis compras en la manivela de su bicicleta. Se subió a su bicicleta mientras sostenía la mía con una mano de la manivela.

—Sube.

— ¿A dónde?

—En la barra de mi bicicleta.

—No me subiré a tu bicicleta ¿y si nos caemos? No quiero terminar con dolor de trasero.

—Bueno —se encoge de hombros— espera aquí sola mientras voy al taller y vuelvo con tu bicicleta.

¿Aquí sola, parada haciendo nada como tonta?

—Mejor si subo —me siento en la barra de su bicicleta con las piernas pegadas mientras me agarro de su manivela. James hecha una risita y empieza a pedalear.

—Miedosa.

—Mejor prevenir que lamentar.

—Mmm, eres muy prevenida Johnson.

James pedaleaba por la calle con una mano en la manivela de mi bici y otra mano ni si quiera la usaba, yo con costo puedo soltar una mano. No íbamos hablando, pero sentía confiada y segura con él cuando no debería. ¿Por qué ese cambio de ser conmigo tan repentino? Debe de haber una verdadera razón.