Capítulo 1: Demonio.

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—Ah...

Un rubio se encontraba acostado con sus brazos tras a la nuca usándolos como almohada en un pasto hermosamente verde viendo el cielo nublado, por alguna razón le empezó a gustar el gris en ese mar de nubes junto con el olor a tierra mojada, todo lo contrario a su yo del pasado.

Cerró sus ojos rubíes pensando en lo ocurrido últimamente, llevaba así tres meses, tres meses desde que vive en ese lugar pasando la mayoría del tiempo encerrado, tres meses desde que se convirtió en "eso".

Al abrir sus párpados, el paisaje que creó estaba desapareciendo lentamente, volviendo al lugar de antes, todo en blanco con leves nieblas.

—Debería de dejar de crear esas cosas, después de todo soy un demonio. —Susurró a sí mismo a la vez que se levantaba del blanco suelo.

Caminó hacia una mesa de cristal y, al llegar a ésta, pudo ver su reflejo. Se quedó mirando sus ojos rubíes, si no mal recuerda antes eran azules; la melancolía lo invadió, después de todo aún tiene sentimientos.

¿Cómo llegó a ser un demonio? Sabía la respuesta pero tenía dudas.

Un ruido lo sacó de sus pensamientos, Yūichirō se estaba despertando. Lo que ve el azabache ahora también es lo que ve el rubio.

Mika decidió salir por un momento del cuerpo de Yuu para darle los buenos días y verlo al menos unos minutos.

—Buenos días, Yuu-chan.

El ojiesmeralda soltó un bostezo a la vez que parpadea para aclarar su vista. Ya despierto, vio a su amigo rubio regalando le una sonrisita, entonces le devolvió el gesto abiertamente.

—Buenos días, Mika.

—Oye Yuu-chan, hoy tienes la prueba para tener un arma demoníaca, ¿cierto?— . Preguntó Mikaela.

Cabe recalcar que nadie sabe sobre el demonio de Yuu y sobre lo que pasó en ese momento. El azabache al escuchar eso frunció un poco el ceño, recordando.

—¡Ah, cierto! ¿Eso quiere decir que ahora tendré dos?— Mika, al escuchar eso, rodó los ojos.

—Tendrás uno bueno.

Yuu soltó una risita.—Eso es obvio. ¿Me ayudarás?

—Sí, porque tú solo no podrás. —Le respondió frunciendo ligeramente, admite que no le agrada del todo eso de las armas demoníacas, pero luego recuerda que él es un monstruo- como se autodenomino-, pero tratará de protegerlo, aun si sea de él mismo.

El de orbes verdes hizo un leve puchero cruzando sus brazos. —Oye, gracias eh.

—Anda, apúrate que se te hará tarde. —Ignoró el comentario y desapareció.

El azabache soltó un suspiro e hizo caso a Mika.

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Y empezamos con los capítulos; ah.

-MsN

My demon Mikaela [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora