My demon Mikaela [En Edición]

Capítulo 4: Vampiro

"Mika, debes beber sangre, te sentirás mejor"

"Mika..."

"Mikaela..."

"¡Mika, eres un-"

—Oye, Mika, parece que alguien está en problemas.

Mikaela, quien estaba en sus propios pensamientos mirando a la nada, volteó a ver a Asuramaru, su mirada se encontraba viendo lo que los ojos de Yuu veía. Al parecer alguien estaba siendo poseído.

Reaccionó y soltó un bufido. —Primero, no me hables con tanta confianza, —el pelimorado hizo una mueca de diversión —y segundo, ¿quién? ¿el castaño que a veces se me olvida su nombre como ahora?

Asuramaru asintió y señaló hacia el lugar donde se veía los hechos y Mika hizo caso, ocasionando que soltara otro bufido.

El cuerpo de Yoichi estaba desprendiendo esa aura que estaba siendo poseído, llevaba así desde hace unos minutos preocupando a los demás. El rubio lo miraba fijamente a través de la vista de Yuu, y se preguntó como es que el teniente coronel aún no hacía algo.

El poco tiempo que llevaba de conocer- obviamente no en persona, sino a través de Yuu- a los amigos del azabache, sabía que no eran malas personas a pesar que no le agradan del todo, y Yoichi era alguien realmente amable, gentil y siempre se preocupaba por sus amigos, tal vez su amabilidad no le agrada al rubio porque hay personas que se aprovechan de ello y sale lastimado tanto físico como mental, y eso le molesta, que haya personas así que aprovechan todo lo que hay a su paso. Pobre alma pura que se esta dejando devorar por el demonio.

Shinoa, ya desesperada, volteó a ver inmediatamente al Ichinose. —¡Teniente coronel! ¡hay que hacer algo inmediatamente o sino-

No pudo terminar de hablar ya que Yoichi se levantó y su apariencia normal decía que todo estaba bien, que no se dejó vencer y ganó. Eso hizo suspirar de alivio a los amigos del castaño y Guren frunció su ceño confundido, ¿cómo es que él...? si hace un momento parecía perder, pero ahora está normal sin señales de que un demonio se haya apoderado de él.

—¡Yoichi! ¿estás bien? —Yuu fue el primero en preguntar una vez que todos se acercaran al castaño.

Saotome parpadeó confundido para luego asentir lentamente.

—¿Qué pasó exactamente ahí? —preguntó Kimizuki estando más cerca de Yoichi, y éste al principio no entendió la pregunta, pero luego negó con su cabeza para contestar.

—La verdad no lo sé, pero lo venci, creo.

Ante eso Shinoa frunció ligeramente su ceño. —¿Crees?

Rascó su nuca ladeando la cabeza para luego sonreír. —De alguna forma sentí que algo o alguien me ayudó.

Eso confundió más a Guren quien se mantuvo callado desde que Yoichi despertó. Quería preguntarle qué exactamente lo ayudó, pero ya sería luego, el pobre chico ya tuvo bastante con ser casi poseído.

Hubo un silencio en aquel lugar, cada quien en sus propios pensamientos. Tenían dudas, sí, pero ahora no era el tiempo para preguntar, tenían otras cosas que hacer, en especial Yūichirō.

[...]

—¿Qué fue lo que pasó ahí, Mika?

Después de lo ocurrido Yuu se dirigió a su habitación para dormir un buen rato como el flojo que era, ya hasta tenía su ropa de dormir tenía puesta, pero decidió analizar lo sucedido anteriormente acostándose en su cama.

—¿Ahí dónde, Yuu-chan? —la voz de Mika sonó en su mente, el tono que utilizó fue tan suave que lo hizo cerrar sus ojos por un momento y sonreír ligeramente.