Extra + ¿Nueva secuela?

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Había pasado un año desde que mi adorada esposa había partido, ahora me encontraba frente a su lápida en el cementerio. "Karol Sevilla de Pasquarelli, 9 de Noviembre de 1898 - 4 de Enero de 1930", leí. Aunque sentía el sentimiento del duelo como algo pasado, no dejaba de sentir aquel vacío en mi corazón cada que venía a dejarle flores.

Muchas veces, no podía evitar pensar en la vida que hubiéramos tenido si ella aún estuviera viva. Muy seguramente tendríamos hijos, viajaríamos y envejeceríamos juntos... Suspiré con dolor tras recordar uno de sus mayores sueños, ella quería ser madre. De pronto un pensamiento atravesó mi mente, ¿y si a pesar de todo, tuvieramos un hijo? Miré su lápida como esperando que ella me dijera que sí, recibiendo como respuesta, una suave brisa que me envolvió suavemente, tal y como un abrazo suyo. "Entonces eso haremos preciosa, tendremos un bebé". Susurré al viento, sabiendo que ella sonreía.

Días después, tras haber preguntado a algunos contactos sobre algún orfanato en la ciudad, finalmente iba en camino para adoptar a algún pequeño, con la esperanza de iluminar sus días y de esta manera cumplir el sueño de mi amada Karol.

Con aquel pensamiento en mente, arribé al lugar. Sin lugar a dudas era enorme e imponente la construcción, casi dos veces nuestra mansión. Asombrado abrí la reja y posteriormente entré al lugar, donde me recibió una amable monja.

- Buenos días, Madre.

- ¿Usted es el Señor Pasquarelli, cierto?

- Así es.

- Bien, sígame por aquí. En un segundo vendrá la Madre Superiora a entrevistarlo.

Me indicó una oficina y me invitó a tomar asiento. Tras unos cinco minutos, entró a la oficina la Madre Superiora, quien me saludó con cortesía y tomó asiento frente a mi. Después de presentarnos y contarle sobre mi situación financiera, ella preguntó.

- Cuénteme Señor Pasquarelli. ¿Por qué quiere adoptar?

- Le contaré, hace un año perdí a mi esposa, se llamaba Karol. Falleció de una manera trágica, a causa de la ambición de su hermano. Fue un golpe demasiado duro para mi, y hasta la fecha sigo sintiendo el vacío que ella dejó en mi corazón, pero hace unos días recordé aquel sueño que teníamos. Pues ambos anhelábamos ser padres y de inmediato pensé en cumplir aquel sueño que la muerte se había encargado de enterrar, hasta ahora.

Después de aquella entrevista, ella me dijo que me llamarían si me consideraban apto para adoptar. Aunque para que eso sucediera, pasarían meses. Pero no me desanimaba, sabía que tarde o temprano podría tener otra razón para sonreír, así que mientras esperaba la aprobación, mandé acondicionar la habitación más cercana a la mía para el pequeño o pequeña que recibiese. Por su parte Doña Carolina, mi suegra, quien vivía en la mansión desde la muerte de Karol, estaba entusiasmada y ya preparaba su corazón para regalar todo el amor que sólo una abuela sabría dar.

Mayo llegaba, y seguíamos sin noticias de la adopción. Me encontraba frente a la lápida de Karol nuevamente, renovando las flores marchitas. "Amor mío, ¿por qué tardan tanto?" , le susurré. Finalmente regresé a casa, pensaba llevar al teatro a Doña Carolina, pues estaba desanimado y algo de distracción vendría bien. Pero cual sería mi sorpresa, pues siquiera Doña Carolina oírme llegar, salió a recibirme con lágrimas en los ojos.

- ¡Ruggero! ¡Querido! ¡Han hablado del orfanato, dicen que vayamos lo más pronto posible!

Aún con la sorpresa apenas pude reaccionar. Pero de inmediato subimos al auto y partimos al orfanato. Durante el trayecto, Doña Carolina y yo hablamos solamente de cómo podríamos festejar al nuevo miembro de la familia Pasquarelli Sevilla.

Al llegar, nos apresuramos a entrar. La Madre Superiora llegó a nuestro encuentro y nos indicó pasaramos a su oficina, donde me hizo firmar los papeles de adopción e insistiendo que alguien del orfanato iría de vez en cuando para verificar que la criatura estuviera bien. Y una vez terminado los trámites administrativos, finalmente nos presentarían al pequeño o pequeña que llevaría mi apellido y el de mi bella esposa.

Aquellos tres minutos fueron los más largos de toda mi vida, pues entre Doña Carolina y yo sólo habían miradas nerviosas, hasta que la puerta se abrió dejando pasar a la Madre Superiora, a otra monja más joven y finalmente a una pequeña niña, de cabello castaño y unos bellos ojos... ¿Azul y café?

- Les presento a Sofía, padece de heterocromía. Ella es su nueva hija. Sofía, él es el Señor Pasquarelli, tu nuevo padre.

Dijo la Madre Superiora con cierto tono de burla.

La pequeña llevaba abrazando a un pequeño oso de peluche, y al verme sólo quiso ocultar su mirada. Doña Carolina y yo la mirábamos asombrados.

- ¿Qué sucede Señor Pasquarelli? ¿No es lo que esperaba?

Dice la Madre Superiora, pero yo no la escuchaba ya. Sofía había estado al borde del llanto tras esto y fue cuando comprendí, que a Sofía no la querían por sus ojitos.

- Hola Sofía, no te escondas. A mi me parecen preciosos tus ojos.

Le dije suavemente, acercándome y poniéndome a su nivel.

- ¿En serio?

Susurró con su dulce voz. Yo asentí conteniendo lágrimas en los ojos, quería abrazarla. Pero temía que se asustara.

- Para mi, eres la niña más linda que he visto en todo el mundo.

Sofía sonrió. Yo le tendí mi mano, para que ella la tomara.

- Me llamo Ruggero y si me lo permites, quiero ser tu papá.

- ¿Mi papá?

Dijo sonriendo y llenando sus bellos ojos con lágrimas de felicidad.

- Así es.

Ella sonrió y sin que lo esperara se lanzó a mis brazos. Yo la tomé con suma delicadeza e inhalé su perfume tan infantil.

- Te quiero, papi.

En ese momento rompí a llorar. No había mejor sentimiento que aquel. Y ahí, en aquel abrazo pude sentir el calor de mi amada Karol envolvernos. Finalmente habíamos cumplido nuestro sueño.

- Y yo a ti mi pequeña, Sofía Pasquarelli Sevilla.

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¡Hola, queridos lectores! Hace millones de años que no ando por Wattpad.

En fin, sólo quería decirles que gracias a la Señora Cuarentena estaré un poco más activa aquí. Así que si les gustó este especial y les gustaría que la continuara como una mini secuela ¡comenten mucho!

Bueno bai, a pesar de los años los sigo amando tanto como a mis historias uwu <3

Pd. Lávense sus manitas. Bai <3

Adiós, Amor... l AA1 lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora