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16. My Lighthouse

Kuroo al día siguiente tuvo que comprar ropa, por suerte su práctica era pagada y tenía dinero para permitirse un par de prendas nuevas y algunas cosas para el departamento de Tsukki, así no ser una molestia.

Aunque fue forzado, la convivencia juntos estaba resultando bien, pero a pesar de toda la emotiva conversación que tuvieron el moreno aún no sabía si eran novios realmente o solo estaban viviendo en la tensión de toda la situación, que llevaba ya casi dos meses desde la salida de la casa de los padres de  Kuroo.

- ¿Qué pasa? - hace días Kuroo parecía estar dándole vueltas a algo, como si tuviera algo en la mente que lo preocupaba infinitamente y no lograba verbalizar - ¿Hay algún problema en el hospital?

- No, solo me preguntaba... si somos novios ahora - dijo mientras preparaba la cena de esa noche.

- ¿Qué crees tú? - a veces Kuroo podía ser un niño aún menor que el.

- No se, por eso te preguntó - se giró a mirarlo con un mohín en el rostro - no quiero que seamos novio porque te dio lastima que peleara con mis padres... y no se, todo este tiempo que hemos salido no has querido hacerlo formal.

- Porque me sentía inseguro - respondió sincero - es fácil sentir que pueden dejarte por cualquier otro cuando así ha sido la historia, pero enfrentarte a tus padres por mi, por nosotros... fue razón suficiente para sentir un golpe innegable de confianza.

- ¿Entonces si somos novios? - sonrió y apagó el fuego para ir a enredar en sus brazos al rubio.

- Somos novios - asintió abrazándolo también - somos novios hace mucho tiempo a decir verdad, pero es lindo poder decir que ahora lo somos realmente.

- Voy a escribirle a Bokuto y Akaashi para contarles - mordió sus mejillas - mañana te iré a buscar al entrenamiento.

- Que bobo eres - rio picando sus costados y volviendo a abrazarlo - ¿Cuando quieres que sea nuestro aniversario? ¿hoy o el dia que te mudaste?

- Hoy, porque es lo oficial - y porque quería olvidar el día en que su padre lo rechazó - quiero que este año termine pronto y trabajar regularmente, así podremos mudarnos a un lugar más grande.

- Al menos en un lugar pequeño podemos estar muy juntitos siempre - respondió haciéndole girar para que quedara frente a la cocina nuevamente y el quedarse abrazado a su espalda mientras seguía cocinando - ¿Ves? Lo pequeño tiene algo bueno.

- Tienes razón - terminó la cena y comieron hablando tranquilamente, poco a poco el rechazo del padre del moreno iba quedando en el pasado.

- Hace siglos no tenía un novio - se sentía ridículamente torpe ahora que lo habían verbalizado - ¿Tengo que sacarte de paseo? ¿Comprar algún alimento especial? - agregó bromeando un poco para que Kuroo se relajara también, como diciéndole que aprenderían juntos.

- No lo se, nunca me han puesto una correa - agregó con una sonrisa coqueta - podrías ser el primero en intentarlo.

- Suena interesante, pero creo que quieres un respiro de la pasividad - sonrió de medio lado, incluso pareciendo burlarse un poco de él - o quizá ya te acostumbraste y es la única forma que recuerdas para follar.

- No me molestes Kei-chan, que si bien es cierto que estuve abajo, tengo todo lo necesario para dominar a alguien como Ushijima, y créeme que lo disfrutó - se acercó con una sonrisa predadora en los labios, hace semanas que salían juntos pero no habían llegado a más de besos profundos.

- Bien por ti, pero aun te falta para eso, estoy cuidando mi castidad - siquiera se esforzó en contener la risa que la frase le causo, pero empujó a Kuroo suavemente para que se alejara, aunque solo estaba jugando al difícil y moría de ganas saltar a sus brazos.