De vuelta a Tokio
Un par de saltos fugaces en el espacio/tiempo sin el permiso de la inconsciente Setsuna, y se plantaron en el hospital más cercano a la casa de Hotaru. Michiru envió un mensaje rápido pidiendo que vinieran todas las marineras. Haruka cargó, con la ayuda de Chibiusa, con la agotada marinera de Plutón. Hotaru se avanzó para pedir médicos de emergencias por un desmayo que había sufrido su familiar por la calle.
Nadie dijo nada durante una hora. Hotaru y Chibiusa se iban mirando dentro de esa esfera de tensión en la que no sabían palpar qué clase de muro había crecido entre las dos, después de esos diecisiete años de distancia. Usagi y Rei, expertas en charlar más de la cuenta, miraban en silencio a Setsuna desde el pasillo. Ami era la única marinera del Sistema Solar interior que estaba dentro de la habitación: se quedó un buen rato abrazada a Hotaru, por todo el trabajo que ellas dos habían llevado a cabo desde que entraron en la universidad para encontrar a Setsuna. Excepto Chibiusa, todo el mundo conocía esa historia.
Chibiusa no se quejó en ningún momento de no saber cosas, de no poder ayudar, de nada. A Hotaru le pareció raro. Quizás estaba esperando a quedarse ellas dos solas. Observaba a su hermana mayor no oficial, su querida Fu. Se esforzaba por dar una imagen neutral, por alguna razón. Quizás era lo que había aprendido a hacer, como princesa. Hotaru no conseguía deducir qué pasaba por su mente, como siempre conseguía cuando era joven. Quizás aún estaba aceptando el cambio, como ella había predicho.
Cuando el horario de visitas se dio por concluido y los médicos declararon que la vida de Setsuna estaba fuera de peligro, las marineras fueron marchándose a casa. Sólo permitían a un familiar legal quedarse allí. Eso identificaba a Hotaru solamente.
—No me pienso ir —declaró Chibiusa, dejando ver que su tozudez e inflexibilidad seguían allí—. Desapareceré cuando sea conveniente, pero me quedaré.
Haruka y Michiru asintieron y se fueron, dejando a la antigua pareja a solas con la persona que por un gran motivo de peso las había separado, a pesar de probablemente haberles salvado la vida.
Chibiusa no se había atrevido hasta aquel momento a mostrar ninguna señal de su dolor. Hotaru supo que esa fortaleza acababa en ese instante, cuando la princesa se acercó a Setsuna y le acarició una mejilla.
—Fu... Estás igual que la última vez que te vi —susurró. Hotaru notó que quiso seguir, pero las lágrimas anegaron sus ojos rápidamente y enterró su cara en las sábanas de la cama. Hotaru, acertadamente, alcanzó su hombro y reposó su cara en el hombro derecho de Chibiusa. Ella inmediatamente saltó a sus brazos, llorando en silencio—. ¡Fu está bien! Fu está bien...
—Fu está bien... —repitió Hotaru, no pudiendo resistir la urgencia de llorar también.
Así se quedaron un rato, rompiendo la barrera del tiempo reconstruyendo un poco de aquella complicidad y confianza que se tenían. Hotaru fue consciente desde el momento que había dicho Chibiusa que se iba a quedar, que no todo estaba perdido.
—No sé cómo disculparme —balbuceó—. Tantos años esperando...
—Cállate. No hagas eso —le espetó—. Ninguna de las dos pudo hacer nada.
—¿Tú sabías...?
—Todo el tiempo. Desde el momento en el que se congelaron las puertas del tiempo supe qué había pasado, cómo había pasado y dónde estaba Fu atrapada. —Su voz tembló peligrosamente, probablemente por la rabia contenida durante tantos años—. Recé durante años para que te acordaras de aquellos cuentos para niños sobre ciudades perdidas, tan tontos que me parecían y... —Hotaru soltó una risita tonta. Chibiusa también sonrió—. Nunca hubiéramos recuperado a Setsuna si no fuera por...
![](https://img.wattpad.com/cover/217357962-288-k637930.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El misterio de Piri Reis [Sailor Moon: Hotaru x Chibiusa]
FanfikceLa guerra contra Galaxia terminó hace años, y ahora Hotaru tiene una vida feliz junto a sus madres adoptivas y las visitas de Chibiusa. Sin embargo, el mundo no está en paz, la desgracia sacude la familia. Hotaru tendrá que buscar en la arqueología...