Parte 8

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<<¿Y si Ana hubiese vivido una vida diferente? ¿Si hubiese conocido a alguien de su país y no a Gustavo, el tan prometedor español que estaba allí por un intercambio universitario? ¿Qué habría sucedido entonces?>>

—Ojalá nunca la hubiera conocido-soltó Laura con frustración y, sólo en parte, le entendí.

—¿Qué, por qué? Tuvieron una historia de amor tan magnífica que me tienes aquí esperando por poder contarla, ¿cómo que ojalá no se hubiesen conocido?

—Verás, Karla-primera vez que me llamaba por mi nombre-, si no nos hubiésemos conocido, ella aún estaría allí sentada.-me estremecí, era cierto. Pero Laura no podía negar que gracias a ella, Karla tuvo una mejor vida. Temporal tal vez, a medias, pero una mejor vida en fin. 

—Es egoísta lo que estás diciendo-solté con algo de enojo-.Tú salvaste su vida, hiciste que fuese mejor. Tú le diste el amor que jamás había conocido.

—Y luego arruiné la poca vida que le quedaba-suspiró-...no lo entiendes. 

—Explícamelo.

Laura me miró con angustia. Era obvio que yo no lo entendería sin saber todo lo que vino en medio. Tendría que tener paciencia y esperar a que me lo contase. Eso me generaba mucha ansiedad, no podía esperar a que todo fuese contado en orden y sé que quizá ustedes tampoco pero lo siento mucho, tendrán que esperar al igual que yo. 

—Comenzó cuando nos hicimos más cercanas. Luego de la noche de parrillada, le pedí a Ana su número de teléfono, nunca quiso dármelo. Decía que para ella era algo vanal y arruinaba las relaciones, que prefería hablar con la gente cara a cara. Me pareció algo muy puro, ¿sabes? Hoy en día todos pedimos los números de teléfono antes de preguntar el nombre de las demás personas.-rió para comenzar su relato

<<Recuerdo haber insistido arduamente en que me dijera cuál era su número, jamás logré conseguirlo. Era frustrante querer ser su "amiga" y no poder hablar con ella más que durante algunos minutos o una hora aquí en aquella mesa. Debía conseguir su whatsapp, su e-mail, su algo...>> volvió a reír <<Una de esas tardes en las que tomábamos café, el suyo negro porque había pasado una mala noche según dijo, fue al baño y aproveché para revisar su bolso. Ya teníamos confianza y no sentía la necesidad de llevarlo consigo. Sí, sé que la quebranté y no debería haberlo hecho pero lo consideré necesario.>> wow. Laura rompiendo las reglas, suena extraño. Parece tan correcta en algunos aspectos que me sorprende. <<En su bolso había una base y polvillos color piel, todos de su tono, y un pequeño celular similar a un Nokia 1100, uno de aquellos viejos con los que podrías romper un ladrillo. Eso era todo. Entré de prisa a sus contactos donde obviamente se tendría agendada y llamó mi atención ver que sólo tenía a Gustavo allí. Ni a su madre, ni su padre, ni a nadie. Sólo a su marido...>>sollozó.<<Bajo la mirada negadora de uno de los camareros, envié un mensaje desde su móvil al mío y lo borré para que ella no lo notara. Luego volví a guardarlo en su lugar y dejé el bolso tal cual ella lo había dejado. Ya había conseguido su número, pero de mala forma, supongo que no era algo tan bueno>>

Una vez que Laura consiguió el número telefónico de Ana, dudó en escribirle varias veces. Estaba tentada, pero sabía que no podía hacerlo; era más que obvio el motivo. 
Ana no sabía que Laura conocía su secreto, Ana no sabía que Laura había visto sus moratones y heridas, que la había visto llorar y que sabía cuánto su marido habría de golpearla. Ana no tenía conocimiento sobre nada. 

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⏰ Última actualización: May 27, 2020 ⏰

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Rose SpezzateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora