—Bien Aubrey. Concéntrate. Quizás esto es una broma —pienso para mí misma.
Pero, ni siquiera sé quién pudiera hacerme esta broma que no sólo es pesada, sino de muy mal gusto. Aunque, pensándolo bien no creo que a alguien le dé tiempo de quitar y cambiar muebles en una noche y agregar cosas y accesorios cambiándolos por los míos.
Donde antes estaba mi escritorio de mármol blanco con una silla giratoria y mi laptop Mac, yace un tocador de espejo cuadrado y un ligero y delgado marco de la misma madera alrededor de él. Hay muchos perfumes, un poco de maquillaje que si lo tuviera yo realmente, lo tiraría sin pensarlo. Porque al mirarlos de cerca, se tratan de rímel, rubor, delineador en negro, un pequeño polvo compacto café y muchos labiales en las mismas tonalidades rojas . Todos con un diseño muy vintage para mi gusto.
Frente al espejo se puede observar una foto en tamaño pequeño mía con otras dos chicas. Una rubia con pecas y gran delineado, y la otra con cabello negro azabache con mejillas muy enrojecidas. El fondo está desenfocado y oscuro, las tres sonriendo. Bajo esta foto, hay una de James Dean, donde en la esquina deja ver una caligrafía cuidada y elegante.
—"James Dean, 1953" —leo en bajo—. Esto no puede estar sucediendo.
Me siento sobre la cama dejando pasar aire a mis pulmones como me enseñaron alguna vez en clase de yoga.
—Tengo que salir de aquí.
Casi saltando de la cama, rebusco en el tocador y todos los cajones, el armario por arriba y por abajo, en el suelo debajo de la cama, una ventana, la mesita donde está un televisor con caja por detrás y largas antenas. Atrapada. Esa es la palabra, estaré aquí para siempre. Y no veré a mis amigas, a mis ocupados padres, Starbucks, mas traseros de chicos.
Error. Esos todavía hay.
¡Y mi celular! Por el cielo amado y poderoso. No lo volveré a tocarlo y tenerlo jamás. Me quedaré aquí hasta morir en esta época aburrida y machista.
—¡Aubrey, que se te va a pasar el autobús. Date prisa! —oigo gritar a, ¿mi mamá?
Suspiro. Si quiero salir de aquí en algún momento o de cualquier manera, será mejor acatarme a lo que hay por ahora y ver qué puede suceder.
Camino al armario de madera café, y abriéndolo me encuentro con muchas faldas de colores largas, blusas y camisas con botones y suéteres.
—Aburrido —canturreo. No sé qué ponerme y cómo se combina esto; me tiento por segundos a buscar mi celular y buscar outfits en Pinterest. La tristeza llega a mí otra vez cuando veo que esto no es posible.
Elijo una de las tantas faldas largas. Esta lleva el color amarillo con lunares blancos. Descuelgo una camisa blanca de botones y por debajo del armario veo zapatos con colores apagados y neutros. Tomo los que parecen tenis blancos.
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Atrapada en los 50's
General FictionLa vida de Aubrey Dollan está por cambiar radicalmente su vida. Y no porque ella lo haya querido, todo lo contrario, se encuentra atrapada en una época de la cual desconoce. Su celular se ha convertido en un teléfono con cable pegado a la pared. J...