Cansado y algo rezagado, Giorno abrió la gran puerta de entrada caracterizada por sus bordes de oro. Dejó salir un bostezo pesado, el cual fue acallado por su mano. Eran alrededor de las 7 de la mañana, había pasado toda la noche en vela, aunque ya era algo rutinario. Sin embargo, al momento de que puso un pie dentro de la casa, sintió que algo no andaba bien. Si había algo que de verdad no podía faltar en su día a día era ver a Narancia en el sofá al llegar del trabajo, dormido por centrarse totalmente en el estudio la noche pasada. Pensó que esa mañana no sería la excepción, aun así, no pudo visualizarlo. "Tal vez, por alguna razón, se fue a la cama" pensó, por lo que se dirigió escalones arriba con calma, sin dejar ver su ligera preocupación.
Una vez arriba, observó que todo estuviese en orden por los pastillos, tratando de descartar las desgracias de las que su mente se llenaba al ver su rutina perturbada. Todo se encontraba como de costumbre, la fotografía de sus vacaciones en Hawái con toda la pandilla -incluido Narancia- continuaba en la pared, el carrito que Abbacchio había ordenado insistentemente que el muchacho retirara permanecía en el suelo, sinónimo de la vagancia que lo marcaba desde niño según le había comentado Buccellati; las puertas estaban cerradas, tal y como las había dejado, y los cajones descansaban en sus lugares, sin ni una sola huella.
Suspiró, diciéndose a si mismo que sólo se imaginaba cosas, que Narancia estaría durmiendo cómodamente en su cama, a salvo de cualquier peligro que pudiese dañarlo. Colocó su mano en el pomo de la puerta infantilmente decorada con estampas y dibujos, contuvo el aliento apretando los labios y retiró el único impedimento que le evitaba observar al chico. Por un momento sus ojos lo engañaron, pues había visto a su amigo sobre las sábanas, pero ajustando su visión observó que, realmente, él no se encontraba allí.
Giorno jamás había sido presa del pánico, controlaba sus emociones como si de un arte se tratase, pero esa mañana algo había despertado dentro de él. Era un sentimiento comparado con el miedo, su estómago estaba revuelto y su garganta seca. Desde que los stands desaparecieron sabía que su vida sería más difícil, ya no tenía el Moody Blues de Abbacchio para rastrear objetivos, no tenía al Sticky Fingers de Buccellati para esconderse, no tenía al Spice Girl de Trish para esquivar la muerte, ni al Sex Pistols de Mista para aniquilar a sus enemigos, pero lo que más le aterraba, lo que le formaba un nudo en la garganta y hacía que quisiese vomitar, era que ya no podía salvar a sus amigos con su Gold Experience si estaban al borde del colapso.
Cerró los ojos y respiró profundo, tratando de relajarse. Bajó y fue hacia la cocina, con la esperanza de que allí estuviera, preparándose un sándwich o cualquier botana que se le pudiera ocurrir. Pero nada, no había nadie. Apresurándose al patio trasero se dio cuenta que no importaba a donde fuera, Narancia no estaría ahí.
Trató de centrar su mente, preguntándose si debería llamar al 911 o a Buccellati, después de meditarlo se dio cuenta que lo más sensato sería avisar a la pandilla, "la policía es tan...inútil" se dijo a si mismo, incrédulo de que siquiera haya pensado en llamarlos, probablemente símbolo del pánico que comenzaba a corroerlo por dentro.
De su bolsillo sacó un dispositivo móvil de última generación y seleccionó el número de Buccellati, el cual atendió bastante más rápido de lo imaginado.
- Buccellati al habla, ¿Qué pasa, Giorno? –
- Narancia no está. – musitó con incomodidad.
-...-
Antes de decir nada, decidió pensar en el tipo de persona que Giorno es. No podía preguntarle si ya lo había buscado, era obvio que lo había hecho, de otra manera no le estaría llamado en ese momento. De igual forma analizó su forma de anunciar que su chico no estaba en donde debería de estar, estaba nervioso, pero probablemente habían más emociones que prefería no compartir, eso significaba que había pensado en que otros lugares podría estar, dándose cuenta que no había muchos sitios a los que ir a esas horas. Él mismo comenzó a preocuparse, temiendo que sin su stand no pudiese defenderse de los peligros que acechan en la noche, pero no era momento de ablandase, debían encontrar a Narancia lo más pronto posible.
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Where is Narancia? -FUGONARA- (EROGURO)
FanficLa vieja noche era calurosa, dando entrada al caliente verano que se aproximaba a paso veloz. El joven Narancia iba tarde a su clase nocturna, en un mundo donde los stands habían desaparecido sin dejar un solo rastro de magia que los caracterizaba...