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Abrió los ojos de golpe al sentir como su piel se abría en la parte inferior de su cuerpo, su estómago le avisó que algo le estaba dañando fuertemente y, al acostumbrar su vista al entorno, observó que su alrededor era diferente, aunque no prestó atención a esto al ver que había movimiento en la herida que lo despertó, bajó la vista y pudo sentir a su pupila contraerse en el momento en que visualizó miles sino eran millones de larvas y gusanos blanquecinos entrando a su cuerpo desde la abertura de su estómago. Gritó como si su alma se escapase de su cuerpo y se retorció tratando de escapar de aquella infernal situación, pero era imposible, estaba fijado a una mesa, la razón por la que al despertar notó que su entorno era distinto, probablemente ni siquiera sintió el cambio de posición por haberse desmayado horas antes. La sensación de los animales rastreros escarbando en su carne fresca y expuesta hacía sentirlo como si fuese parte de una película de terror, podía sentirlos carcomiéndolo lentamente, lloró por pánico, odiaba los gusanos, la situación lo asustó tanto y le provocó tanto asco que terminó por vomitar, la manera en que estaba posicionado logró que hiciera gárgaras con su propio vómito, se hubiera ahogado con los ácidos estomacales que expulsó si no fuese porque una mano levantó su cabeza justo a tiempo para que los líquidos y restos de comida se escurrieran por su cuerpo, combinando su vómito ácido con la sangre y los gusanos que no paraban de comerlo vivo. Su herida ardía y dolía, quemaba, provocando chillidos pues su garganta dolía tanto que no podía gritar, su boca seguía seca, pues ya había pasado un día o tal vez más desde que tomó una sola gota de agua, había orinado, había sudado, había llorado y había vomitado, estaba entrando en una deshidratación severa, estuvo a punto de desmayarse de nuevo cuando una mano le dio un par de bofetadas, despertándolo.

- Hey, hey, todavía no he acabado. –

Ni siquiera había notado que Fugo estaba allí, aunque claro, ¿quién más habría puesto esos animales en su estómago? Seguramente también había provocado la herida. No pudo decirle nada, sus labios estaban quebrados, y ya no tenía la fuerza para siquiera gemir su nombre.

Fugo notó que si no lo hidrataba podría morir, y él no quería eso, no aún, así que con una de sus manos levantó nuevamente la cabeza de Narancia y con la otra tomó una botella de agua la cual inclinó en sus labios para verter el líquido.

El muchacho sintió como si la vida volviese a él; y como si de una mamadera se tratase envolvió los labios en el borde de la botella, tragando con desesperación hasta que el contenedor quedó vacío. Aún así, el dolor no paraba, y ahora con los líquidos que necesitaba dentro de él, pudo finalmente musitar unas cuantas palabras.

- Por favor... gusanos... no... - su voz era casi inaudible, producto de todo lo que había sufrido esos días, no sabía lo que pasaría de ahora en adelante, pero esperaba al menos una pequeña muestra de compasión por parte de Fugo.

- Tengo... mucha hambre... me duele... me duele mucho... -

- ¡Oh! No te preocupes por eso, ya tengo algo planeado para que comas. –

Debía haber estado feliz, pero los bichos dentro de él no le permitían siquiera sonreír ante tan buena noticia, al menos sabía que no se moriría de hambre.

Pudo observar como Fugo salía por la puerta que anteriormente lo había recibido, y no pasaron más de unos minutos hasta que regresó con una pequeña parrilla, un sartén y una cuchilla de carnicero, a ese punto se había vuelto insensible del estómago, así que los bichos se volvieron soportables.

- Bien, ahora, siempre tuve una pregunta que quise hacerte. – dijo Fugo dejando los utensilios en el suelo. - ¿Alguna vez deseaste ser una mujer, Narancia? –

La pregunta le tomó desprevenido, aunque no estaba en sus cinco sentidos respondió débilmente un "no".

- Eso es una lástima, te ves tan frágil y femenino que siempre creí que tirabas hacia ese lado. – se encogió de hombros mientras tomaba la cuchilla del rasposo suelo. – Bueno, ¿qué se le va a hacer? –

Con sus manos extendió las piernas de Narancia, éste, temiendo lo peor, intentó juntarlas de nuevo, pero el albino era más fuerte y de un tirón rompió el pantalón del muchacho, exponiendo su sexo al aire. Al verlo soltó una carcajada burlona, lo tomó con su mano libre y lo blandió por el aire.

- ¿De verdad? ¿Es esto con lo que vas por ahí? ¡Pero si parece de un niño de diez años! –

Con el rostro rojo soltó unos cuantos quejidos, y la humillación obligó a sus lágrimas a correr por su rostro una vez más. El tacto del contrario en su miembro le quemaba, se sentía violado, abusado, quería salir de ahí lo más pronto posible, no podía perdonar a Fugo por lo que estaba haciendo, jamás se lo perdonaría.

Después de juguetear con su parte más privada, alzó la cuchilla, lo último que Narancia recordó ver antes de desmayarse del dolor, fue el filo de aquel objeto atentando contra su miembro.

[ ... ]

- Buccellati, me temo que tengo malas noticias. –

Mista y Giorno le habían acompañado a los bosques, a las ruinas y a las casa abandonadas más desoladas de la ciudad, pues presentían que la persona que se lo había llevado, al no pedir rescate aún, lo habría secuestrado por placer propio, por lo que lo más probable es que lo mantuviera contra su voluntad en alguna zona poco habitada. No fue hasta que Abbacchio le marcó que uno de sus peores miedos pareció volverse realidad.

- ¿Qué pasa, Leone? Por favor, no me asustes. –

- Dudo que encuentres esto como una noticia placentera, uno de nuestros hombres... descubrió que Pannacotta Fugo fue quien se llevó a Narancia. –

El pulso se le aceleró, mantuvo su mirada al frente, mientras que su cabeza estaba en blanco. Fugo. Fue Fugo quien se lo llevó. No sabía si debía alegrarse o aterrarse, desde que Fugo los dejó no tiene idea de lo que cruza por su mente, a decir verdad, ni siquiera cuando estaba con ellos lo sabía. ¿Se había llevado a su chico para herirlo? ¿para llamar su atención? ¿cuál era su propósito?

- ¿Buccellati? ¿cómo debemos proceder? –

- Búscalo, ordena buscarlo y tráelo ante mí. Una vez Narancia esté conmigo ya veremos lo que hacemos con Fugo. –

Where is Narancia? -FUGONARA- (EROGURO)Where stories live. Discover now