Sueños

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La muchacha cada vez se adentraba más en el oscuro bosque mientras su mirada viajaba desde su espalda hacia el frente intentando esquivar cada árbol que se encontraba a su paso.
-Ven aquí preciosa no te hare daño solamente quiero jugar- una horrible voz se escucho por todo el lugar, la joven frenó y  comenzó a mirar rapidamente hacia todos lados -¿QUÉ MIERDA QUIERES DE MI? ¿QUÉ BUSCAS CON TODO ESTO? SOLO SAL DE MI MALDITA CABEZA- gritó a la nada sin obtener respuesta, asi pasaron varios segundos en los que solo se escuchaba la respiración agitada de la joven.
Pero un escalifrío le recorrio el cuerpo cuando sintio el aliento chocar contra su cuello. -Te dije que solo quiero jugar- susurro junto a su oído y ella se quedó estatica mirandolo con terror. -No me mires asi que no te voy a lastimar- una fría sonrisa que dejaban al descubierto sus afilados dientes aparecio, pero lo último que la muchacha vio fueron sus ojos, unos ojos celestes, tan celestes que parecian hielo. Esos ojos de hielo que iban quedando rojos a medida que él se acercaba.

Angela se despertó agitada con gotas de transpiración invadiendo su cuerpo, miró su reloj que marcaba las 6:30 am. Esa sensacion de sentirse observada nuevamente se hizo presente pero trato de ignorarla, se levantó pesadamente agarró ropa de su cajón y se dirigió al baño.
Una vez bajo la ducha empezó a pensar en esos extraños sueños que comenzo a tener desde la noche en la que conocio a Adriel. Tal vez sus ojos le impactaron demasiado y ese era el motivo por el cual todas las noches se le aparecian en sus sueños.
Despues de darle muchas vueltas al asunto y sin haber encontrado una explicación que la dejara totalmente tranquila, salió de la ducha envuelta en una toalla y se miro al espejo, cada día se veía más palida y bajo sus ojos podía observar unas grandes ojeras que dejaban al descubierto que desde hacía una semana no podia descansar tranquilamente. -Nada que el maquillaje no pueda arreglar- dijo para si misma y comenzó a vestirse.

El timbre que anunciaba el final de la primera clase se hizo presente en el lugar y Angela suspiro aliviada, el no haber podido dormir le estaba jugando en contra y la clase de química analítica que no estaba muy entretenida tampoco le ayudaba demasiado -necesito una buena dosis de café lo antes posible- pensó mientras cruzaba la puerta. 
El pasillo que daba hacía la cafeteria se encontraba lleno de chicas y chicos que iban rapidamente de un lado a otro
sensación de miedo la invadio por completo
Ya con su café en mano decidio ir a sentarse bajo el árbol de siempre y no se sorprendio al ver a Malia recostada en el. -Hey Malia- dijo en cuanto la peliroja la miró. -La clase del señor Turner cada día se pone más lenta, si me quedaba un minuto más dentro del aula iba a morir del aburrimiento- agrego mientras se sentaba. -Y hablo en serio- la pelirroja se rió y agrego
-Vas a morirte pero por no dormir. Pareces un zombie con esa cara tan palida y ojerosa- Angela abrio la boca pero Malia no la dejo hablar -Shh no digas nada, me doy cuenta de que no estas bien. Te conozco desde que tenemos cinco años. ¿Qué te perturba? Sabes que puedes contarme lo que sea.
La castaña dudo pero finalmente decidio hablar -Bueno... ¿Recuerdas el día que me dejaste plantada en Rogge?- Malía asintio -Desde ese día estoy teniendo el mismo sueño y cuando me despierto siento como si me estuvieran observando, es extraño porque nunca me habia pasado. 
-Creo que de tanto ver peliculas de terror te estas volviendo paranoica.
-Puede ser que tengas razón- Sonrió
-Ya amiga no le des tantas vueltas, solo es casualidad. Yo se lo que necesitas...- Una gran sonrisa aparecio en el rostro de Malía -Una noche de chicas- grito emocionada.
-Noche de chicas será- agregó Angela no tan convencida.

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⏰ Última actualización: May 23, 2020 ⏰

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