Capítulo 1: Fin de clases.

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*Aclaratoria* Estos son los caps sin corregir, así que perdón si ven algún error. En Booknet, donde se encuentra en venta, están corregidos* ♡

ALEJANDRA

―Nos vemos el lunes, muchachos. Tengan un buen fin de semana ―nos despide el profesor Altuve.

― ¡Al fin viernes! ―canturrea Verónica, una de mis mejores amigas, sentándose sobre mi pupitre mientras yo guardo mis cosas en el bolso―. Increíble que solo falte esta semana y tendremos ¡vacaciones, marica!

―Así es ―respondo sin evitar reírme y me levanto del asiento―. No puedo creer que al fin vaya a ir a Estados Unidos. Lo mejor de todo, donde fue grabada mi serie favorita ¡Friends! Todo esto gracias a que a mi mamá le está yendo bien en el gimnasio.

―Estoy muy contenta por ti. Yo iré a Portugal, mi casa, por un par de semanas también ―me recuerda, acompañándome a la salida―. ¿Sales a las ocho y media como siempre, no?

Asiento. Me detengo frente a mi hermoso y querido Picanto naranja y la miro para que siga hablando.

―Nos vemos en la Quinta ¿cierto? ―pregunta.

―No sé si vaya, no tengo muchas ganas ―respondo y ella me mira, indignada.

― ¿Cómo que no tienes ganas para perrear tan abajo que le sientas los cuernos al diablo, mujer? ―pregunta, haciéndome reír a carcajadas―. En una semana vas a irte a Nueva York y vas a rumbear con no sé cuántas perras, así que tu asistencia hoy a nuestra discoteca predilecta es obligatoria.

― ¡Está bien, está bien! ―me rindo, alzando las manos―. Estás muy loca.

―Así me amas ―dice, abrazándome―. Ya sabes, sin faltas.

Ruedo los ojos y me adentro en mi carro. Enciendo la radio y me pongo en marcha, moviendo mis hombros cuando escucho la parte de Lenny Tavarez en Bellaquita Remix. Empiezo a tararear, saliendo de la UCAB para ir a Las Mercedes.

Luego de media hora, me detengo frente al enrejado verde del gimnasio donde trabajo. Bajo el vidrio justo en el momento que sale Kevin, uno de los valet parking.

―Alejandrita, que bueno verte ―me coquetea en broma, haciéndome reír.

―Hola Kevin, igualmente. Te dejo mi bebé, ya sabes, con mucho cuidado ―le recuerdo, bajándome de mi carro―. Solo lo dejo en tus manos.

―Lo sé, mamita. Tú sabes cómo es todo ―me dice y le entrego mis llaves.

Subo las pocas escaleras y me detengo frente a las puertas corredizas naranjas. Saludo a las recepcionistas y paso mi carnet por el sensor del torniquete de salida. Tulio, mi jefe, y mi madre están en la oficina de administración. Paso de nuevo mi carnet por el sensor y la puerta se abre, dejándome pasar.

―Hola chiskitrisqui ―me saluda mi jefe, haciéndome reír. Él y su apodo raro.

―Hola Tulio, hola mamá ―digo, dándole un beso en la mejilla a ambos.

―Ya mandé a prepararte el almuerzo en el café. Come rápido y ponte a trabajar con Lucrecia ―avisa mi madre.

Yo asiento y salgo, dirigiéndome al ascensor. Saludo a uno que otro afiliado y compañero de trabajo mientras llega y marco el piso 3. Me adentro en el café y respiro hondo, inhalando los mil olores a comida. La vista es maravillosa ya que el café tiene una terraza con vista a nuestro lindo pulmón, el Ávila, y hace un fresco increíble.

Me acerco a la barra y saludo a las encargadas de la cocina para luego tomar asiento en una mesa, frente a las vistas. Me entregan un vaso de jugo de naranja y una ensalada césar con pollo a la plancha. Almuerzo rápidamente y bajo de nuevo a mi oficina, donde se encuentra Lucrecia sola, tecleando como loca en la computadora.

Los juegos de la lujuria | Bilogía LJDL #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora