Un buen rato

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    - Que?!! - En serio no tenía sentido, pensé que se trataba de una broma, una mala broma. Para empezar.. por qué estaría un ángel en la tierra, estaba claro que tenía alas.. Pero... No podía creer esto así de la nada.

- Que... Que estas diciendo?. Si se trata de una broma no tiene gracia- Lo miraba directamente a los ojos

- Jm.. Ya sé que parece una broma, sin embargo no es así. Soy tu ángel de la guarda, sólo tú puedes verme, oírme o tocarme.. Porque soy sólo tuyo... - Esa sonrisa nuevamente me hizo quedar a gusto, realmente me hacía sentir bien... Pero qué pasa con eso último que dijo? Aah! En serio me hizo sonrojar.

- Qué? -

- Es hora de que vayas a tu casa, tus padres deben estar preocupados -

-Ah.. Sí - Bajé las escaleras corriendo, ya era bastante tarde, mis padres seguro me deberían de estar esperando.
Llegué a la cerca del patio principal, cuando salí y me dirigí a mi casa. Me detuve un momento a pensar...
-( Si él es en serio mi ángel de la guarda.. Entonces por qué no está aquí ahora? No!, es tu imaginación Eileen, eso no podría ser cierto) -

- En qué piensas? - Su voz me interrumpió

- Aah! Me asustaste, no puedes aparecerte por ahí delante de cualquiera! - Dije un poco agitada

- Jajaj.. Ya te dije que nadie más excepto tú puede verme. Además... No me aparecí delante de cualquiera... Me aparecí delante de ti.. - Su sonrisa me conmovía, su mirada inocente, todos esas cualidades me hacían sentir extraña..

- Ven, te voy a entretener de camino a casa - Me tomó del brazo y comenzamos a correr... Parecíamos niños..
Empezó a llover y por primera vez en mi vida me pareció atractiva la lluvia.
Me detuve por una segundo, miré hacia el cielo, cerré los ojos y sólo dejé las gotas caer en mi cara...
Los abrí y no pude creer lo que vi... El tiempo corría lento... Se podía apreciar cómo la lluvia caía lentamente y los salpicones que al caer hacía...

- Es impresionante! - miraba mientras me volteaba en círculo.

- Te puedo mostrar otras cosas si lo deseas- Se acercó a mí, y sus pasos sonaban fuertes, no podía escuchar nada más que eso... Tomó mi mano y seguimos adelante...

    Llegué a mi casa empapada, me di una ducha y fui a mi habitación. Estaba realmente cansada, pero no faltaba día en el que no escribiera en mi diario...

Querido diario:
    Hoy conocí a alguien muy especial, alguien que cambió mi día por completo, en un instante lo puso patas arriba. Cuando todo iba mal y yo estaba al borde de la muerte, él tomó mi mano y me hizo ver cosas que nunca antes estaban. O que a lo mejor estaban ahí, pero tal vez fui yo quien no me había percatado de ellas. El hizo que este día fuera el mejor de mi vida...

- Qué haces? - Cerré mi diario al instante al que habló y dirigí mi mirada hacia él. Se sentaba en el balcón de mi habitación balceando sus piernas. Se veía muy tierno...

- Nada, no puedes ver-

- Por qué? -

- Porque es mi diario y contiene secretos que nadie puede ver-

- Pero yo conozco todos tus secretos y emociones, entonces qué tiene de malo? -

- Debes estar bromeando, yo no le cuento a nadie mis secretos-

- Pero yo no soy nadie.. Soy tu ángel de la guarda... - Tenía razón, e incluso tenía sentido.

Mi ángel de la guardaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora