Él me salva una vez más

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     Me levanté en la mañana para ir al colegio. Bajé las escaleras y estaban mis padres cenando en la mesa, yo sólo miré a todos lados con la esperanza de que no fuera un sueño.

- Eileen! Qué pasa? - Pregunta mi madre

- Ah?... No... Nada.. Olvidalo- Tartamudeo

- Te ves un poco cansada, ayer llegaste un poco tarde - Comenta mi padre

- Sí... Es que tuve clase en la tarde - Respondo

- Bueno... Ven aquí a desayunar con nosotros-

- Mamá... Es que llego tarde, comeré algo en el camino... Adiós - Salgo después de recoger mis cosas
    Caminaba tranquila mientras pensaba en mi sueño, se sentía tan real... Pero.. Oh no! Ahí estaba esa bruja maldita para molestarme otra vez. Decidí acercarme a entrara la escuela, ya que era imposible que ella se marchara al no verme..

- Oye!, tú maldita punk!, cómo tienes el valor de venir de nuevo por aquí? - Me pregunta con mal tono y de brazos cruzados.

- La escuela no es tuya.. - Tuve el valor de contestar

- Oye! Maldita mocosa! Cómo te atreves a contestar me a mi?! - Estaba a punto de golpearme cuando todo se detuvo, y ahí estaba él, con sus ojos resplandecientemente verdes, no tan pálido y sus alas: brillantes plumas blancas que sobresalían en su espalda.. Me sonríe y extiende su mano. Me levanto...

- Si eras real.. No eras un sueño -

- Claro que no soy un sueño, yo no dejaría que alguien te dañe. Puedes ir adelante.. -

- Qué vas a hacer? -

- Observa desde allí - Corrí a la entrada del instituto, donde me paré a observar qué tramaba.
Él tomó el brazo de ella, el cual me iba a golpear. Las acomodó en una posición donde al volver el tiempo a la normalidad le pegara a una de su pandilla. Y sólo sucedió... Puff!... Ninguna de ellas entendía qué pasaba y empezaron a pelearse, yo me río un poco, y a lo lejos él levanta su pulgar indicando que todo está bien con una sonrisa en la cara. Yo se la devuelvo y entro al colegio...
  
    Después de clases salí corriendo al patio y miraba a todas partes para poder verlo, sin embargo no lo vi...
Hasta que decidí mirar arriba. Estaba en la azotea del colegio, me saludaba con una mano. Le sonreí y me decidí a llegar a mi casa.
Pero mi sorpresa fue cuando me volteé y él se encontraba muy cerca mío, mi corazón palpitaba tan fuerte que sentía que se salía

- Tu pulso está aumentando... Te
asusté?- Se acercaba más a mi rostro

- Sí! - doy un paso hacia atrás - Si me asustaste, y quiero que ya no lo hagas más, así que... Manten distancia- Le dije con mis mejillas ardiendo

- Jaja... Ok ok, lo que tú me pidas-

Fuimos a casa después de una larga jornada de clases. Por el camino hablábamos y hacíamos cuentos y chistes. No podía parar de reírme, realmente era feliz cuando estaba con él

- Jack...-

- Si? - se detiene a mi lado

- Quiero... Que me prometas algo... - Le miro a los ojos - Prometeme que te quedarás conmigo para siempre.... -

- Yo nunca te abandonaría.... - Tomó mi mano y la balanceaba como un niño. Seguimos caminando hasta llegar a casa. Subí a mi habitación y él se encontraba sentado en la silla que había al lado de mi cama.

- Cómo te fue el día de hoy? - Me miraba sonriendo. Empezamos a reír y yo no pude parar. Me bañé y después de salir de la ducha me vestí rápido y bajé a comer. Ya era tarde, me acosté en mi cama para poder dormir, y él se sentó donde mismo

- Dulces sueños-

- Me puedes contar ovejas?... Sé que suena infantil, pero me ayuda a dormirme... -

- Claro que sí -

- Sabes... Mi mamá sólo me contaba hasta el diez-

- Yo no pararé de contar -
Se sentía muy bien dormir con el a mi lado. Me dormí al instante y muy cómodamente. Al día siguiente me desperté pausadamente... Y no lo podía creer... Él aún se encontraba a mi lado...

- Cuatrocientas cuarenta y cinco ovejas, cuatrocientas cuarenta y seis ovejas... Oh... Despertaste... -

- Estuviste así toda la noche? -

- Te dije que no pararía de contar- Esa cálida sonrisa de nuevo...

   

Mi ángel de la guardaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora