Era de noche, las calles de Canadá estaban vacías sin ningún espíritu rondando, ya casi llegábamos a las cabañas de Alec, aquel lugar de entrenamiento para humanos débiles; normalmente esto solo le pasaba a quienes no cumplían con los juramentos, o simplemente tenían que pagar por alguien y este es el caso de Jake.
Cuando llegamos lo desperté con una pequeña golpiza en la cara.
– ¿Aush? –responde.
–No viniste a que te trataran bien. Si lo recuerdas Jake estas secuestrado y si no pones de tu parte te irá peor. –le dije. Y no respondió esta vez.
Bajamos del auto para luego llevar las maletas a la casa de unas de las hijas de Alec, Dobrie. Es una de las mejores vampiras arqueras de todo Canadá. Al tocar la puerta más de tres veces, esta se abre dejando ver a una chica alta de cabello café y ojos rojos, y sangre en sus labios.
–Me perdonarían, pro estaba cenando. Adelante Alice, te esperábamos. –giré y vi como Jake se asquea por la sangre que corría por la boca de Dobrie, me reí de aquel pensamiento: “me mataran”
–entra. –él negó. –Jake entra. –hable más firme y entro.
Subimos a las habitaciones a dejar mis cosas. Jake dejó también sus cosas.
–Como si fueras a quedarte acá, tu habitación es el sótano. –su boca se abrió.
Después de dejarlo en el sótano, con todas las indicaciones que debería seguir solo por esta noche, Dobrie y yo cenamos con tranquilidad.
Primer entrenamiento
–Vamos Jake demuéstranos que puedes. –le gritamos las dos.
El gimnasio estaba lleno de humanos mortales, entrenando, luchando o simplemente terminando todo el entrenamiento. No éramos las únicas en entrenar, esto se hacía en todo el mundo.
–Está muy débil Alice. Pongámosle algo más fácil. –niego con mi cabeza, son solo dos pesas de 50.
Por fin levanta una, luego otra hasta que agarra el ritmo de cada levantada. Ese será su entrenamiento por el día de hoy. Se quedará ahí hasta ver que en realidad necesita un descanso.
Dos horas, cinco horas hasta siete horas sin descansar, su cuerpo ya estaba adolorido, pero nunca pensé en un descanso.
–Ya es mucho Alice. –me dice preocupada.
–Vale, déjalo.
Ella se acerca y quita las pesas de sus manos, él se levanta y me mira. Frio y sin ánimos de vivir. Me rio. Y luego me dirijo a él.
–Mírate, creo que por primera vez en tu vida tienes sudor en tu cuerpo. Mañana aquí a las cinco de la mañana.
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Stockholm Syndrome
Vampire"Yo sé lo que ha hecho, pero todavía la amo " " No sé por qué, pero la quiero de vuelta " "Sé que parece una locura , pero la echo de menos " .