CAPITULO 3. EL DESCENSO.

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Chur .

Había pasado una década en el confinamiento cumpliendo el mandato de Miguel.

Para cuando salí lo primero que hice fue ir en busca de Abariel, estaba felíz porque después de todo ése tiempo al fin podría verle.

Busque en cada rincón sin éxito alguno, pregunté por él y nadie me respondía, solo hallaba miradas y silencio en su lugar.

Una sensación de sofoco se apoderaba más y más de mí, la incertidumbre de no encontrarle ni en su lugar favorito me provocaba angustia.

Todo esto era ridículo, ¡¿Por qué estaba sintiendo todas estas cosas que nunca experimente antes?! ¿Por qué había desaparecido de repente? ¿Por qué nadie me sabia dar una respuesta?.

Mi mente estaba tan llena de preguntas.

Trabaje diligentemente para mantenerme ocupado, era el único ángel sin pareja en el reino, me sentía vacío y solo.

Cuando ya no pude aguantar más aquel suplicio, fuí a buscar a Miguel, él era el único que podía decirme lo que estaba pasando, así que me arme de valor y fuí en busca de respuestas.

_Miguel ¿Por, po por qué no puedo encontrar a mi compañero?.

Pregunte temeroso y con la voz temblorosa.

_Ha cometido desobediencia y ha sido castigado.

Dijo Miguel con voz serena, firme y tan siquiera mirarme.

_¿Y a dónde ha sido enviado?.

Tenía miedo de la respuesta, porque el castigo para los que se rebelan es severo, tenía miedo escuchar lo que me diría, pero tenía aún más miedo a la incertidumbre, necesitaba saber su paradero.

_¿Por qué quieres saber?
¿Es que acaso irás en su busca?.

Me miró directamente a los ojos cuando hizo la pregunta.
Retrocedí dos pasos, su mirada no era severa pero si inescrutable, a tal punto de hacerme temblar de los nervios.

_Chur, demos un paseo.

Dijo Miguel acercándose a mí .

_Las doctrinas son muy importantes, no podemos vivir como los humanos, es importante ser obedientes.
Ustedes los ángeles guardianes tienen la tarea de cuidar, proteger a los humanos, y a veces ocurre que os dejáis encandilar por su libre albedrío, desarrollando cierto tipo de comportamiento inadecuado para nosotros. ¿Comprendes?

_ ........._ (silencio)

Mis labios no se movieron.

Solo pude agachar mi cabeza, porque sé que el sermón también estaba dedicado a mí.

_No te preocupes pequeño, tu compañero está bien.

Continuo Miguel.

_¿Pero a dónde ha sido enviado.

Ésta vez volvía hacer la misma pregunta sin darme cuenta.

_¿Quieres que vuelva?

_Nada me haría más feliz.

Conteste bajito y lleno de timidez.

_Bien! En ése caso tengo una tarea para ti Chur, si cumples con ella en el tiempo de un año terrenal, podréis estar juntos nuevamente.
Pero si no lo consigues, el precio a pagar será alto.
¿Estás dispuesto?.

_Sí.

Fué mi respuesta tajante.

_Un año, tienes un año para tu propósito a partir de ahora.

Mi pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora