CAPÍTULO 6. CUERPOS QUE SE FUNDEN.

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Era la primera vez para ambos, así que nuestros movimientos son torpes.        
Por mi parte solo me dejo llevar porque no sé que tengo que hacer o donde tocar.

Abi maneja mi cuerpo a placer como si estuviese moldeando plastilina, besando aquí, tocando allá. El movimiento de su mano en mi parte baja hace que sienta un gran placer.

Parece como si algo dentro fuese a salir despedido, y no son precisamente mis alas sino algo desde allí abajo. ~Ahhhhhh~  se me escapan los gemidos que ahora son más elevados y fuertes.

No soy el único que gime de placer, porque en medio del fuego que me quema y que me hace perder los sentidos para solo concentrarme en lo que estoy sintiendo, escucho sonidos que también provienen de él.

El sonido de su voz me excita mucho más, con un movimiento involuntario de mis manos lo atraigo hacia mí para besar sus labios.

_ Antón no puedo aguantar más, estoy muy duro, necesito hacerte mío, por favor déjame entrar en ti ¿Sí?_ Dice esas palabras con un susurro en mi oído.

_ ¿Estás seguro que quieres hacer esto conmigo? No quiero que después de esto dejes de verme_  En verdad tengo miedo de que sea solo un impulso, que sea el alcohol el que hable ahora por nosotros.

_ Estoy muy seguro de lo que quiero, y eso eres tú_   Puedo ver la sinceridad en sus ojos mientras escucho esas palabras.

Se lleva los dedos a la boca para chupárselos y luego baja la mano, siento dolor ahí donde los introduce, es bastante incómodo tener sus dedos dentro, primero introduce uno, luego dos, hasta llegar a meter tres de ellos.

Es doloroso, me arden los ojos y creo que las lagrimas quieren salir, no quiero que Abi me vea llorar, lo abrazo y escondo mi cara entre su cuello.

_Está bien, solo tienes que relajarte_  Me dice con voz suave.

Me levanta y me sienta sobre su regazo, esta vez siento que algo más duro y más grande se va abriendo paso poco a poco dentro de mí, duele infinitamente, es como si me estuviesen cortando allí abajo.

Esta vez mis lágrimas empiezan a caer por mis mejillas, me aferro con un fuerte abrazo y muerdo su hombro para mitigar un poco el dolor.

Su miembro está totalmente dentro y ahora empieza a moverse lentamente. Arriba, abajo, una y otra vez hasta que llega a tocar un punto donde puedo sentir gran placer y ya no quiero que se detenga.

Yo también empiezo a moverme un poco más de prisa encima de él, nuestros cuerpos están empapados en sudor, siento la garganta seca de todos los gemidos que dejo salir.

Nuestros jadeos llenan la habitación, cada vez son más profundos, más fuertes, al igual que los movimientos de nuestros cuerpos.

Cambiamos de postura, esta vez estoy acostado en la cama debajo de su cuerpo, eleva mis piernas para poder entrar mejor, esta postura me es más cómoda y disminuye un poco el dolor.

~Ahhhhhh~  estoy a punto de explotar, necesito dejar salir tolo que hay dentro de mí.

Un poco más, un poco más y los dos terminamos a la vez entre jadeos hasta caer exhaustos.

Nos quedamos abrazados por un buen rato, ninguno tiene la intención de levantarse, Abel me atrae a su cuerpo para envolverme entre sus brazos y besar mi frente.

_ Quiero estar contigo Antón, en cualquier lugar, en cualquier momento_. Escucho su voz desde su pecho como un eco en mi oído.

_ Si te vas a quedar conmigo, deberás estar preparado para todo lo que venga_.   Aunque digo éstas palabras con seguridad, realmente tengo mucho miedo de lo que pueda pasar cuando le enseñe mis alas. Quiero quedarme a su lado y vivir esa vida que antes él me propuso tantas veces. No quiero desaparecer.

Mi pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora