CAPÍTULO 1. EL PRINCIPIO DEL FIN.

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Abariel.

* Nota: las frases que están entre comillas son los pensamientos de Abi. Una vez aclarado esto, espero que sea de su agrado. 🥰

Toda mi eternidad a su lado, disfrutando de cada instante juntos, soy tan feliz que no puedo ocultarlo.

Me encanta perderme en sus ojos color miel, el aroma que desprende su piel me huele a sol.

Siempre a sido de ésa manera desde el inicio de los tiempos, estoy firmemente convencido de que le pusieron a mi lado porque él es la mitad que me completa.

- Abi?
Escucho su dulce voz llamándome.

-Ocurre algo? Hace un buen rato que estoy hablando solo. De verdad me gustaría saber en qué cosas ocupas tu mente? Hoy estás peor que de costumbre.

Pone cara de seriedad mientras me regaña, pero sé que no es enserio.

Agito mis pestañas un par de veces para poder salir del ensimismamiento que me provoca y le contesto. 

_ Mm? Qué me decías?

Le dedico mi mejor sonrisa. 
Chur pone los ojos en blanco y suspira. "Me encanta" pienso para mí mismo.

__Te decía que si bajamos a la tierra, hace mucho que no lo hacemos y me apetece.

" oh por favor!  no me hagas pucheros, son mi debilidad"

_Me gusta ver la vida de aquellos frágiles seres.
¿ No te parece tan misteriosa, tan interesante? Vivo enamorado de su libertad para elegir como vivir.

Al decirme esto último se le ilumina la mirada, puedo sentir la emoción que siente.

- Claaaro! Porqué iba a perdeme semejante diversión!!

Contesto con alegría fingida, porque yo no puedo sentir la misma fascinación que él siente, aúnque estoy dispuesto a todo con tal de hacer feliz a mi pequeño rayo de sol.

Ése mismo día nos dispusimos partir, mis tareas con la luna estaban controladas y no tenía nada más importante a la vista, así que todo mi tiempo es para él.

Fuimos a por el pase de viaje , ya que cada visita al lugar que sea debe quedar registrado para un mejor control.

La permanencia en la tierra solo puede durar un tiempo determinado, y al volver tenemos que registra la vuelta también, algo así como un control de aduanas, como dirían los humanos que tanto le gustan a mi Chur.

El desobedecer las normas traía consigo consecuencias que consistían en diversos castigos, dependiendo de la gravedad del asunto. Sin embargo nadie estaría tan loco como para atreverse a desobedecer las doctrinas.

Todo concurría con normalidad, al llegar a la tierra cambiamos nuestra forma etérea por cuerpos humanos, siempre que hacíamos esto llamábamos la atención, Chur más que yo. "Pero como no iba hacerlo!! si él era la misma imagen de un querubín, los ángeles más hermosos de todo nuestro reino".

Su figura humana era muy atractiva, cuerpo esbelto, ni muy bajo ni muy alto, su cabello dorado era como el reflejo del sol al atardecer, su pequeña boca de cereza estaba combinada con unos labios carnosos de color carmesí, un conjunto completo con su piel bronceada.

En su rostro siempre se mostraba una preciosa sonrisa afable. Todo un paisaje digno de ver durante horas sin llegar a cansarme de él.

En cuanto a mí diré que más bien produzco el efecto contrario, ya que a primera vista puedo parecer hostil y si me preguntan si es algo que me preocupa diré que no.
Mientras mi pequeño sol esté a mi lado todo lo demás no importa.

Pasamos de un continente a otro, visitamos y husmeamos todo cuanto a Chur se le antoja, puedo ver la felicidad reflejada en su cara, entonces pienso, ¡ Quién soy yo para negarle nada!.

Nos lo estábamos pasando tan bien que perdimos el norte, olvidando normas, doctrinas, y tiempo.

Cuando nos percatamos de ésto fuimos camino de vuelta al lugar al que pertenecemos.

Mi pequeño sol estába nervioso, se retuerce las manos continuamente, intento tranquilizarlo diciendo que tomaré la responsabilidad absoluta, pero a él parece no gustarle mi idea.

Al entrar por las puertas del cielo vi que dos arcángeles nos esperaban, en sus rostros no hay rastro de ningún tipo de expresión, " así somos los Ángeles, seres desabridos "  esto puso aún más inquieto a Chur.

_ Tranquilo, deja que yo resuelva esto. 

Le dije en voz baja, y arrastré su pequeño cuerpo detrás de mí.

Nos llevaron a una sala donde Miguel nos esperaba para la reprimenda ( Miguel el Arcángel ).

Fui yo el que se adelantó primero y empecé a dar explicaciones con palabras que salían atropelladas de mi boca.
" Realmente estaba temblando de miedo"

No os imagináis el respeto que impone Miguel, con una sola mirada feroz hace que mis labios se sellen por completo, no soy capaz de pronunciar una sola palabra más.

__ Lo que habéis hecho no es de recibo, jamás me hubiese imaginado que alguno de vosotros romperíais las normas.

Grita Miguel casi escupiendo fuego por la boca.

__ Vuestro castigo será el confinamiento individual durante una década. Continúa Miguel.

Para los ángeles una década puede ser nada, pero para mí sin Chur se asemeja a la mismísima eternidad.

Al escuchar la sentencia mi cabeza empieza a dar vueltas, literalmente me siento mareado, no consigo digerir aquéllas palabras,

" ¿Pero cómo podría estar tanto tiempo separado de mi otra mitad?, ¿ Que sería de mí sin él? "

Pienso esto y entro en un pánico indescriptible, mi mente empezó a maquinar varias estrategias para poder escapar y correr al lado de Chur.

Fue ahí donde empezó mi desgracia.

Porque si bien lo conseguí en el primer intento, al segundo fuí sorprendido, y es bien sabido que para el cielo no existen las segundas oportunidades.

Mi castigo esta vez fue el peor de todos, ya que no solo consistía en ser expulsado del cielo para pagar condena en la tierra, si no que sería obligado a beber del pozo del olvido para dejar atrás todo recuerdo de mi vida de Ángel, sería obligado a olvidarme de él.

Hasta aquí el capítulo de hoy, espero que les haya gustado, los comentarios son siempre bienvenidos al igual que vuestras estrellitas. Mil gracias por leer. 😘

Mi pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora