Cuidado por si te caes

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Es como un sueño, me siento otra persona

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Es como un sueño, me siento otra persona. Siempre he sido un poco aburrida y pesimista, ahora no hay quien borre esta sonrisa que adorna mi rostro. Diago ha llegado a mi vida para hacerme ver todo desde un punto de vista positivo donde los sentimientos están por encima de todo, donde hay que dejarse llevar por lo que se siente en el momento y no dejar tiempo para pensar, solo actuar. Me hace sentir como si antes de él no hubiera sabido lo que es vivir, como si solo hubiera estado perdiendo mi tiempo con mi pesimismo exagerado. Parece que el amor nos hace sentir así, como si todo lo que hubo antes de él fue solo una película aburrida.

Mis estudios han comenzado a sentir esta nueva visión tan despreocupada y mis notas han bajado un poco, pasaron de ser de 98 a 100, a tocar el 90. Me preocupan un poco, pero Diago tiene razón cuando dice que me frustro demasiado con los estudios, en realidad no son malas notas. A veces pienso que para él están bien, pero no para mí, creo que me estoy descuidando un poco, pero esas ideas son vencidas por las que aseguran que todo está bien.

Ya han pasado unos meses desde que acepté estar a su lado y sigo enamorada de sus ojos color esmeralda. Me basta con verlo sonreír y ser el motivo de ello para ser feliz, si es que la felicidad existe. Por momentos me siento como un trofeo, como si realmente no le importara, pero no tiene ningún sentido que me mantenga a su lado si no me quiere cuando más de media escuela babea por él.
Cada segundo a su lado se me hace poco, me tiene tan embobada que hasta estoy dispuesta a tolerar esos momentos en que prefiere a sus amigos antes que a mí y que sus gustos sean distintos a los míos. No soy tan orgullosa como para dármelas de amor propio, yo solo quiero estar con él, sintiéndome completa cada vez que me sonríe.

Frank continúa comportándose extraño y me evita cada vez que le pregunto la razón de su cambio de actitud. He dejado de insistir en que me diga y lo que intento es hacer lo menos incómodos posible los instantes en que ambos hermanos están ante mí. Ya a pesar de ser un ambiente tenso, consigo que sonrían, aunque todavía no comprendo el porqué de dicha situación.

En cuanto a Lucas, nos hemos vuelto muy cercanos y hemos hecho de la heladería cercana a la escuela nuestro sitio habitual, en el que pasamos horas conversando.
Hoy nos hemos pedido tres batidos para cada uno mientras platicamos.

—¿Cómo te va con Diago? — pregunta buscando mis ojos luego de tomar un sorbo de su bebida.

—Todo bien, mejor imposible.
Me enorgullezco de mi relación, pero no me gusta que me pregunten por ella, me da la sensación de que detrás de esa pregunta viene una crítica, un chisme, cualquier cosa, pero nada positivo, lamentablemente estoy en lo cierto. El rostro de Lucas refleja preocupación lo que me da a entender que lo que dirá no será bueno.

—Charlotte no quiero que te ilusiones y te caigas luego. La caída podría ser dura — toma mi mano sobre la mesa. La situación puede malinterpretarse.

Quédate ©️ [RE-PUBLICACIÓN EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora