02

98 19 105
                                        


Con el tiempo, Jimin se dio cuenta que TaeHyung cambiaba su apariencia dependiendo de si era de día o de noche

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Con el tiempo, Jimin se dio cuenta que TaeHyung cambiaba su apariencia dependiendo de si era de día o de noche.

Desde que el sol salía, su piel se tornaba de una tonalidad morena, suave, hermosa a su parecer y lucía tan normal como él. Y cuando el gran astro comenzaba a descender y daba paso al satélite natural más maravilloso que pudiese orbitar la tierra, TaeHyung se adueñaba de su atención. Su cuerpo se convertía en el universo mismo y jamás era realmente igual. Nuevas constelaciones en su rostro, una enorme y colorida nebulosa en su espalda, miles de galaxias en su abdomen y millones de estrellas titulaban suavemente en sus piernas.

Había tenido que prestarle de su ropa al sentirse un poco incómodo por su desnudez en las mañanas, pero el alíen lo había entendido completamente. Accedió a cubrirse sus partes bajas, pero miró desconfiado la camisa de la NASA cuando se la ofreció.

Jimin no insistió.

TaeHyung no había hablado desde la primera mañana en el que estuvo en su hogar. Había pasado una semana entera y el hermoso ser solo se paseaba por su hogar una y otra vez mientras lo analizaba con sus ojos llenos de estrellas.

A pesar de que brillaban, sus ojos se veían tristes. Él en sí mismo se veía cansado, sin saber qué hacer o qué decir más que las gracias y las buenas noches. Sus expresiones eran sutiles y a Jimin le transmitían una profunda agonía.

Estaba lleno de preguntas y ya las había retenido por mucho tiempo. Él era alguien curioso y necesitaba las respuestas.

—¿Qué eres realmente? —aquella noche lo había encontrado en su enorme ático, usando su telescopio. Aquel que antes de que TaeHyung llegara, usaba cada noche para admirar el manto nocturno, igual de increíble que el mismo TaeHyung.

Ambos, sin duda, le quitaban el aliento.

El enigmático ser se volteó sorprendido hacia él y suspiró, triste. Jimin pudo ver una hermosa estrella bajar por su mejilla, cerca de una galaxia.

—Mi raza es llamada Celestial por muchas otras —dijo sin más, Jimin estuvo lejos de sentirse decepcionado; pensó también que el alíen no hablaría más, pero este tomó la palabra rápidamente de nuevo—. Provengo de una región del universo muy alejada de esta —sus ojos se dirigieron hacia la constelación de Polaris, obviamente mirando mucho más allá.

Hubo un silencio y el más bajo se acercó con cautela. Se sentó en el buró que él había instalado en la enorme ventana. Tomó también un pequeño peluche de uno de los alíens de Toy Story y lo atrajo hacia él de una manera que TaeHyung creyó le hacía sentirse protegido. Concluyó que aquel objeto era importante.

El ático de Jimin era diferente. Él mismo lo había adecuado para ser su pequeño centro de observación astronómico. Tenía varios telescopios, el más potente era aquel que el alíen estaba usando y le había costado una fortuna. Las ventanas eran gigantescas; permitían observar todo el cielo estrellado y el techo era básicamente descapotable para cuando se dieran hermosas lluvias de estrellas.

El de ojos ambarinos se quedó observando el hermoso ser frente a él con atención, sin saber qué preguntar primero. Su mente era un caos y la penetrante y sobrecogedora mirada de TaeHyung directamente en sus ojos lo ponía nervioso, lo hacía sentir pequeño, provocando que sus palabras quedasen atoradas en su garganta.

Por otro lado, el Celestial lo miraba embelesado. Sus pequeños manierismos incluso se los había aprendido de memoria en el poco tiempo que llevaba allí y le parecían totalmente adorables y curiosos. Sabía que Jimin tenía muchas dudas y en el transcurso de esa semana, agradeció que no lo hostigara con ellas. Se cuestionaba cuánto tiempo más iba a durar el humano antes de entablar una conversación con él.

—No quiero molestarte con tantas preguntas... —comienza a decir el más pequeño con lentitud. Cuando lo tuvo allí al principio, Jimin pensaba que el alíen no le entendía mucho sus palabras, pero luego se dio cuenta que, de alguna manera, este sabía hablar perfectamente su idioma. Decidió comenzar por ahí—. ¿Cómo sabes hablar coreano?

TaeHyung se acercó a él cuidadosamente, sin despegar su vista de él y se sentó a su lado, contrayendo sus piernas llenas de galaxias, atrayéndolas a su pecho y abrazándolas. Todo el movimiento que él hizo, a los ojos de Jimin, se vio elegante y casi en cámara lenta. De nuevo, aquella creatura le había transmitido una sensación de profundo pesar.

Pronto se vio abrumado por aquella sensación y sintió sus ojos humedecerse involuntariamente.

—Hemos estudiado muchas lenguas —su voz es un poco airosa y gruesa, a Jimin le gusta mucho—. Muchas lenguas, de muchos planetas.

Jimin retiene el aliento.

Sabe que, hablando desde la estadística, debía haber vida inteligente en muchos lugares del universo; y a pesar de haber estado conviviendo con el que él creía era sin duda la vida inteligente más espectacular de todas, saber que hay más de lo que puede incluso imaginar le oprimía el pecho y le impedía respirar adecuadamente.

Todo lo relacionado con el universo era demasiado fascinante.

TaeHyung era demasiado fascinante.

Si él era honesto consigo mismo, jamás se había llegado a imaginar que un extraterrestre pudiese lucir de la manera en la que el Celestial lo hacía (y ahora que lo pensaba, su apariencia sí que daba alusión a su nombre). Siempre se los imaginaba como en las películas los representaban. Se odió un poco por su falta de imaginación.

—¿Hay mucha más vida fuera de aquí? —TaeHyung asiente lentamente.

—Más de la que te imaginas.

Luego de eso, Jimin no dice nada más.

El ambiente se torna cálido y el pequeño silencio que los envuelve hace a Jimin sonreír un poco. El alíen también lo hace y el corazón de Jimin se descontrola sólo por verlo.

Sí, tenía muchísimas más preguntas que quería hacer, pero por ahora ya estaba satisfecho.

Creía tener mucho tiempo para descubrir el resto de enigmas que conformaban la existencia de aquel ser Celestial, y esperaba hacerlo a un ritmo en el que ambos se sintieran cómodos.

No había prisas.


{ ✩}

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

}

Este fic me pone tan soft;3; 

El VMin también lo hace y es que, estos dos son tan jfishfisdhf juntos que me da algo, en serio me da.


universe ─ vminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora