Capitulo 2: Entrenamiento

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Cuando salgo soy salvajemente tacleada por Sarah que me abrasa por el cuello, por suerte tengo buen equilibrio y evito que cayéramos al suelo.

- ¿Cómo te fue? - preguntó Sarah todavía encima de mí. ¿No conoce lo que es espacio personal?

- Bien, pero... ¿podrías bajarte? - le pregunté amablemente o bueno eso trate, lo juro.

- Claro, lo siento - dijo avergonzada. Me suelta.

- Y ¿cómo te fue? - repitió la pregunta Alli, no la había notado.

- Bien - Aprovecho a preguntar - Aunque había un chico muy raro - conteste recordando sus hermosos ojos grises.

- ¿Quién? - preguntaron en coro, Kathe había llegado también.

- Un tal Wolf - decir su apellido me provocaba cosas que nunca había sentido una de ellas si reconocía demasiado bien, las ganas de reírme a morir por su extraño apellido. Por favor, es ridículo.

Pero veo que a ellas no les hace tanta gracia, se miraban entre sí misteriosamente.

- ¿Hablas de James Wolf? - preguntó Kathe, casi nunca habla.

- No sé cómo se llama solo se su apellido pero tenía ojos grises - escuché a Sarah maldecir en voz baja.

- ¿Qué pasa con él? - pregunté ahora con mucho más interés en ese chico.

- Él es el más codiciado en la escuela, él y sus primos pero James es mucho más codiciado, porque a él no le gusta nadie, por otro lado los primos se han acostado con media escuela - contestó Sarah volteando los ojos - Mejor vámonos o llegaremos tarde a matemáticas y esa vieja amargada no nos perdonara.

La clase se nos pasó rápido ya que todo el tiempo estuvimos hablando y riendo, así fueron todas las clases junto al receso. Nunca me había sentido tan normal.

Ya cuando era hora de la actividad extra me dirigí al área de entrenamiento, gracias a dios que tenía un mapa porque si no nunca hubiera llegado. Estaba en la parte más alejada de la escuela.

Cuando llego parece que soy la primera, es un gimnasio con gradas, hay un hombre checando una libreta entre sus manos, es bajito y con masa muscular, posiblemente entrando a los 50. Me acerco a él.

- ¿Profesor? - pregunté con cautela.

- Sí, ¿que se le ofrece jovencita? - apenas me hace caso.

- Soy nueva y.... - no me deja terminar y me interrumpe.

- Así que tú eres la chica suicida que eligió esta clase - ahora si tengo toda su atención, claro tal vez también un poco de arrogancia machista.

- Si señor -

Me mira de arriba a abajo

- Ve a cambiarte – me señala unos vestidores me extrañaba que hubiera vestidores de chicas aquí pero ¿para mi? mejor, posiblemente eran ocupados en otras clases.

Hay un uniforme muy lindo, era un short negro con franjas moradas en los extremos y un top a juego con el short que dejaba ver parte de mi vientre y unos tenis negros. Al salir ya habían llegado varios chicos que por lo que veo ya estaban listos para empezar, todos se me quedaron viendo.

Solo una mirada llamó mi atención. Pero mira que tenemos aquí.

James estaba en esta clase igual que yo. Seguía mirándome con intensidad, parecía no querer perderse ni una parte de mí, al notar que le observo, en sus labios se dibuja una sonrisa ladeada y pretenciosa, deja de verme y le dice algo a alguien a su costado.

El Alfa y la Cazadora [Por finalizar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora