αทiмє σทє sнστs x мαℓє! rєα∂єr ( ͡° ͜ʖ ͡° )

↬ ℓεѵเ α૮ҡε૨ɱαɳ 4||4 ↫

Gritos de agonía llenaban la habitación y el insufrible olor nauseabundo de muerte lo llenaba hasta el tope pero a Levi en vez de molestarlo simplemente más lo satisfacía haciendo trabajarlo duramente en aquella persona que había trabajado a su lado por tanto tiempo aunque lo traiciono, le causaron el más grande dolor a la persona que amaba profundamente. Y se preguntaran porque solo dos personas si eran tres pues Annie Leonhardt y Bertholdt Hoover que aunque lo torturaron bastante digamos que sus muertes fueron más rápidas no por menos dolorosas.

Y los invitados de honor que se encontraban en aquel sótano arreglado para ser una cámara de tortura especialmente insonorizada lo hacía aún más especial, Reiner y el padre de (T/N) eran las dos personas que aún se encontraban vivas pues Annie además Bertholdt se encontraban sin vida en la esquina de la habitación en una posición sentada con los ojos mirando hacia la nada, las ratas bastardas no pudieron aguantar ni un día y eso que ni estaban comenzando con la tortura pues Hanji les había dado un pequeño recibimiento y viendo que aquellos dos no podrían aguantar se divirtió con ellos hasta que dieron su último suspiro de vida mientras servían para propósitos de experimentos de la castaña junto a su ayudante Moblit.

El olor fétido de los cadáveres de la habitación se mezclaban con los de la sangre derramada de Reiner y el padre del peli(c/c) junto con ellos el de orina y excremento que ensuciaban las únicas prendas que utilizaban pues a veces se orinaban del terror y al no poder ir a ninguna parte a hacer sus necesidades los hacían encima, sus cuerpos habían aguantado hasta el momento tres días completos y viéndolos el Ackerman sabía que no podrían aguantar más lo que realmente resultaba una pena.

Los dos vivos restantes que vestían solo ropa interior colgaban de techo con pesadas cadenas alrededor de sus muñecas que habían sido cercenados y cocidos nuevamente pero solo lo suficiente para que estar colgados allí se convirtiese en otro dolor añadido a la lista, sus cuerpos estaban desechos con pequeñas heridas abiertas donde eran suministrados pequeñas descargas eléctricas que aumentaban noqueándolos por momentos y en donde eran rociados con agua hirviendo para despertarlos dejando a su paso horribles ampolletas que eran explotadas por los golpes dados por el azabache.

Estaban en el peor estado que nunca imaginaron que estarían empezando por la cara que estaba hinchada como una pelota siéndoles imposible ver y solo confiando en su audición que lograba ponerlos más ansiosos con cada pequeño sonido emitido en la habitación y haciéndolos temblar cada vez que la puerta era abierta pero lo peor era cuando lo hacia el Jefe de la Mafia.

Los dedos de sus manos y pies estaban rotos, eran las primeras lesiones que les habían provocado pero aunque pareciesen simples dolían como el infierno.

Los hombros estaban dislocados por estar tanto tiempo suspendidos en el aire por las pesadas cadenas sujetadas en el techo.

Ni Hablar de los golpes producidos por objetos de las que no tenían ni idea que los habían dejado con las costillas rotas, perdieron la cuenta de cuantas veces lloraron y suplicaron por sus vidas mientras las únicas respuestas que recibían eran más golpes a cambio.

Levi bien sabía que por más que los hiciera sufrir no despertaría a (T/N) y las torturas empleadas a aquellos dos ya poco lo aguantaban, cada vez se quedaban inconscientes más prontamente y su aguante no era lo mejor. Bien sabía que sus horas estaban cerca pero no por ello los haría sufrir menos, los haría pagar hasta que dejasen de inhalar su último suspiro y sus corazones dejasen de latir incluso el último segundo de ello.

Aunque le gustaría hacerlos sufrir más ya era el momento de acabar con esto y si con sus muertes se fueran a arder en el infierno el tomaría el honor de ser el verdugo que los llevaría allí, tomo un pañuelo que había en la mesa limpiándose los nudillos de tanta sangre después de haber dado otra tanta de golpes a los bastardos que tenia de huéspedes en la mansión Ackerman. Era hora de hacerlos sufrir una última vez y que mejor manera que hacerlo que con la loca cuatro ojos quien era una sádica por naturaleza y le encantaba jugar con sus sujetos de pruebas.