Capítulo 3: Atenas.

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Aunque Atena era más o menos igual que casi todos los grandes Dioses, eso no quitaba que ella fuese la más razonable y que se apegue a lo que actualmente necesita.

Hefesto sabía que si quería que personas vivieran en su ciudad, tenían que ser Atenienses. Ellos eran los primeros en crear un gobierno democrático y los más civilizados de la época, así que serían dignos de vivir en ella.

Pero ahí un problema.

Atena.

Si algo le a enseñado los recuerdo que obtuvo es, no jodas a los Dioses Griegos.

Los Dioses Griegos son jodidamente rencorosos y cobran muy pesados las cosas. ... muy ... muy ... pesados...

Por lo que Hefesto tenía dos opciones: 1, convencer a algunos atenienses de venir a su ciudad en secreto, con la alta posibilidad de que su hermana se entere y tenga un rencor que podría cobrar en un futuro con el. 2, y la que ésta considerando, hablar solo con su hermana atraves de una de sus sacerdotisas.

Aunque podría atraer la atención de los Dioses, Hefesto solo no quiere hablar con ellos, el sabe que no les hizo nada malo además de no volver al monte Olimpo.

En realidad, Afrodita, Ares Y Atena podrían estar enojados con él, después de todo, no ahí un mejor herrero que él en el Olimpo que les forge armas.

Exceptuando a Afrodita, Hefesto no cree que Atena tenga mucho rencor contra el. Su estoica personalidad le permite ser reflectiva, lo cual, la ayuda mucho a entender las cosas.

"(Probemos una o dos de estas nenas en el camino)". Hefesto sacó un Willys Jeep, un auto todo terreno que utilizan los militares.

Hefesto considero usar todo terreno deportivo o camión monstruo, pero su gran forma podría asustar a la gente.

Para suerte de hefesto, él se escondió muy cerca de atenas. No lo suficiente para que lo encuentren, pero muy cerca.

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"(Ya estoy aquí)". Cuando Hefesto estuvo cerca de Atenas, redujo su velocidad.

Los guardias de la ciudad se veían asustados por el gran objeto de metal frente a ellos. Apretaron sus lanzas y espada y rodearon el auto de Hefesto.

"Hey, no intenten nada gracioso como golpear el auto, no quieron que rayen la pintura". Hefesto sacó su cabeza por la ventana y les dijo. Los Atenienses no vieron a Hefesto en el coche gracias a que las ventanas son negras.

Los Atenienses se vieron visiblementes aliviados. "Lo siento". Dijo uno habló uno de ellos.

Hefesto salió del autó. "No importa, ¿Puedo entrar?".

"Señor, no podemos dejarlo pasar con eso". Dijo uno de los guardias.

Hefesto sacó algunas monedas y se la dió al guardia. "Bien, cuidalo mientras estoy en Atenas, volveré en unos minutos". Dijo y el guardia Asintió mientras guardaba el dinero.

"Nadie tocara su...-".

"Auto, carro, cualquiera de esas dos sirven".

"Auto... nada tocara su auto mientras yo lo este cuidando". Dijo el guardia.

Hefesto cerró la puerta del auto. "No tienes que estar Taaan atento, el auto sonará cuando lo toquen, solo intenta que no lo dañen". Dijo, para luego irse.

Hefesto caminó por las calles de Atenas hasta llegar al templo. El entró al templo y se paró cerca de estatua de su hermana.

"Atena, baja a tu templo, tengo que hablar contigo". Dijo Hefesto, no sin antes haber desactivado los efectos de su [Pulsera Ignorante].

El silencio se hizo presente en el templo, las pocas personas que escucharon a hefesto se burlaron de él.

"Por favor, hermana, tengo un trato que hacer contigo, pero si estas ocupada lo entiendo; volveré después". Hefesto espero un poco, pero siguió sin obtener respuestas.

Hefesto se rasco la cabeza y se dió la vuelta.

"Nuestro Padre está enojado por tu Desaparición e Inasistencia en tu trabajo". Habló alguien a espaldas de Hefesto.

Este último sonrió. "Je, pense que debería estar preocupado por mi".

Atena no respondió a eso.

Hefesto se dió la vuelta.

"Te ves... mejor". Opino Atenas.

"Gracias, incluso un patito feo como yo, puede verse mejor con el tiempo". Habló con significado.

Atena no lo entendió, pero no dijo nada en contra de las palabras de Hefesto. "¿Cual es el trato que quiere hacer conmigo?".

Hefesto sacó un carrillo y lo encendió, inhalo el humo, para luego Exhalarlo. "Quiero que algunos de tus Atenienses se muden a una ciudad que construi".

Atena, que espero pacientemente a que Hefesto hablara, se sorprendió. "¿Construiste una ciudad?".

"Si... termine construyendola... cuando me di cuenta ya habían pasado 10 años". Explicó Hefesto. "Intente disfrutar de yo solo de la ciudad, pero sin personas, no es divertida".

Atena miró a Hefesto por unos segundos. "Que ganó al aceptar lo que me pides". Preguntó Atena.

Hefesto se burló de Atena. "Lo que todo el que desea sabiduría quiere, hermana: Conocimiento".

"...¿Que tipo de conocimiento?".

"Que tal... el cómo funciona el cuerpo humano, las plantas, porque llueve y demás cosas sin los dioses y con fundamentos científicos y todo... o Prefieres una forma de matemática más avanzada y eficiente para ti y los Atenienses".

"Matemáticas". Dijo. "Si tus matemáticas resultan no ser tan eficientes, me tendrás que decir dónde te has estado escondiendo, y no te daré a ningún Ateniense".

"Por mi esta bien". Habló Hefesto.

"Entonces vamo a m-". Atena fue Interrumpida por Hefesto.

"Wow, wow, wow, ¿Quien te dijo que yo personalmente te enseñaria?". Preguntó Hefesto.

Atenas alzó una ceja. "¿Entonces tienes a alguien?".

"Más o menos". Dijo, sacando una tablet de su bolsa. "Te enseñare como funciona para que veas los videos y de ahí aprendas las matemáticas...". Dijo.

Atena sintió un poco de curiosidad por el dispositivo, así que escuchó las instrucciones de hefesto de cómo ver los videos.

Fín del Capítulo 3.

El antiguo Dios feo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora