Capítulo 6

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En el trascurso de los ultimos meses los Lisvanos comenzaron a aparecer más en la boca de las personas. Nadie sabía donde quedaba Lisvan, pero con todo lo que comerciavan no podía ser un lugar pobre.

Algunas personas buscaron la misteriosa ciudad de los comerciantes, pero no la encontraban. Tanto fué así, que algunas personas con ganas de fama y gloría, engañados por los mentirosos poetas que relataban juraban haber visto la ciudad.

Como se esperaba, las tantas versiones magicas y divinas no se acercaban a la real.

Después de un tiempo, a alguíen un día se le ocurrió el simple hecho de seguir a los comerciantes que contactaban con los Espartanos y las Amazonas. Pero ellos se desbanecian de repente.

Algunas personas intentaron obligar a los comerciantes Lisvanos guiarlos hacía su ciudad, pero las cosas no resultaron tan bien como querían. Los Lisvanos masacraron a todas las personas que intentaron hacerles daño con unas armas letales. Los Spartanos y Amazonas se vieron interezados en estas armas, pero no intentaron optener las armas o hacer algo que pudiera enemistarlos con los Lisvanos, no por miedo, sino porque el comercio con los ellos a resultado mejor, barato y útil que muchos.

La fama de la misteriosa ciudad oculta creció tanto que logro llegar a oidos de los dioses, Atena, llena de curiosidad, vijilo a un comerciante teniendo la certeza de que no terminaria igual que los mortales.

Desgraciadamente, la realidad la golpeó en la cara, Atena no pudo encontrar la misteriosa ciudad de Lisvan y eso la enojo.

Atena lo intento algunas veces más hasta que se artó e intento capturar a uno de los comerciantes de Lisvan, pero algo misterioso ocurrio, su poder no pudo afectar a los Lisvanos, los cuales, al notarla, pisaron los aceleradores y desaparecieron.

La sorpresa de esa capacidad sorprendió a Atena, la cual, informó rápidamente a su padre.

"Lo que me dices es grave hija mia: personas humanas con la capacidad de bloquear el poder divino que usamos contra ellos... ni siquiera los humanos de la edad de oro podría hacer algo así".

"Lose". Atena miró a su padre a los ojos. "El no saber nada sobre Lisvan ya es preocupante, podrían hacer cualquier cosa y nosotros no sabríamos que. Son una Variante peligrosa para el gobierno del olimpo".

Zeus acaricio su barba, mirando pensativamente a Atena. "¿Alguno de ellos te hiso algo?". Preguntó.

Atena negó. "Huyeron en momento en que me descubrieron". Dijo.

"¿No te parece extraño?". Habló Zeus, haciendo que Atena parpadeara.

Atena pensó las palabras de su padre, pero no pudo encontrar respuesta.

"Los Lisvanos se defienden contra sus atacantes, y amenos que no sea necesario, no los matan. La razón por la que no te atacaron es porque te temen o no querían herirte". Explicó Zeus. "Los Lisvanos, por lo menos por ahora, no tienen intención de atacarnos. Deberíamos socializar con ellos y averiguar sus intenciones, de lo contrario, serán una incógnita y variable". Dijo Zeus.

Para él, aunque los Lisvanos puedan resistir su poder sobrenatural no eran una amenaza para ellos, todavía siguen siendo humanos y no mostraron que podían hacerle daño.

"Ordena a Hermes que se comunique con los Lisvanos y averigue todo lo que pueda".

Atena balanceo la cabeza aceptando las órdenes de su padre. "Enseguida".

──────────────────Lisvan──────────────────

"Entiendo... Manda una carta a Esparta y a las Amazonas que diga que el comercio se detendrá por un tiempo indefinido". (Nota: No se como se llama el país de las Amazonas, si algún buen samaritano puede comentar el nombre estaria agradecido).

El adolescente asintió y Hefesto apago el sistema de comunicación holográfica.

Hefesto se tiró a un sillón con pesadez. "Joder ¿Porqué Atena?". Pensó. La mujer es lista, y Hefesto está un poco asustado de lo que la diosa de la Guerra podría hacer.

"(¡Maldita sea! no soy un cobarde, pero actuar sin pensar podría ocasionar una desgracia)". Pensó. Hasta que Hefesto no encuentre una buena solución la ciudad estaría cerrada para los negocios externos.

──────────────────Olimpo──────────────────

"(Lisvan, eh. Eso se escucha interesante)". Pensó Afrodita. Ella había echado un ojo en la ciudad de las Amazonas y pudo ver lo bellas que eran la piel de las mujeres, incluso los hombres las tenían mejor que la mayoría.

Tal Vez si ella lograba hubicar esa Ciudad podría tener algo de que Presumir ante las demás.

"(El método violento de Atena no funciono, pero aun sin usar mis dotes divinos, poseo los de la seducción)". Pensó mientras tomaba un sorbo de vino.

Lo que Afrodita no sabía era que Hefesto les mostró y ordenó a los Lisvanos que huyeron al ver a ciertos dioses por X razones. De todos los dioses en la lista, Afrodita estaba en el primer lugar de ni siquiera conversar con ella.

Fín del Capítulo 6.

El antiguo Dios feo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora