Capítulo 1: El Dios cansado.

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Hace tiempo solía ser un dios bajo el servicio del monte olimpo. Fui traicionado por mi esposa, fui repudiado y tirado del monte olimpo, fui visto como un pervertido por qué estaba Psicológicamente inestable, lleno de deseos carnales y venganza.

Pero todo cambió ese día.

Me desperté y ya no era el mismo Hefesto, podía comprender y ver las cosas de manera diferente ahora, y todo gracias a los recuerdos de un futuro lejano.

Lo primero que hice luego de obtener esos recuerdos fue a separarme de Afrodita e irme a un cuarto donde no saldría por semanas.

Los dioses comenzaron a preocuparse porque no aparecía para hacer los trabajos en la forja.

Los dioses le preguntaron a Afrodita por mi, pero ella no sabía nada. Los dioses no tuvieron más remedio que preguntarle a Apolo, el cual lo ve todo, sobre mí.

Por más dios del Sol que sea apolo, el no estará pendiente a todo lo que vé desde lo cielos... además de que debe doler tener que ver así todo el tiempo.

Apolo no le dió una respuesta positiva a los demás dioses, él no sabía dónde estaba.

Los dioses no tuvieron más opción que esperar a que apareciera, y otra semana después, lo hice.

"Hefesto... descuidaste tu trabajo, ¿donde estabas?". Preguntó Hera, mi madre. La mujer no se molestaba por siquiera llamarme Hijo... ella no me considera para nada su hijo.

"Trabajando". Respondí.

"No has estado en la fragua por 14 días, ¿nos quieres ver las caras de tontos?".

"...".

Hera golpeó su trono. "¡Responde!". Exclamó.

Yo me quedé mirando el piso. "Hera... no, madre". Me incline ante Hera. "Se que en el pasado te e hecho cosas malas, y he sido un horrible hijo, tanto físico como espiritual. Pero esta vez... te pido que me prometas cumplirme un favor que no es imposible para ti... de lo contrario, no se cómo resolver mi problema".

Mi auto-denigración llamó el interés de los demás dioses del panteón.

"Por favor". Le susurre, fingiendo desesperación. "No es nada imposible... eres la única con la que puedo depender".

Mi 'madre' se la creyo toda y prometió ayudarme con mi problema. Me pare y limpie mis lagrimas, falsas por supuesto. "Yo... quiero el divorcio".

"¿Divorcio?". Preguntó Hera. Ella nunca había escuchado ese término, así que decidí aclarárselo.

"Quiero romper mi matrimonio con Afrodita... lo que quiero decir es que nos separes, que ya no seamos marido y mujer, ya no estemos casados". Le dí varias explicaciones. Era imposible que ella no comprendiera mis palabras.

Mi deseó sorprendió a todos, después de todo, estaba casado con la mujer más hermosa. ¿quien en su sano juicio quería divorciarse de ella?. "¡NO!". Hera gruñó. "¡El matrimonio es para siempre, no es algo que se pueda romper o separar!". Dijo para luego apuntar a afrodita. "¡Tu te quisiste casar con ella, así que ahora astente a las consecuencias!".

"... ...Yo... pense que eramos un poco parecidos. Ambos somos victimas de nuestras parejas adulteras después de todo". Dije, para luego desenfundar una espada.

Zeus no tomó esto bien y se levantó de su trono. "¡Qué significa esto hefesto!".

"Nada, padre. Al contrario del abuelo, yo no le aria daño a un familiar amenos que no sea por una razón justa". Dije, para luego mirar a Hera y colocar la hoja de la espada en mi cuello. "Ahí un dicho que se dice cuando dos personas se casan. 'Hasta que la muerte nos separe', si tu no quieres sé pararme de afrodita y cumplir tu promesa, entonces tal vez en el hades pueda tener una vida mejor".

El antiguo Dios feo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora