capítulo 5

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Mi celular comienza a sonar en la mesita de noche, miro la ventana mientras froto mis ojos, la luna brilla junto a las estrellas, son las 3 a.m.

No contesto y espero a que finalice la llamada.

"Baja a la biblioteca"

Genial, estaba cansada, mañana tendríamos clases y 4 horas para seguir durmiendo, pero creo que no podré seguir haciéndolo.
Me quedé unos momentos mirando el techo, no pensaba en nada, pero a cada segundo que pasaba David se debe estar impacientando.

Al entrar a la biblioteca, estaba todo oscuro, la luz de la luna se colocaba por lo ventanales. Y ahí estaba él, sentado en el sillón, con una cerveza mirándome fijo, enojado, vistiendo unos pantalones anchos y con el abdomen al descubierto.

- Te hiciste amiga del chico nuevo.

Siempre que un hombre me hablaba él era el primero en enterarse, seguí mirándolo, no dije nada.

- Ven aquí. - me acerco lentamente hasta quedar frente a él, sus piernas quedan abiertas al lado de las mías.
- ponte de rodillas.

Bajo lentamente sin dejar de mirarlo a los ojos, inexpresiva como siempre.

- desnuda tu pecho.- saco mi polera de dormir dejándola a mi lado.

Se acerca y toma mi mentón, acerca su rostro al mío, me mira fijamente.

- Eres mía.

Su mano tocó débilmente de mis labios, bajó mi labio inferior y abrí mi boca, dos de sus dedos comenzaron a jugar con mi boca, tomaba mi lengua con sus dedos mirando como mi saliva lo mojaba. Mis piernas quedaron a los costados para sentarme mejor en el suelo.

Llevó sus dedos a su boca lamiendo mi saliva, sonriendo lujurioso. Bajó sus pantalones y me mostró su palpitante erección, se me hizo agua la boca.

Tomó mi cabello haciéndolo a un lado, y llevó su miembro pasándola por mi mejilla, estaba caliente y duro, lo acercó a mis labios, saque mi lengua, su punta comenzó a rozarla lento, David se perdía viéndome, jugando con mi boca, sentía su humedad en mi saliva.

Tomó mi cabello y jalo levemente para que me levantar un poco, comenzó a rozar su punta con mis pezones, se movía entre mis pechos, se sentía su caliente piel contra la mía, lo miraba fijamente, su expresión era sombría.

Acercó su miembro a mi boca, la abrí ampliamente y comencé a chuparlo, esperaba a que jalara mi cabello y comenzara con sus embestidas, pero no, simplemente me dejó ir a mi ritmo sujetando mi cabello para que no estorbara, una vez más me sorprendía.

- Tócate.

Baje mis manos a mis pechos, apreté mis pezones, gemía contra su miembro, bajé a mi abdomen, por sobre mi pijama comencé a tocarme, lento, y suave. David me miraba atento.

Movió mi cabeza apartándose, se puso de pie y apuntó el sillón para que yo me sentara, así lo hize, presionó mi hombro indicando que me recostara.

- Abre tus piernas y sigue tocandote.

Comencé hacerlo, él seguía de pie mirándome, comenzó a masturbarse, lo mire desde abajo, quería tenerlo en mi boca y mis manos no se sentían tan bien como las suyas.

Leyendo mis pensamientos se arrodilló cerca de mi rostro, giré mi cabeza y abrí mi boca deseosa, mientras penetraba mi boca sus manos pellizcan mis pezones, cuando comenzó con estocadas más profundas, aguantaba la respiración, eran cada vez más salvajes, más profundas, sujetaba mi nuca con fuerza. Me gusta ver su expresión, sus ojos cerrados, su boca levemente abierta dejando escapar jadeos, mis manos comenzaron a moverse más rápidos, mis dedos me penetraban imaginando que era su erección la que lo hacía, me correría si seguía así.

Siempre tuya 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora