capítulo 7

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- Así muy bien, te estás portando muy bien hoy.- Acariciaba mi pelo mirándome.- Hoy te voy a dar un premio para que cuando estés allá, me recuerdes.

Lo miré unos segundos, y seguí con mi trabajo. ¿Qué regalo será? De solo pensarlo me esforcé más en lo que estaba haciendo.

David jadeaba, estaba disfrutando de lo que hacía.

Saqué su erección de mi boca, estaba en todo su esplendor, mojado por mi saliva, palpitante por más atención. Comencé a masturbarlo con mi mano, desde la base a la punta, lamia su extensión sintiendo su sabor. Esto es tan morboso.

Tomé un poco de aire y lo metí todo en mi boca, sentí como se marcaba en mi cuello, David se inclinó hacia adelante gimiendo y tomando mi cabeza, saque mi lengua para meterlo todo lo que pudiera, la saliva caía por mi boca, aguantaba la respiración para soportar las arcadas, palpitaba en mi boca.

Pensé que David tomaría mi cabeza para moverse en mi interior pero no, me dejó ir a mi ritmo, aguante unos segundos más, las lágrimas caían, lo saqué de mi boca.

Respiraba agitada mirándolo, quería más.

- Esta vez haremos lo que quieras, como tu quieras.-

Lo miré sorprendida, estaba acostumbrada a estar a su merced, todo lo que me hacía me gustaba, que me castigara, que probara cosas nuevas con mi cuerpo. No lo pensé más.

- Quiero sexo, pero con la posición más profunda, con mis piernas en tus hombros.

Deseaba volver a tener ese orgasmo, fue uno de los mejores de mi vida.

Sonrió de lado, me recostó en la cama abriendo mis piernas.

- ¿Como lo quieres? Salvaje o con calma.- Sonreí ante eso...como si no me conociera.- Salvaje.

Puso mis piernas en sus hombros, tocandome lentamente, su boca lamió donde alguna vez mordió, puso sus dientes ahí, lo miré expectante, deseaba que me mordiera. Me dejó un suave beso.

- Odio no poder marcarte como mía.

Asentí dándole la razón, cuando salga no tendré ningún recuerdo de ahora. Comenzó a acercar su erección a mi humedad, lo deseaba, moví mis caderas buscándolo.

- Hoy no habrá castigo por nada, estoy a tus órdenes.

Realmente no estaba acostumbrada a esto, pero supongo que debo aprovecharlo.

- No me hagas esperar, damelo por favor. -

Sin esperar ni un segundo, me embistió de forma brutal, llegó hasta el límite de mi útero de una estocada, abri mis ojos aguantando un grito ahogado. Mi mano tocó mi vientre, lo tenía adentro hasta el fondo.

- Aah... más... m-muévete.

Comenzó a moverse, salía por completo y volvía a meterlo, así una y otra vez, relaje mi cuerpo en la cama, se sentía bien, demasiado bien.

- Más... Ah... David... Más.-

Comenzó a moverse más rápido y fuerte, la punta de su miembro tocaba un lugar bueno, sentía como un orgasmo se formaba en mi vientre, se sentía tan bien, la presión hacia que mis lágrimas salieran.

Gemía, jadeaba, suspiraba, me aferraba de las sábanas, Lo único que pensaba, y lo que pedía...

- Ah ... Más... Bésame.-

Acercó más su cuerpo, haciendo las estocada más profundas, comenzamos a besarnos desesperados, su lengua se entrelazan con la mía. Se separó dejando un hilo de saliva, saqué mi lengua, se acercó de nuevo y juntó su lengua fuera de nuestras bocas, jadeaba, se sentía tan bien. Sus brazos se apoyaron a cada lado de mi cabeza, mis piernas se acercaron a mi cuerpo, sus embestidas fueran más profundas que nunca.

Siempre tuya 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora