capítulo 6

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Me puse pálida, por un momento, había olvidado subir la calceta de mi pierna para tapar esa mordida. Suspire relajándome, bajé a mis piernas y subí mi calceta pacíficamente.

Alejé mi cara de la suya, y lo miré sin expresión alguna, no pude distinguir como me miraba.

- No es de tu incumbencia. - Simple y concisa.

Sammy ajena a lo que estaba pasando hablaba con Esteban. La respuesta no le gustó para nada, me miró impaciente, enojado.

- ¿Cómo puedes dejar que alguien te haga eso? Es estupido, tu piel está morada e irritada, debió doler horrores.

- Es el precio.- susurre cerrando el tema.

Me miraba inconforme, sin entender.

- Nunca te han amado, y no sabes como se siente... tú tampoco sabes amar.

¿Esas palabras debían dolerme? ¿Debían hacerme enojar?
Miré sus ojos, estaba cansada físicamente y no tenía ganas de responderle tampoco, ni pensar en sus palabras.

Me encongi de hombros como respuesta.

Estaba mirando mi reflejo en el espejo, estaba desnuda, mi pelo húmedo, recién salida de la ducha. David había marcado excesivamente mi cuerpo, tenía marcas en todo el cuerpo, era viernes, era común que lo hiciera ya que tenía el fin de semana para que se atenuaran las marcas.

Pasé mis manos por mis hombros, tenía chupones, mordidas, rasguños... me dolía el tacto y cerré los ojos recordando. Sonreí.

Son las 12 de la noche, mi reflejo me devolvía la mirada, vacía e inexpresiva. La puerta se abrió y entró David al baño, me quedó mirando, se acercó lentamente a mi espalda, estaba solo con pantalones, su polera ya estaba en el suelo, su espalda tenía marcas de mis uñas, me había corrido dos veces y mis piernas estaban débiles.

Sus manos pasaron por mis brazos y subieron por mis hombros, me acercó más a él. Yo miraba mis piernas pensando en qué demonios estaba haciendo. Tomó mi mentón y lo subió para que mirara nuestros reflejos. Sus labios lamian las heridas de mis hombros, subió por por mi cuello, ladee la cabeza para dejarle espacio, podía ver su lengua llegar a mi oreja y morder ligeramente, estaba sonrojada suspirando. Sus manos toman mis pechos y jalaron de mis pezones, me temblaron las piernas y cerré los ojos.

- Abre los ojos.- me ordenó

Miré una vez más nuestro reflejo, sus manos torturaban mis pezones, su mano bajó acariciando mi vientre, sus dedos separaron la piel de mi intimidad y comenzó a masturbarme, mis manos se apretaron en puños, jadeaba.

- Aguantaste muy bien hoy.- Su voz ronca hacia cosquillas en mi cuello.- ¿Qué te parece si probamos algo nuevo?

Asenti jadeando, sus dedos hacían increíble esta tortura. Se desnudó, me tomó del brazo e hizo que me pusiera a espaldas de él en la ducha. Tomó la manguera chorreando y la dirigió a mi trasero, no sabía que haría pero estaba expectante pero sobre todo excitada.

-Vas aprender a lavarte así cada vez que yo te lo indique, dolerá pero con el tiempo de acostumbraras.

Entendí a que se refería, me sentía muy ansiosa y tensa, siempre había querido probar esto, siempre. Al fin se cumplirá.

El agua mojó mi cuerpo, separó mis piernas, su dedo dibujaba el contorno de mi entrada trasera, estaba nerviosa pero el tacto me daba cosquillas.

- Relájate.- asentí.

Respiré profundamente, David comenzó a lamer la piel sensible de mi espalda haciendo un camino de saliva hasta mi nuca, eso fue más que suficiente para relajarme y gemir.

Siempre tuya 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora