La primera vez que lo vi a los ojos, mi mirada ardió, ¿Era esa una señal sobre algo? Quizás no podía describirlo bien, pero algo golpeó fuerte mi mente, y empujé esos pensamientos de interés hacia un lado, no era en lo que quería centrarme en absoluto.
Durante años, estuve encerrada, bajo la supervisión de mis padres, no quiero decir que me tenían prisionera, pero no podía salir sola, o hacer las cosas que los demás hacían, mucho menos ir a fiestas o pasar a la casa de alguien a estudiar. Comenzaron a soltarme cuando decidí inscribirme en la universidad, ahora podía alejarme un poco más e incluso hacer actividades comunes como mantener citas de estudio o ir de compras, la condición, era que no me alojaría en el edificio de la universidad, y tampoco en ningún otro departamento, sino que viviría en casa, pero viajaría a diario a estudiar. No pude negarme, era una magnífica oferta y una oferta es siempre el comienzo de algo grande.
Pero entonces, mi mirada se centró en él. Había un halo de misterio girando a su alrededor, con cada paso que daba. Era hermoso, de seguro lo sabía, y, aún así, no deseaba llamar la atención, solía caminar con un aire de desinterés y jamás centraba su mirada en alguien cuando pasaba a su lado. ¿Alguna vez había sonreído? ¿Había hablado siquiera? Suponía que sí, pero afirmarlo habría sido mentir.
Creía que jamás podría fijarse en mí, es decir, ¿Por qué lo haría? Los seres hermosos deben tener un detector de otros seres hermosos. ¿Por qué se conformaría con una plebeya si podía tener a la princesa? Me convencí de que era un ser imposible e intente dejar de pensarlo.
Me había resignado a mirarlo a la distancia, pero quizás mis miradas fueron demasiado intensas porque, comenzó a pasar que cada vez que estaba embotada observando su increíble belleza que nadie más sabía apreciar, él volteaba la vista y nuestros ojos chocaban. Y eso comenzó a pasar cada vez que lo miraba, hasta que de pronto, algo mas intenso sucedió. Cada vez que me decidía a fijar mi vista en él, lo encontraba con sus ojos sobre mí. Cosa que me estremecía, pero el rápidamente fruncía el ceño y yo avergonzada, deslizaba mi mirada a cualquier otro punto de visión.
Su mirada es especial, porque no es de esas miradas intensas que parecen ver en tu interior. Su mirada posee una intensidad tan grande que podría desgarrar la carne dentro de tu cuerpo, hacer que tus vasos sanguíneos exploten y tu corazón haga mal su trabajo. Y, comencé a creer que algo estaba mal conmigo porque de pronto necesitaba esa sensación de destrucción dentro de mí, buscaba su mirada, aunque no tenía la fuerza necesaria para mantenerla por mas de dos segundos.
Fue cuando lo intercepté en el pasillo de la universidad, que finalmente oí su voz, grave y relajante, vi su perfecta sonrisa y tuve su atención por un largo momento. En ese momento no parecíamos enemigos intentando impactar en el interior del otro con nuestras miradas. Le había pedido ayuda con unas actividades y aceptó brindármela.
Creí tontamente que él y yo pasaríamos a un nivel superior, juntos. Pero no, eso no sucedió, sino que al contrario, luego de ayudarme, nos distanciamos más que antes, ahora él era más distante. No solo no manteníamos conversaciones, sino que ahora las comunes competencias de miradas que nos caracterizaban habían dejado de tener lugar. ¿Había perdido su interés en mí? ¿Había siquiera sentido alguna clase de interés? No lo sabía, pero lo cierto era que con cada gota de indiferencia que me regaba, más rápido se extendió mi interés por él. Ni siquiera sabía si estaba bien pensar tanto en una persona.
Lo cierto es que durante meses, se especializó en ignorarme, no era como si me gustara que lo hiciera, en ciertas ocasiones intente hablar con él, y a pesar de que solía ser bastante seco, y a duras penas respondía, seguía siendo respetuoso e incluso fingía una sonrisa, eventualmente cuando estaba cerca mío, comenzó a mostrar interés, del tipo que jamás había visto en él, por una chica que integraba su grupo de amigos. Me había enojado bastante, con ella al principio, por meterse en mi camino, con él luego de un par de días, por no apreciar mi interés, y conmigo luego de unas semanas, por no entender desde el principio que no le interesaba.
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Stray
FantasyWinter es una adolescente sobreprotegida, deseosa de salir al mundo. Pero, el mundo es un lugar peligroso, más aún, si lo que corre por tus venas, no es humano.