Adler comenzó a acercarse a mí en cuanto el chico misterioso que lo sabía todo, desapareció. Y, verlo caminar en mi dirección inició una descarga de locura. No lo quería cerca, y gran parte de mí no quería ni siquiera verlo. Desvié la mirada y comencé a caminar para irme, y logré salir de la cafetería, pero el pasillo estaba despejado y eso dificultaba en gran manera ignorar las pisadas de Adler sonando a mis espaldas. Clavé con fuerza mis uñas en la palma de mis manos, para concentrarme en ese dolor y no en las emociones para nada buenas que estaba teniendo en ese momento, y, volteé para enfrentarlo.
—¿Qué? —reclamé con molestia.
Él se había detenido, su mirada indescifrable, no podía decir si estaba triste o enojado. O si nada pasaba por su mente en ese instante. Llena de furia, me alejé antes de que él dijera algo.
Ver a Adler me llenaba de furia, más aún, cuando el fingía que estábamos bien. nunca habíamos estado bien, él siempre se había comportado como un idiota conmigo. Y, aun así tenía la desgracia de encontrarlo por donde fuera que vaya. Busqué a Anya en cuanto salí de mi clase. Ella me había llenado de mensajes diciéndome que debía esperarla porque necesitaba que la ayude con algo. Así que la esperaba en el pasillo fuera de su salón de clases.
El pasillo comenzó a abarrotarse de gente luego de un momento, en señal de que la clase había terminado. Observé su cabellera rubia dorada un tanto despeinada y, como intentaba de forma brusca arreglarlo con sus dedos mientras salía. Sonrió ampliamente al verme y se las ingenió para deslizarse rápidamente, tomar mi brazo y arrastrarme con ella por el pasillo.
—El viernes, de la próxima semana hay una fiesta. Y, es aquí.
—¿Tengo que convencer a tus padres de algo? puedo decirles que estudiaremos juntas o quizás que…
—No te preocupes, ya me encargué de ellos. ¿Recuerdas que solía tener un crush casi inquebrantable en mi vecino? Bien, hace unos dos días él sufrió un accidente, y su familia se contacto conmigo por el facebook que compartía con mamá, antes de que tuviera mi propia página, y como todavía tenia acceso a ella, por mera casualidad, vi el mensaje. Mamá no sabe que lo sé, así que ella misma me tendrá alejada de casa por al menos unas semanas.
¿Cómo podría olvidarlo? Marcus había sido un dolor de cabeza había jugado con la mente de Bethanya, era manipulador y solía ser un tanto violento. No habían sido novios o algo parecido pero, él comenzó a obsesionarse y quería controlar su vida. Sus padres intentaron alejarlo de ella lo más que pudieran, para que su hija no se vea envuelta en alguna clase de relación abusiva de la que no sabría escapar. Así que, una vez que ingresó a la universidad, no volvió a verlo. Pero si él quería verla, sus padres, de nuevo, intentarían mantenerla lo más lejos posible. Bethanya podía ser extramadamente manipuladora casi todo el tiempo, pero también podía ser manipulada fácilmente.
—No puedes estar tan segura de que funcionará—. hablé con tacto, intentando que no se desanime por aquella posibilidad.
—No necesito estarlo, ya funcionó.—sonrió mostrándome la pantalla de su celular, en la que brillaba la conversacion con su madre, donde le decía que había ciertos asuntos que arreglar y que se quedara en la residencia de alumnos por algunos fines de semana.
—Genial, entonces parece que lo tienes todo resuelto.
—Sí, excepto por…—Su voz se volvió más aguda y entonces entendí, que iba a pedirme algo, y que probablemente iba a suplicar porque yo me negaría.
—¿Por…?—exigí mirándola fijamente
—Nunca he ido a una fiesta sin adultos responsables sola. Vamos, Winter, eres mi mejor amiga. Si quieres pago tu entrada, te necesito ahí.
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Stray
FantasyWinter es una adolescente sobreprotegida, deseosa de salir al mundo. Pero, el mundo es un lugar peligroso, más aún, si lo que corre por tus venas, no es humano.