Capitulo 8

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Argent Tremblay

Hoy, hoy, hoy

No podía dejar de repetir eso en mi cabeza, ayer el lobito me dio una tarjeta para comprar ropa, pero sinceramente no quería hacer nada. Solo quería dormir todo el día y comer frituras y cualquier cosa que sea deliciosa y adictiva.

Me levante y vi al lobito durmiendo a la par mía, se suponía que esta era mi habitación, pero también es la de él así que tendré que buscar otra en donde pueda dormir en paz.

-Hay vamos Argent, confiesa que anoche hasta tuviste un ataque de celos al ver a esas perras viendo a Kilian- comento Camila y yo solo bufé mientras caminaba hacia el baño.

Cami, yo no tuve un ataque de celos, solo podía sentir lo incómodo que estaba Kilian y pobrecito ¿no crees?- dije con inocencia aunque sabia que Camila me iba a decir otra cosa. Así que antes de que dijera algo corte la conexión.

Entre al gran baño, todo estaba en un hermoso h reluciente color blanco, había dos lavamanos y tenía un espejo gigante, tenía una ducha y una tina claro más la puerta del clóset que era gigante.

Decidí llenar la tina y me quedé un buen rato ahi metida, sentir el agua en todo mi cuerpo era una sensación relajante hasta que comencé a escuchar grito proveniente del lobo feroz que acaba de despertar.

-¡Argent! ¿¡Argent, donde estas!? Por favor no me dejes- esto último lo dijo en un susurro que pude escuchar perfectamente, y un dolor se instaló en mi pecho, al parecer el lobito estaba triste, y no me gustaba para nada eso.

-Hey lobo feroz estoy en el baño, tranquilo- dije y se escuchó como se abría la puerta del baño, ¡joder, ¿a este que le pasa?!- ¡Oye que haces entrando al baño, ¿que no escuchaste que yo estoy aquí?!- dije con enojo y tratando de que no me viera.

-Cariño, soy tu pareja y sabes no hay nada en el mundo que desee más que ver tu escultural cuerpo- y senti como mi calor corporal subía notoriamente.

-Ya sal de aquí para yo poder buscar mi ropa- dije y él me obedeció, já já ahora quien domina al lobo feroz eh.

Me puse mi ropa, y vi la hora, eran las 11 a.m. y mi estómago rugía exigiendo hambre, y al escuchar eso pensé en lo que pasó, en que fecha era hoy, en todo ese sufrimiento de mierda que tuve que pasar y el gran precio que pague siendo inocente en toda esa rivalidad.

Salí del baño viendo al lobito sentado en la cama, me veía con una interrogante en su rostro, pero solo lo ignore, ahora quería comer.

-Esperame y vamos a desayunar juntos- dijo y yo solo me senté en donde él estaba antes.

No tuve que esperar mucho tiempo, él salió con su típica camiseta blanca y sus pantalones negros con unas tenis negras, se veía muy bien.

Cuando estábamos en la isla de la cocina Bianca se me acercó y al notar mi expresión supo que algo no estaba bien.

-¿Mi niña quieres algo en especial para desayunar?- pregunto y yo asentí.

-¿De casualidad tienes cereal con sabor a miel?- era el que me encantaba comer desde que estoy pequeña, Bianca abrió todas las estanterías, pero no encontró nada.

-Mi niña no tengo de ese cereal, lo siento- dijo un poco avergonzada.

-No pasa nada, tranquila, entonces dame no se cualquier cosa que me llene hasta querer explotar- Bianca solo me vio con ojos avergonzados y empezó a encender la cocina hasta que el lobito la interrumpió.

Mates Mafiosos [#2: TRILOGÍA ABBADON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora