Mates Mafiosos [#2: TRILOGÍA ABBADON]

Capitulo 15

Kilian

Ponía sentir lo incomoda que estaba mi luna, y además el enojo que sentía por ver como todos los hombres en este lugar se la comían con la mirada, y unas ganas inmensas de arrancarles la cabeza recorrió mi cuerpo. Trate de relajarme, no podía arrancarles las cabezas por más ganas que tuviera.

Después de relajarme escuche como los latidos del corazón del tipo que estaba a la par de mi luna se aceleraban, podía ver como una pequeña gota de sudor le bajaba por su frente.

¡ESE TIPO INTENTO TOCAR A MI LUNA!- me gritó Drako en mi mente, ahora si que le iba a arrancar la cabeza, pero vi como Argent se levantó de la silla y me besó apasionadamente, podía sentir el enojo de una chica que estaba en la habitación, pero me daba igual. Le seguí el beso y ella salió por la puerta.

Al instante se escucharon disparos, mi lobo estaba desesperado, salí corriendo con mi pistola en mano, pero ya no estaba, ella no estaba, mi luna se había ido, no pude evitarlo y varias lagrimas bajaron por mi rostro.

Salí de ese lugar corriendo, por el link le dije que armara un grupo de búsqueda.

Ella no se escapó, la secuestraron- dijo Drako, y me relaje solo un poco, por lo menos se que no me abandono, pero ahora lo que necesito saber es quien la secuestró.

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Ya había llegado a mi manada, y la tristeza que sentía era muy grande, no quería hacer nada, solo estar en los brazos de ella. Mi lobo estaba aullando de tristeza.

Entre a la casa y su olor estaba en cada parte, pero aún más en su almohada, me acosté abrazando la almohada y no pude contener las lágrimas, me sentía derrotado, debil.

Solo la quería de vuelta e iba a hacer todo lo posible por hacerlo.

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Argent

Me dolía la cabeza, y sentía un dolor inmenso en mis manos, el olor a humedad y oxidación son horribles.

No veía nada, me dolían los ojos, todo mi cuerpo me dolía. Escuche pasos y trate de abrir los ojos, pero no podía. Los pasos se escuchaban cada vez más cerca y mis nervios crecían, sentía como si algo me quemara las muñecas.

-Miren quién despertó de su dulce sueño- hablo una voz que me resultó un poco conocida, me tomó del cuello con su mano he hizo presión- ¿te gusta tu nueva habitación alteza?- y presiono más fuerte, este tipo sabía que era de la realeza vampírica, debe de ser un ser sobrenatural solo ellos saben de mi- abre los ojos- lo haría si no me estuvieran doliendo tanto idiota.

Le escupi no se si le callo en el rostro o en su mano, pero si escuche como pronunció una grosería y me soltó de inmediato. El sonido de sus pasos eran cada vez más lejana, me sentía un poco más tranquila estando sola.

Después de estar oliendo solo humedad las náuseas eran inevitables y justo cuando vomite, pude abrir los ojos y la oscuridad me invadió, seguía vomitando hasta que me dolía la mandíbula, cambie mis ojos a los de un demonio, me dolió un montón, pero lo logré vi todo a mi alrededor, era una celda con las paredes de piedra y no era muy grande, tiré de mis brazos y el dolor me recorrió todo el cuerpo. Verbena ¡joder! Como odio la maldita verbena, mis muñecas estaban en carne viva y el dolor era inmenso.

Solo quería salir de este maldito lugar, extrañaba a mi lobito, la estupida marca estaba haciendo efecto y podía sentir sus sentimientos mezclados con los míos ambos íbamos a morir si seguíamos así, decidí que no iba a quedarme sentada sin hacer nada, iba a luchar.

Comencé a tirar de las cadenas mientras gritaba desesperadamente por el dolor, en eso volví a escuchar pasos acercándose y con más razón comencé a tirar de las cadenas.

-No, no eso no se hace cariño- otra vez esa voz, pero ahora podía verlo por mis ojos de demonio, y no podia creer lo que estaban viendo ese maldito infeliz, si salgo de aquí voy a matarlo con mis propias manos.

-Maldito- le dije y su semblante cambió, ahora se veía más serio y podía decir que hasta un poco enojado.

-Sabes nunca creí que sería tan fácil de atrapar a una híbrida y menos una que es mitad vampiro de la realeza y mitad demonio y de los de alta jerarquía, pero aquí estamos con un poco de verbena te tengo a mi merced- una furia recorrió mi cuerpo y las ganas de incrustar mis garras en su cuello estaban pasando el límite.

-Pues si, un poco de verbena, pero no dura mucho el efecto, ¿o si?- él solo rodó los ojos y volvió a verme, pero esta vez mostrándome un jeringa con un contenido extraño, que no sea más verbena, yo y mi estupida boca.

-Tu madre no tendrá más remedio que darme la piedra de Adbalon y así podré lograr mi plan- esta maldita obsesión por la puta piedra de mi tío, él ya murió entiendan de una vez y su mágica piedra se perdió.

-Mi madre no la tiene, esa piedra se perdio justo cuando él murió a manos de un Ángel- al parecer no le gustó mi respuesta y solo clavó la jeringa en mi cuello, podía sentir el líquido viajar por mi torrente sanguíneo, no era verbena, pero si un gran somnífero.

-Buenas noches alteza- maldito niño...

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Shadow

Seguía sin creer que la gruñona de mi hermana menor ya hubiera encontrado a su tua cantante y yo todavía sigo aquí sufriendo por alguien que no se si va a aparecer.

Ser rey era agotador y sentía la necesidad de amar a alguien sea quien sea, el teléfono sonaba haciendo que saliera de mis pensamientos, levante el teléfono y vi que era un número privado, no le di importancia y solo contesté.

-¿Hola?- dije apenas conteste, al otro lado de la línea se escuchaba una respiración.

-Hola rey Shadow, sabes no creía que me ibas a contestar pensaba que estaba muy ocupado siendo rey- esa voz la conocía, pero no recordaba de donde.

-¿Quien eres?- pregunte y escuche como reía.

-Vayamos al punto chupasangre, tengo a la princesita y quiero a cambio que me entreguen la piedra de Adbalon, a más tardar en una semana, si no ella morirá- y solo escuche un pitido, había cortado la llamada, no podía creer lo que había escuchado, de inmediato llamé al perro pulgoso.

No contestaba, mierda lo que faltaba, tenía que hablar con mis padres de inmediato.

-¡MAMÁ!¡PAPÁ! TENEMOS PROBLEMAS- ese grito hizo que toda la casa temblará y apuesto a que se escuchó por todo el clan y hasta llegó al inframundo. Ambos llegaron corriendo a mi despacho.

-¡¿Que pasó hijo?!- pregunta mi madre, los rostros de ambos eran un poema pasaba de la curiosidad al miedo y a la desesperación.

-Me llamo un tipo, dice tener a mi hermana secuestrada, y que quiere a cambio la piedra del tío Adbalon máximo en una semana por que si no la va a matar- mi madre estaba a punto de que se le salían los ojos, y mi padre estaba analizando todo lo que acaba de decir- trate de llamar al pulgoso- ambos me volvieron a ver mal, carraspe un poco y continue- llame al rey de los lobos y no me contesta, me estoy poniendo nervioso- ambos se volvieron a ver y después posaron su vista en mi.

-Hijo, ve a la manada de Kilian y búscalo en persona, y pídele respuestas yo podré encargarme del trabajo- asenti y cuando iba a salir por la puerta me dijo- cuídate e informamos de cualquier cosa que pase comprendes- volví a asentir y salí corriendo lo más rápido que podía.

No podía perder a mi hermanita menor.