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Una azabache despierta en lo que es aparentemente una sala de hospital.
Realmente ella no tiene ni idea de cuánto tiempo lleva allí.
Pero lo que primero notan sus ojos, es una figura borrosa frente a ella, al principio no puede reconocer al  sujeto, pero finalmente sus ojos se adaptan a la luz. Allí descubre que la figura se trata de Adrien Agreste.

—¡Ya has despertado! — él le extiende un vaso con agua. Una sonrisa calurosa se extiende en su rostro canela.

Marinette aún se siente un poco entumecida y no recuerda bien qué había pasado,sin embargo toma el vaso que le ha ofrecido el rubio.

Ella bebe lentamente el contenido del vaso,hasta dejarlo vacío. Él la espera pacientemente a que termine.
Finalmente, con cierta timidez, le devuelve el vaso al enfermero.

Él la mira con tanto cariño.
La chica casi se sonroja, porque aunque Ladybug tuvo cientos de enfermeros & enfermeras antes, ninguno la había mirado como él lo estaba haciendo.

Había tanta paz, una paciencia casi envidiable en el mirar de joven, en el trato que le daba a ella.
Él era suavidad.

—No sé si te acuerdas de mí...— murmuró él.

La chica guardó un silencio mortal por unos cuantos segundos, pero finalmente le respondió:

—Sí, ¿fuimos juntos a la escuela? Al menos eso creo... — ella le sonrió levemente, a lo que él no pudo evitar imitar el gesto.

—Así es... No sabes lo feliz que estoy de verte de nuevo— él se sonrojó levemente y la miró de una manera que algunas personas considerarían extraña.

La azabache no pudo evitar notar que en los ojos del atractivo enfermero de notaban miles de emociones, pero la que ella pudo identificar fué ¿el deseo? Marinette no pudo evitar sentirse relajada antes este hecho.

La verdad ella llevaba una semana muy dura y no le haría mal un poco de tacto humano.

—Gracias por ayudarme... — ella no pudo evitar besar la mejilla del chico, pero lo besó de una manera que le explicaba a él claramente sus intenciones no platónicas. Pero como la mujer lo pensó, él no se alejó, de hecho envolvió las caderas de la chica con sus grandes brazos.

—Fué un placer... — su voz sonaba incluso entusiasmada.

Entonces la chica se alejó de él, pero no sin antes mirarlo de una manera...
"Picante" él estaba sonrojado, ella lo encontró un poco lindo.

—Debes reposar más, tus heridas apenas han sanado. — él le habló con calidez.

—Pero...—el chico le dirigió una mirada seria. Entonces ella suspiró resignada y le dijo—Está bien.

El chico estuvo cuidándola por 3 días más,estaba con ella incluso por las noches, ella estaba realmente agradecida con aquel agradable y guapo enfermero, ella estaba decidida a pasarla bien con él.

—Eres muy bueno en esto, estoy segura de que te lo han dicho antes. — ella habló con simpatía.

—Soy recién graduado— admitió él,aún estaba algo tímido cuando alguien le decía alagos.

—Gracias por esto, eres muy agradable — ella le acarició suavemente la mejilla con los dedos de sus pálidas manos, él no pudo evitar acercar su rostro al de ella para apreciarla mejor.

Ahí fué cuando ella sin poder evitarlo, unió suavemente sus labios a los de él.
El chico no dudó ni un segundo en devolverle el beso. La unión de sus labios se sentía adictiva para ambos.

La de cabello oscuro no dudó en darle más pasión y devorar la boca del chico rubio. 
Él se sentía en las nubes, es como si ella le hubiera bajado el cielo y todas las estrellas. Tantos años anhelandola, tanto tiempo deseando esto...

Sus labios sabían a cereza, ella era perfecta.

Luego de haber disfrutado el momento, ambos se separaron, con una sonrisa.

—Eso fué... Magnífico — él suspiró.
—Lo sé pero tengo ganas de más... — ella lo miró fijamente, con ignotizantes ojos azules.
—¿Más?—susurró él.
—Mucho más...—ella colocó una de sus manos bajo el uniforme del rubio, él se puso alerta ante eso, pero de alguna manera no se alejó.

—Tienes un cuerpo muy bonito— le admitió ella y él se sonrojó, una sonrisa boba se pintó en la cara del muchacho.

—Tú también... De hecho, todo en tí es bonito, tus ojos, tu pelo, tu sonrisa...—él la miraba fijamente, la mano de ella todavía estaba sobre el vientre marcado de él.

La expresión de la chica de pelo negro, era tan preciosa, él querría ser un artista para poder dibujar su rostro y enmarcarlo.
Había tanto misterio detrás de ese majestuoso rostro pálido.

—Sabes, me gustaría sentir tu cuerpo... Junto al mío.¿ Tú también lo quieres,no es así?— la voz de ella sonaba más apasionada de lo normal y él nunca la imaginó hablándole así.

—S-sí—balbuceó él. Luego pareció perdido en su mente por un segundo antes de decir:

—Me gustaría sentir que eres mía— y eso es todo lo que ella necesitaba oír, la chica ya estaba muy mojada.

 Alone hearts. [AU] MLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora