[VII] Los consejeros no lo aceptan

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Shikadai se encontraba en casa jugando a sus videojuegos había llevado a el mayor de los dos uzumakis, Boruto;El rubio era casi idéntico a su padre Naruto. ¿Cómo estará Kurama? pensé para luego echarme a dormir un rato, ya que no creía que se marcharían al restaurante de hamburguesas, cuando me desperté los llame para ver si estaban aún en casa.

Shikadai, Boruto. -Grite mirando por el piso de abajo. -

Como no contestaban subí las escaleras para ver si estaba en la habitación todavía jugando, abrí la puerta y no los ví por lo que deduci que habían salido.

Cuando llegó la noche nos encontrábamos cenando tranquilamente en la Sala de estar en silencio.

¿Te lo has pasado bien? -Pregunte avergonzado. -

Si. -Susurro el Nara con una pequeña sonrisa. - luego han venido los demás y estuvimos todos juntos.

Oh que bien. -Asenti ladeando la cabeza hacia un lado. -

A lo que en ese momento sonó el timbre, al oírlo me levante y fui a ver quien era.Para cuando abrí la puerta me encontré con un Joujin que me decía que fuera inmediatamente a la Hacienda Hokage junto a Konohamaru, en eso asenti avisando a shikadai que tenía que irme por algo, este se quedó en silencio.

Corrí a trote hacia la Hacienda Hokage esperando encontrar a Konohamaru como siempre leyendo informes y demás cosas pero lo que me encontré no fue de mi agrado.

Ummm? Konohamaru ¿ Qué hacen estos dos aquí? -Pregunte al castaño que me miraba nervioso. -

¡Oye bola peluda tratanos con más respeto quieres! -Exclamó la anciana consejera. -

Y tu no me llames bola peluda. -Afirme enseñando los colmillos enfadado. -

Bueno vale ya. -Hablo el hombre mayor de las gafas. -

Desvíe la mirada para otro lado pero en vez volví a mirar a Konohamaru sin entender que hacían allí a altas horas de la noche.

Koei. -Me llamo el hombre de gafas por un momento. -

A disgusto lo mire con el ceño fruncido  sin decir nada, por lo que me senté y bufé fastidiado.

Lo que queremos decir es que no aceptamos que cargues con el heredero del clan Nara. -Hablo la anciana exigente. -

¡¿Qué?! -Los mire con sorpresa.-

Konohamaru miraba cabizbajo sin decir nada, el era el único que aprobaba que cuidara de Shikadai.

Tienes que dejarnos a Shikadai Koei. -Decía el hombre mayor. -

Me niego, llevo criando ese chico desde  que tenía un año de edad. -Critique enfadado. -

No puedes quitarte con el. -volvió a decirme esta vez la anciana. -

¿Por qué? Por qué no nos parecemos, por qué no es de mi propia sangre. -Dije en un sollozos. -

Así se hizo un silencio y sin decir nada saliendo del lugar.

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